El debate estará en el porcentaje de exoneración de cuotas

Trabajo quiere extender los ERTE más allá de mayo pero incentivando la incorporación de trabajadores

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció este jueves que quiere extender los ERTE más allá de mayo, incentivando la reincorporación de empleados. La discusión estará en porcentaje de exoneración de cuotas.
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Trabajo quiere extender los ERTE más allá de mayo pero incentivando la incorporación de trabajadores

Un año después del estallido de la pandemia y de que se flexibilizaran por vez primera los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) a raíz del coronavirus, el Gobierno sigue convencido de la eficacia de este mecanismo, que ha venido para quedarse. En lo que parece no haber tanto consenso es en la fórmula con la que se mantendrán estos expedientes más allá del 31 de mayo, que es la fecha en la que dejarían de estar en vigor.

Una vez más, los escollos de la negociación para extender estos expedientes podrían volver a estar en el porcentaje de exoneración de las cotizaciones que asume el empresario por sus trabajadores. Precisamente, la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, se refirió este jueves, en su comparecencia en los premios de la Confederación Española de la Pyme (CEPYME), a las condiciones que su departamento propondrá en la comisión tripartita, que es dónde se acordará la prórroga.

La ministra resaltó que uno de los grandes hitos de los ERTE ha sido que los pequeños negocios y los autónomos hayan podido acogerse "a este sistema de protección del empleo y de las empresas, democratizando un mecanismo que hasta ahora se había reservado a las grandes empresas".

Díaz considera que el funcionamiento de los ERTEs que hay ahora mismo tiene una utilidad contrastada, por lo que estos expedientes se mantendrán con "una fórmula similar a la actual”, una vez finalice el plazo pactado hasta el 31 de mayo.

La idea que estaría barajando ahora mismo Trabajo sería que, de cara al verano, los expedientes sufran los menores cambios posibles. Si así fuera finalmente, y se replicara la fórmula establecida hasta ahora, para los negocios de menos de 50 trabajadores, se podría dar el caso de que en junio la exoneración de cuotas fuera del 100%; en julio del 90%; en agosto del 85%; y en septiembre del 80%, teniendo en cuenta que la prórroga se trabajara de nuevo en un periodo de cuatro meses.

¿ERTE similar al actual o al de verano de 2020?

Todo ello a la espera de las negociaciones de la comisión tripartita -formada por Gobierno, patronal y sindicatos- que, según Díaz, arrancarán pronto. Y esta vez, la negociación no sólo se centrará en la mesa con los agentes sociales sino también en el propio seno del Gobierno. Si bien la vicepresidenta no ha concretado qué cambios se introducirían y cómo quedaría esta fórmula "similar a la actual", los titulares de distintos ministerios llevan semanas proponiendo cambios en los expedientes que sí variarían de forma sustancial las condiciones actuales de los ERTE. 

Para algunas partes del Ejecutivo, la intención podría ser rebajar estas exenciones de las cotizaciones que pagan los negocios por sus empleados en ERTE y, a la vez, reducir el pago de las cuotas sociales a los empleadores que apuesten por reincorporar a sus trabajadores. Así, a partir de mayo, "si el escenario central es que el pensamos, pondremos más énfasis en los incentivos a la activación, para que se recuperen trabajadores, como hicimos en el mes de junio", según afirmó recientemente el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.

Al parecer, la idea que mantiene parte del Gobierno es que, como sucedió el verano pasado, los negocios empiecen a asumir una mayor parte de las cotizaciones sociales de aquellos trabajadores que mantienen en el ERTE, a cambio de incentivar con una bonificación en las cotizaciones de los empleados que vayan reincorporando a la actividad. Hasta ahora, "hemos estado más en clave de protección ,y a partir de mayo estaremos en clave de activación, aunque lo veremos en función de los datos que tengamos en ese momento", dijo Escrivá.

Es decir, las negociaciones en el propio seno del Gobierno, y las distensiones actuales, podrían girar entorno a dos fórmulas diferentes: una que apostaría por continuar un tiempo más con un mecanismo más parecido al de hibernación que se puso en marcha a principios de la pandemia y a partir de septiembre; y otra más centrada en la reactivación. Así, el primer modelo seguiría beneficiando con exoneraciones similares a las actuales a aquellos pequeños negocios que tienen a empleados en ERTE de cara a estos próximos meses, mientras que el otro rebajaría, como se hizo el verano pasado, los beneficios para aquellos que mantengan a sus trabajadores en el expediente mientras que los aumentaría para los empleadores que vayan reincorporando a los empleados.

