Dos infografías de Fundación MAPFRE lo demuestran

Los expertos aseguran que los autónomos pueden multiplicar sus ahorros si empiezan a edades tempranas

Empezar a invertir antes puede llegar a ser más importante que invertir más. Dos infografías de Fundación MAPFRE demuestran que un mismo autónomo puede ahorrar miles de euros más dependiendo de la edad a la que empiece
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Los autónomos pueden multiplicar sus ahorros si empiezan a edades tempranas
Los expertos aseguran que los autónomos pueden multiplicar sus ahorros si empiezan a edades tempranas

Contar con un buen colchón financiero supone una seguridad para todos los trabajadores, especialmente los autónomos, que viven con una mayor incertidumbre por los altibajos de su negocio. Sin embargo, dejar el dinero depositado en una cuenta no siempre es la mejor opción para ahorrar ya que, a largo plazo, la inflación puede llegar a disminuir mucho el valor de los ahorros.

Frente a esto, los expertos recomiendan buscar fórmulas que aporten una rentabilidad suficiente para no sufrir el impacto de las futuras subidas de la inflación y, además, obtener una rentabilidad.. Actualmente, hay muchas alternativas de inversión para todos los gustos y perfiles. Y en casi todas ellas, los expertos aseguran que es más importante el "cuándo" se empieza a invertir que el "cuánto" dinero se invierte.

De hecho, en función de la edad a la que un autónomo empiece a ahorrar, el resultado final puede llegar a variar en miles de euros. Tanto es así que, según Fundación MAPFRE, dos personas que invierten el mismo dinero con una misma rentabilidad pueden llegar a obtener hasta 150.000 euros de diferencia o más tan sólo empezando a invertir a diferentes edades. La entidad elaboró dos infografías para demostrarlo.

La importancia de empezar a invertir antes para ahorrar más 

Según Fundación MAPFRE, el interés compuesto -que es, básicamente, la suma del interés obtenido a los intereses anteriores-  tiene un efecto tan grande en el ahorro que puede llegar a tener incluso más peso que el propio capital aportado. Para demostrarlo, la entidad puso un ejemplo: la historia de Juan y Pedro.

Pedro, empezó a invertir con sus primeros ingresos a los 23 años. Invirtió 1.000 euros de partida y aportó 200 euros más al mes o 2.400 euros al año. Después, mantuvo su ahorro hasta los 33 años y, a partir de ahí, ya no hizo más aportaciones hasta la jubilación, sólo dejó el dinero invertido.

Juan, puso en marcha el mismo plan pero, en este caso, a los 33 años. También invirtió 1.000 euros de entrada y aportó 2.400 euros más al año. En este caso, mantuvo su inversión hasta jubilarse.

Aunque ambos suman una rentabilidad del 8% anual, la diferencia en el resultado termina siendo muy grande. Como se puede observar en la siguiente infografía, mientras que en el primer supuesto se empezó a invertir a los 23 años y se generó un total de 533.764,30 euros para la jubilación a los 65 años, en el segundo, esos diez años de diferencia en los que no se invirtió ni se generaron intereses hacen que sólo se alcance un capital de 390.980,06 euros. 

 

La entidad elaboró además una segunda infografía en la que ilustra el peso que tiene el interés compuesto en las inversiones. Este concepto es algo tan simple como reinvertir los beneficios que genera la inversión. La clave del interés compuesto es que los intereses que se generan se van sumando al capital inicial y generando un efecto bola de nieve, ya que se aplican intereses sobre los propios intereses. 

En la siguiente infografía se demuestra que, tan sólo invirtiendo durante más tiempo, gracias al interés compuesto, el capital va creciendo cada vez más rápido por el efecto bola de nieve.