Ahorro

Plan de pensiones o plan de jubilación, ¿qué me interesa más como autónomo?

Seguridad frente a riesgo, incentivos fiscales o rescate menos costoso… En cualquiera de los casos, lo primero que hay que tener claro es ¿cuánto quiero que me quede de pensión?

Pareja de jubilados. Pensiones. Retiro
Plan de pensiones o plan de jubilación, ¿qué me interesa más como autónomo?

Pese a que los expertos coinciden en que el sistema de pensiones, en su actual configuración, es sostenible, el envejecimiento de la población española -cada vez con menos cotizantes por pensionista-, la desaceleración de la productividad de los últimos años y la contención salarial hacen que cada vez más personas opten por algún producto financiero que el día de mañana complemente su pensión pública. Se trata, en definitiva, de impulsar el ahorro privado mediante productos como los planes de pensiones o los planes de jubilación.

Pero, ¿cuál de ellos es más interesante?  

Aunque ambos son productos de ahorro a largo plazo, lo primero que hay que tener en cuenta es que el plan de pensiones es un producto de inversión que participa de forma colectiva en fondos de pensiones, mientras que el plan de jubilación es un seguro individual. “No se puede decir que uno sea mejor que otro. Depende de las preferencias y el perfil más o menos conservador de cada persona”, afirma, Álvaro Granados, el responsable del área de pensiones de KPMG España.

En cuanto a su gestión, el primero depende principalmente de entidades financieras, mientras el segundo ha de tramitarse a través de una entidad aseguradora.

Rentabilidad

A la hora de tomar la decisión hay que responderse a una pregunta: ¿seguridad o riesgo? El plan de jubilación es un producto más conservador en el que, desde el momento de la suscripción, se conoce la rentabilidad mínima que se obtendrá a futuro. “Ofrece una rentabilidad garantizada”, explica Álvaro Castillo del Carpio, director de Desarrollo de Negocio de Vida de Mapfre. Los planes de pensiones, principalmente los de renta variable, invierten en los mercados financieros de mayor o menor riesgo, y del resultado dependerá la rentabilidad futura. 

A este respecto, Castillo que en ambos casos “más que hablar de rentabilidad máxima, deberíamos pensar en la rentabilidad posible. Esta rentabilidad dependerá del nivel de riesgo que se quiera o se pueda asumir, y del horizonte temporal al que se contemple ahorrar”. Asimismo, al ser productos a largo plazo sujetos a diferentes tipos de interés, hay que planear “una estrategia que se vaya adaptando a cada momento”.

Liquidez

Pese a que los dos son “ilíquidos” y no se pueden rescatar hasta el momento en el que se produce la contingencia, en el plan de jubilación hay “modalidades mixtas”, según explica Álvaro Granados. Se puede rescatar en cualquier momento, aunque en ocasiones conlleva una penalización si el rescate no se realiza en los plazos y términos acordados en el contrato. En palabras del portavoz de Mapfre, esta “solución personalizada tiene como principal ventaja poder rescatar el dinero ahorrado cuando el cliente lo decida, a partir de unos plazos mínimos”.

Por el contrario, recuperar el dinero invertido en el plan de pensiones es más complicado porque están sujetos a una regulación más estricta y ha de estar justificado por alguna de las siguientes contingencias: jubilación, desempleo, incapacidad profesional o enfermedad grave. A este respecto cabe destacar la reciente aprobación por parte del Gobierno del Real Decreto que reduce las comisiones de los planes de pensiones desde el 1,75% al 1,45% en una escala de tres tramos y permite rescatar el dinero a los 10 años.

Tributación

La tributación del plan de pensiones es diferida. Esto quiere decir que, si bien durante la vida del plan podemos desgravar las aportaciones que realicemos, llegado el momento de la jubilación tendremos que tributar por el total invertido más la rentabilidad obtenida. No obstante, ésta variará en función de la forma en la que lo hagamos.

En cuanto al plan de jubilación, también se tributará, pero sólo por los rendimientos obtenidos. Además, “este ahorro se puede transformar en ese momento en renta vitalicia y por tanto en un ingreso complementario al sistema público de pensiones”, destaca el responsable de negocio de Mapfre.

Ventajas fiscales

Si además de llenar la hucha de la jubilación el objetivo es ahorrar un pellizco en la declaración de la Renta, el plan de pensiones es el producto más adecuado. Los suscriptores se pueden desgravar hasta 8.000 euros de la base imponible o el equivalente al 30% del rendimiento neto. Por ejemplo, por cada 1.000 euros de inversión el ahorro fiscal es de unos 240 euros.  

¿A qué tipo de ahorradores está orientado cada uno?

“Ambos están orientados a todo tipo de personas. Cualquier producto financiero o asegurador es el indicado para diferir rentas de hoy hacia el futuro y complementar la pensión publica”, explica Castillo del Carpio. Además, destaca la posibilidad de personalizarlos porque “las personas atraviesan distintos momentos a lo largo de su vida y que su capacidad de ahorro y sus necesidades pueden variar”.