Opinión

Cómo mantenerte motivado para lograr tus objetivos para este año

Trabajar con buena actitud, ser conscientes de los pensamientos que te limitan para cambiarlos, tener la suficiente capacidad para dejar de utilizar un lenguaje víctima para sustituirlo por uno protagonista, son las claves que te van a ayudar a elevar las posibilidades de superar este momento de duda sobre tu capacidad para conseguir el objetivo planteado.
Cómo mantenerte motivado para lograr tus objetivos para este año

Ahora que ha terminado el mes de enero, es el momento en el que nos damos cuenta de que nuestros propósitos de año nuevo comienzan a flaquear. Vemos que la realidad se impone y aquello que nos habíamos propuesto con tanta energía e incluso pasión, se desvanece.

Muchas personas comienzan a notar en su ánimo un pequeño bajón, como que no tienen ganas de seguir con sus objetivos o que les cuesta ponerse a ellos.

¿Qué podemos hacer para recuperar la llama?

Lo primero, es mirar a los objetivos con la actitud adecuada. En momentos como éste, donde el día a día ha tomado el control y crees que ya no tienes tiempo para llevar a cabo aquellos retos que te habías propuesto, es tu oportunidad para mirarlos con los ojos que lo hiciste cuando te los planteaste. Sabes que conseguir esas metas es bueno para ti, porque te benefician como ser humano, haciéndote mejor. Por tanto, mira de nuevo el lado positivo de llevar a cabo aquello que te propusiste.

Si comienzas a guiarte por la desidia, la pereza o el agobio de no tener tiempo, es muy fácil que estas emociones te hagan abandonar. Cambia esas emociones por otras que te pongan en marcha. Levántate con una sonrisa, agradece a la vida que estarás aquí un día más, saluda con amabilidad a los miembros de tu familia y a tus compañeros de trabajo. Haz ejercicio o medita.

Cualquiera de estas acciones provocarán en ti emociones contrarias a las tres que te impiden conseguir tus objetivos. Flaquear es una posibilidad, abandonar no es una opción. En segundo lugar, todos somos conscientes de que el clima nos afecta y el invierno tiende a colocar nuestras emociones en un nivel de intensidad más bajo. Sin embargo, la época del año en la que te encuentras no debe marcar cómo te sientes y lo que quieres hacer.

Tienes la capacidad de generar una actitud adecuada, independientemente de la época del año o del tiempo que haga. Para conseguirlo, has de saber que todo parte de tus pensamientos. Generas tu estado de ánimo a través de tus pensamientos.

¿Cómo lo puedes llevar a cabo? ¿Qué puedes hacer en estos momentos? Es indispensable detectar qué pensamientos son los que te están afectando negativamente para trabajar en cambiarlos. Una vez hecho, ¿cómo cambio el pensamiento?

Si te detienes a reflexionar sobre un pensamiento como 'estoy de lunes. Lo primero que has de hacer es darte cuenta de que ese pensamiento no te acerca a tu objetivo de disfrutar del día y de la actividad que estás llevando a cabo. Si se repite varios días seguidos, redundará en el abandono de tus propósitos, más pronto que tarde. En ese momento, has de parar ese pensamiento en bucle, en el que has entrado, con la palabra clave stop y, a continuación, busca un pensamiento que lo sustituya. Por ejemplo, “hoy voy a pasar un buen día”. Éste lo repetirás hasta que notes en tu cuerpo y en tu expresión verbal que ambos se están modificando y que tu nuevo pensamiento está cambiando tu semblante e incluso tu postura corporal.

Parece sencillo, porque es sencillo. El reto está en “pillarte” en medio de ese bucle que te lleva a la negatividad, a dar vueltas sobre un mismo problema sin hallar solución y a partir de ahí, salirte de él.

El tercer punto para retomar con fuerza tus propósitos del año, se refiere a que huyas del lenguaje que te hace sentir como una víctima de la situación. “¿Por qué siempre dejo los objetivos a medias?, no soy capaz de hacerlo”…

Tampoco dejes que el conformismo te venza con frases como, “es que no es para mí”, “tampoco era un objetivo tan importante”, “otros tampoco lo han conseguido y no pasa nada”…

Siguiendo con el mismo ejemplo de antes, si te dices a ti mismo y a los demás frases como “estoy de lunes”, estarás diciéndote a ti mismo y a los otros, que tu actitud no es la mejor y que no esperen demasiado de ti, en ese momento.

El lenguaje víctima te llevará a que cualquier cosa que intentes lo percibas como un esfuerzo elevado, casi un sacrificio porque te ancla al pasado y este ancla está muy bien sujeta al fondo. Todo este lenguaje se convierte en trampas de la mente para que te quedes en tu zona de confort, para que no avances y sigas aferrado al mismo sitio, un pasado que ya no te sirve.

Por tanto, debes pasar a ser protagonista de lo que te pasa, decidir que, independientemente del día a día, ese objetivo te lo has propuesto porque te hace bien y sabes que puedes conseguirlo. Por ello, debes comenzar a cambiar tu lenguaje para empezar a decirte frases del tipo “voy a por ello”, “lo voy a conseguir”, es bueno para mí y me lo merezco”. Si además, te haces preguntas, como, “¿qué puedo hacer diferente?, ¿qué me falta por probar?, ¿qué otras posibilidades hay?...” , te colocarás en ese futuro donde te encontrarás con el objetivo ya conseguido, en vez de resignarte a la tristeza de un tiempo pretérito que ya no te es útil.

El lenguaje protagonista, te hará libre para reflexionar, para elegir lo mejor para ti entre las múltiples posibilidades que seas capaz de encontrar para llevar a cabo el objetivo que te has propuesto. Vivimos en un mundo de posibilidades, en el momento que eres consciente de ello, eres capaz de elegir las más adecuada para ti, cuando tienes la actitud idónea.

Trabajar con buena actitud, ser conscientes de los pensamientos que te limitan para cambiarlos, tener la suficiente capacidad para dejar de utilizar un lenguaje víctima para sustituirlo por uno protagonista, son las claves que te van a ayudar a elevar las posibilidades de superar este momento de duda sobre tu capacidad para conseguir el objetivo planteado.