Opinión

Ya llegó el Teletrabajo

El teletrabajo se convertirá en la forma habitual de trabajo una vez superemos esta crisis, con lo que ya tendremos dos pilares claves de la nueva era: el Comercio Electrónico y el Teletrabajo
Ya llegó el Teletrabajo

Recuerdo un artículo parecido a éste de hace varias décadas, a finales de los 90, cuando todos los que se suponía que tenían una cierta visión de futuro hablaban  del Comercio Electrónico y su meteórico desarrollo; que está llevando su tiempo, aproximadamente dos década. Éstos también hablaban del teletrabajo como la fórmula ideal para un número importante de trabajadores. Pero todas las iniciativas, a pesar de que los estudios económicos indicaban que supondría unas grandes ventajas para la empresa y para el trabajador, fueron cayendo y sólo muy recientemente con la incorporación de los millenials al mundo del trabajo parecía que iba a dispararse. 

La consolidación del Comercio Electrónico ha costado dos décadas y el teletrabajo que arranca en las mismas épocas sigue sin consolidarse por diferentes motivos, pero principalmente por problemas psicológicos. En los 90 ante el problema de la falta de espacio en las casas, se crearon lo que los franceses denominaron los telecottages, que eran centros a los que podía acudir el teletrabajador donde encontraba la infraestructura tecnológica que necesitaba y el espacio para realizar el trabajo sin molestar no ser molestado.

Por aquellas épocas, Telefónica realizó un ensayo enviando a parte de su personal a teletrabajar, pero desde la oficina de Telefónica más próxima a su casa y así estableció varios centros en Madrid.Pero todas estas iniciativas fracasaron, en mi opinión, porque juntaban lo peor de los dos mundos, pues el teletrabajador, tenía que desplazarse y además seguía aislado, pues no se encontraba en el centro de trabajo con sus compañeros.

Así que a pesar de los ahorros de costes brutales que se originaban en las empresas por reducción de los costes de oficina – BT estimó en los 90 que si el 15% de los trabajadores se quedaran en su casa teletrabajando, se reduciría en 400 millones de metros cuadrados el espacio necesario de oficina – todas las iniciativas fracasaron, incluso presentando a los trabajadores sus beneficios, en cuanto a ahorro de costes y de desplazamientos, en una ciudad como Madrid se estima un tiempo superior a la hora y media el tiempo de desplazamiento de los trabajadores desde su hogares al puesto de trabajo.

Lo que se comprobó en aquellos momentos es que el problema era más psicológico que de otro tipo, pues las generaciones de trabajadores eran mayormente babyboomers y empezaban los de la generación X. Ambas generaciones todavía analógicas, si bien algunos se han ido reconvirtiendo progresivamente, pero se necesitaba algo que fuera el catalizador del proceso y eso es lo que está pasando en estos momentos.

En primer lugar nos encontramos con que hay un porcentaje muy elevado de puestos de trabajo que no requieren de verdad una presencia física, sino que un sistema informático y una buena conexión son más que suficientes.

En segundo lugar nos encontramos que hay un porcentaje importante de trabajadores que pertenecen a la generación Y, es decir los millenials, que si bien no son una generación digital pura, como ya si es la generación siguiente, la generación Z que si se la reconoce como la primera generación digital pura, si son buenos receptores del teletrabajo por la mejora que produce en la calidad de vida, la conciliación, etc.

La infraestructura tecnológica ya es lo suficientemente buena en la mayoría de las ciudades, no así todavía en los entornos rurales, como para que el teletrabajo pueda realizarse sin graves problemas tecnológicos. Además, las aplicaciones de comunicación son cada vez más y mejores, mientras antes contábamos con una sola aplicación para realizar video conferencias como era Skype, ahora podemos realizarlas con múltiples aplicaciones, desde WhatsApp desde el móvil o FaceTime a Hang outs, etc.

El obstáculo eran todavía los pertenecientes a las generaciones anteriores: los baby boomers y los de la generación X también denominada generación Peter Pan. Muchos de ellos en posiciones de dirección, que están entrenados a dirigir presencialmente, nadie le ha enseñado ni están entrenados a dirigir en la distancia y de forma no presencial, a pesar de que existen muchas herramientas tecnológicas, que unidas al sistema de dirección por objetivos, con claros milestones establecidos y los medios de documentación, permiten dirigir a los equipos perfectamente, pero hay que estar entrenados y ellos no lo están.

La crisis actual con esta epidemia que nos ha obligado a quedarnos en casa. Y ésta ha sido el catalizador del proceso, los directivos ya no tendrán la excusa de que el teletrabajo solo podía ser puntual pues la presencia física era fundamental para el buen desarrollo del trabajo.

En paralelo el entrenamiento se ha tenido que realizar sobre la marcha y no ha quedado más remedio que aprender por necesidad, ya no hay excusas. El teletrabajo se convertirá en la forma habitual de trabajo una vez superemos esta crisis, con lo que ya tendremos dos pilares claves de la nueva era: el Comercio Electrónico y el Teletrabajo. Ahora el esfuerzo tendremos que hacerlo en la adaptación social, urbanística, de infraestructuras, etc.