Opinión

Ayudas a autónomos y pymes. ¿Un brindis al sol?

Los autónomos se sienten como un funambulista que está atravesando un precipicio con los ojos vendados y sabe que al fondo del barranco, hay un río repleto de pirañas hambrientas esperándole. Ante esta situación desesperada, el Gobierno debe mover ficha. ¿Bastará con los 11.000 millones anunciados a bombo y platillo, o se demostrará que es un brindis al sol?
Ayudas a autónomos y pymes. ¿Un brindis al sol?

En los anteriores artículos hemos tratado el problema de la morosidad, liquidez, solvencia, cierre del grifo por parte de las entidades financieras, y por fin llegamos a las ayudas. Ahora están estudiando las ayudas directas a pymes y autónomos durante cinco meses destinadas a sostener negocios o empresas viables. El Gobierno, Bruselas y la banca, buscan fórmulas para drenar dinero a los negocios más castigados por la situación actual.

Los cinco meses se han determinado en función del calendario de vacunación y de la menor incidencia del virus pasado ese plazo. Confiemos en que las vacunas y el calendario de vacunación vaya según las previsiones establecidas.

Vamos con los negocios viables. ¿Qué es un negocio o empresa viable? ¿Quién lo decide? ¿Bajo qué criterios? Lo que sabemos hasta ahora es que habrá que acreditar con datos bancarios, que tanto las pymes como los autónomos registraron beneficios en el 2019, para evitar que la ayudas vayan a las empresas zombies, en vez de a compañías y negocios saneados. Las cuantías que están barajando es entre el 70% y el 75% de la facturación registrada en el 2019, y prorrateada por los cinco meses contemplados.

Las ayudas se prevén canalizar a través de un vehículo directo, como los cheques a fondos perdidos o créditos participativos. Todo lo anterior debe estar avalado por Europa.

Este tipo de ayudas directas es lo que han venido utilizado algunos de los países como EEUU, Canadá, Francia, Alemania o Italia, para paliar la actual situación de los pequeños empresarios y negocios. Cabe preguntarse, porque ahora después de 1 año de pandemia estamos hablando de este tipo de ayudas máxime cuando hay países que ya las venían utilizando.

Ahora queda “aclarar” que es una compañía viable, pero con problemas de liquidez debido al coronavirus, de las llamadas empresas zombies que están sobreviviendo por las ayudas y moratorias actuales de los ICOs y los ERTE`s.

Aún quedan muchas incógnitas por resolver, pero sobre todo evitar que la bola se vaya haciendo más grande, ya que lo que empezó siendo un problema de falta de liquidez, ahora es un problema de sobre endeudamiento. Además, corremos el riesgo de que cuando la actividad y la demanda se recuperen, no sea suficiente para afrontar las obligaciones (deudas, prestamos, ICO’s) adquiridas por empresas y autónomos y se vean obligados a cerrar. Según las últimas previsiones una de cada tres empresas, ya no prevé recuperar su nivel de ingresos previo a la crisis hasta al menos el 2023.

Lo cierto es que hoy en día, hay suficiente información para saber si una empresa es viable o no. Los bancos conocen muy bien a sus clientes, y saben perfectamente en qué situación están. Por otro lado, están los pagos a la seguridad social que mensualmente se están haciendo con mucho trabajo y es un indicador que estamos haciendo muchas pymes y autónomos para sobrevivir.

Lo que está claro es que, si hay que analizar empresa por empresa, esto va a ralentizar mucho la concesión de las ayudas.

Cualquier opción es viable, exención de los pagos mensuales, ayudas directas a fondo perdido, condonación de parte de los ICO (sin perjudicar al resto de las pymes, autónomos, cerrándoles el grifo y restringiendo el crédito), con todo esto se ayudará a sobrevivir a los pequeños empresarios para que cuando se controle la pandemia, podamos volver a trabajar con normalidad.

Las ayudas deber ser directas, equilibradas y homogéneas, sin priorizar a las grandes empresas y dejar fuera o en un rincón a las pymes y autónomos.

Es obvio que la situación se está alargando demasiado y que se está haciendo cada vez más insostenible. Las pymes y autónomos están exhaustos, y las medidas que está abordando el gobierno, son paliativas y no resuelve el origen de los problemas, sino que lo posponen.

Por tanto, la ayuda es urgente y se debería aplicar ya. En mi opinión, un pequeño empresario o autónomo se siente como un funambulista que está atravesando un precipicio con los ojos vendados y sabe que al fondo del barranco hay un río repleto de pirañas hambrientas esperándole. Ante esta situación desesperada, el Gobierno debe mover ficha. ¿Bastará con los 11.000 millones anunciados a bombo y platillo? O se demostrará que es un brindis al sol y que no son suficientes para salvar a todas las empresas, autónomos y trabajadores…