En este último modelo, y si se replicara la fórmula utilizada en junio de 2020, para las actividades de menos de 50 trabajadores esta exoneración alcanzaría el 60% de la cuota para los empleados que hayan vuelto a la actividad y del 35% para los que sigan en el ERTE. Mientras que, para los negocios de más de 50 trabajadores la exoneración sería del 40% por cada asalariado que se reincorporara a su puesto y del 25% por el que siguiera en el ERTE. 

ATA urge a empezar con la negociación y alargar los ERTE hasta diciembre

Aunque previsiblemente el Gobierno quiera volver a negociar extensiones, tanto del cese de actividad como de los ERTEs, de cuatro meses, las organizaciones empresariales llevan tiempo advirtiendo que esta fórmula puede generar incertidumbre en el tejido productivo. 

Por eso, y ante una recuperación de los negocios “lenta, gradual y suave”, Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) pidió al Gobierno mantener el escudo de protección social, este vez, hasta el 31 de diciembre-. “Especialmente porque el tejido empresarial está bastante herido y la recuperación va a ser desigual” afirmó.

Mantener el escudo social significaría extender nuevamente el cese de actividad para autónomos y los ERTE. En estos momentos, ambas medidas siguen vigentes hasta el próximo 31 de mayo gracias a la aprobación del Real Decreto-ley 2/2021, de 26 de enero. “Negociar su extensión tiene que ser la prioridad en estos momentos. Debería ser el primer punto en la agenda del diálogo social. El 31 de mayo está a la vuelta de la esquina y hay que dar certeza a los autónomos y a los empresarios para que puedan organizar su futuro”, señaló el presidente de ATA.

La figura del 'ERTE estructural' se implantaría a más largo plazo

Entre tanto, y al margen de la fórmula actual que se pacte finalmente entre Gobierno y agentes sociales, parece que en lo que sí está de acuerdo el Ejecutivo es en apostar por una fórmula estructural a medio o lago plazo.

De hecho, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones también lleva tiempo haciendo referencia a la intención del Gobierno de poner en marcha un ERTE estructural. Según apuntó Escrivá, "en la transición a la normalidad puede haber una reestructuración en algunos sectores que no recuperen del todo la demanda pre-covid, por cambios en el modelo del consumo. Para esta circunstancia, el modelo de los ERTE tiene que poner más el énfasis en la formación de los trabajadores, para poder adecuar sus capacidades a las nuevas circunstancias y a las actividades que salgan más favorecidas de la crisis".

Al parecer, a lo que se refería el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, es a la creación -más pronto que tarde- de un ERTE estructural, con un modelo similar al alemán. Como ya avanzó este diario, el Gobierno está estudiando una fórmula para mantener los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y sus exoneraciones para los autónomos empleadores más allá de la crisis sanitaria y las restricciones que todavía siguen soportando miles de negocios. La idea preliminar ya se incluyó en el paquete de medidas para la reforma laboral que el Ejecutivo mandó a las autoridades europeas para su aprobación. 

Además, la nueva herramienta también viene recogida en el punto 23 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia publicado por el Gobierno. En este apartado se desarrollan lo que serán "las nuevas políticas públicas" y se incluye precisamente la necesidad de "introducir de manera permanente mecanismos de ajuste interno de las empresas antes shocks (ERTE), que se nutran de la experiencia acumulada durante la pandemia". En este sentido, el Ejecutivo, desde el presidente hasta los titulares de diferentes ministerios, llevan meses aclarando que su intención es no dejar caer los ERTE, ni sus exoneraciones para los negocios en las cotizaciones a la Seguridad Social por sus trabajadores.  

El Gobierno tiene la vista puesta en el modelo 'Kurzarbeit', una modalidad de jornada reducida en la que el Estado paga temporalmente hasta dos tercios del salario al trabajador y ofrece formación para reincorporarle al mercado laboral e impedir despidos masivos. Si bien todavía están pendientes de concretarse los detalles del futuro modelo, previsiblemente, este expediente estructural cubriría a los negocios con caídas de demanda -en principio de cualquier dimensión, desde micropymes hasta grandes empresas- para quitarles parte de la carga salarial de sus empleados y un porcentaje, que aún no está concretado, de exoneración de las cotizaciones sociales a la Tesorería.

Sin embargo, y como punto clave de diferencia respecto a los actuales ERTE, es probable que esta herramienta se financie compartiendo los costes con los negocios y los empleados, a través de un fondo 'tripartito' -Administración, empresa y trabajador- que recaiga, por un lado, en las arcas públicas y por otro lado, se costee con un porcentaje fijo sobre las cotizaciones.