Opinión

La clave para que los autónomos se jubilen con la pensión que desean

La crisis nos ha mostrado de la peor manera posible lo importante que es contar con una buena base de cotización y complementarla correctamente con un buen plan privado.
La clave para que los autónomos se jubilen con la pensión que desean

Los autónomos estamos viviendo una situación económica catastrófica que ha limitado nuestro horizonte y que, muchas veces, nos impide ver más allá del día siguiente. Aunque es seguro que las dificultades actuales merecen toda la atención, también merece la pena detenerse, incluso en estos momentos tan complicados, a pensar si estamos haciendo lo correcto para jubilarnos con la pensión que necesitaremos en el futuro para mantener nuestro poder adquisitivo.

Es necesario abordar este tema con cierta perspectiva, dejando de lado por un momento los tormentos y atropellos que vive actualmente nuestro colectivo, para que no nos impidan tener una visión objetiva sobre este asunto que, ciertamente, preocupa a muchos autónomos españoles.

Desde hace tiempo, las organizaciones de autónomos recomendamos subir nuestra base de cotización siempre que nuestros ingresos lo permitan. No sólo para tener una jubilación digna sino también para acceder a prestaciones suficientes que nos permitan afrontar nuestros gastos familiares en caso de enfermedad, accidente o cierre del negocio, entre otros.

A pesar de que los autónomos podemos elegir bases más altas, frecuentemente sucumbimos a la tentación o la necesidad de cotizar por lo mínimo y destinar ese dinero a nuestro negocio o a nuestra vida diaria, ya que realmente seguimos considerando la cuota como un gasto más que nos lastra y no como una inversión que nos asegura las prestaciones con las que podríamos necesitar para vivir hoy y, por supuesto, mañana.

El estudio "El autónomo ante la previsión social" realizado por Fundación Mapfre y la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos- ATA, concluye que el colectivo sigue sin conocer los beneficios de la cotización y, por ello, en España siete cada diez autónomos cotizan por la base mínima. Este desconocimiento genera sin duda desconfianza ya que un 33% de los autónomos declara en su IRPF rendimientos netos superiores a los 30.000 euros y, muchos de ellos. se mantienen en las bases mínimas.

A pesar de que las últimas reformas legislativas permiten, subir o bajar hasta cuatro veces al año las bases de cotización, amoldándolas a nuestros ingresos, muchos autónomos manifestaban el temor a no poder comprometerse con una cuota superior, sobre todo en momentos de baja actividad. Aun pudiendo adecuar la cotización a las distintas fases económicas que atraviesa nuestra actividad, parece que la falta de información sigue ganando la batalla a todas las ventajas de cotizar más y mejorar las prestaciones poco a poco, cuando podamos.

Tras el Real Decreto Ley 20/2018, la protección social de los trabajadores autónomos se universalizó teniendo cubiertas todas las contingencias posibles al igual que los asalariados, y se convirtió en la segunda mejor de Europa, después de la de Luxemburgo. Accidente de trabajo, incapacidad temporal o definitiva por enfermedad, viudedad, paternidad y maternidad, cese de actividad, formación u orfandad son coberturas de las que hoy disfrutamos los autónomos, pero cuya prestación económica dependerá de la base de cotización que hayamos elegido.

Obviamente las ayudas extraordinarias para autónomos nos han enseñado de la peor forma posible lo importante que es tener una buena base de cotización y nos han dado una pequeña información valiosa de cómo de protegidos andamos en el presente y de cuánto lo estaremos en el futuro.

Mención aparte merece la jubilación ya que existe la tendencia de ir mejorando nuestras bases de cotización conforme nos vamos acercando a la misma. Como decía, cotizar por la base mínima puede suponer un balón de oxígeno en los primeros pasos como autónomo, pero mantener este hábito puede llegar a convertirnos en un jubilado empobrecido.

Esto, unido a las sombras de confianza sobre el sistema de pensiones hace que cada vez más los autónomos complementen su jubilación con planes de pensiones privados. Nuestra pensión nunca será igual que nuestros ingresos actuales y por tanto dependerá de estos complementos privados, el que no se resienta en exceso nuestro nivel de vida. Los sistemas privados de cotización nos pueden ayudar a no perder poder adquisitivo una vez llegado el retiro de la vida laboral y merece la pena apostar por ellos para complementar la pensión de jubilación o, incluso, ya existen productos que nos protegen en caso de incapacidad temporal o permanente, ya sea por enfermedad o accidente.

Para mantener la pensión lo más parecida a nuestros ingresos actuales, la clave está en el equilibro entre una base de cotización robusta correctamente complementada con un plan privado. El mercado nos ofrece gran variedad de planes de ahorro y de pensiones para perfiles de jubilación distintos, incluso diseñados como trajes a la medida del autónomo, sin olvidar las ventajas que nos proporcionan en la renta y el hecho de que, además, en casos excepcionales podremos disponer de lo que hemos aportado para tapar un agujero o hacer frente a un gasto extraordinario..

Fundación MAPFRE actualiza anualmente su "Guía para tu jubilación", que ofrece información detallada sobre las pensiones públicas y las diferentes opciones que existen en el mercado para complementarlas.

Salvaguardando el contexto actual, donde impera la inmediatez en nuestras decisiones. parece que hay herramientas tanto públicas como privadas para garantizarnos no sólo un futuro mejor sino también la posibilidad de cubrir circunstancias excepcionales con las que, desgraciadamente, nos hemos topado y estamos sufriendo cada día.