Opinión

Cuatro pasos para dar lo mejor en tiempos difíciles

Hemos de aprender a vencer a este periodo, como tantas otras veces hemos hecho y como tantas empresas, empresarios y profesionales lo hicieron antes. Hemos de resetearnos para seguir siendo pujantes en un entorno que aparece como poco favorecedor. 

Cuatro pasos para dar lo mejor en tiempos difíciles

Nos levantamos casi a diario con noticias nuevas sobre esta pandemia y guerras comerciales entre estados. Países que se marchan de instituciones a las que pertenecieron durante décadas y, por si fuera poco, la coyuntura financiera mundial podría conducir a una recesión.

La situación parece, a priori, preocupante. La inestabilidad es una realidad y los datos y las noticias que vemos, leemos y escuchamos, no ayudan en exceso. Los políticos que antes disfrutaban de sus puestos y de la relevancia de los mismos, ahora han perdido esa imagen de hombres y mujeres de estado y se han convertido en pseudo actores de una sitcom de segunda.

Hemos vivido otras crisis, aunque siempre parece que la última es la peor. Desde un punto de vista realista, todo ello no anima a seguir esforzándose y a continuar el camino que una vez decidimos emprender.

Cuando la realidad se muestra tan dura como podemos verla en este momento, lo fácil es comenzar a justificarse, a encontrar excusas que nos ayuden a reforzar el hecho de que somos humanos y que tenemos que encontrar algún tipo de mecanismo de defensa para que dicha realidad no nos aplaste.

Esta justificación también parece que nos ayuda a adaptarnos al entorno. Si el resto de personas dicen que todo está mal, a ti te cuesta decir lo contrario, aunque hayas hecho un esfuerzo considerable para buscar nuevas posibilidades de actuación que te lleven a conseguir nuevos logros.

Sin embargo, creo firmemente que no tiene sentido que nos justifiquemos. Dicho de otro modo, ha llegado el momento de que nos demos cuenta de que tenemos gran responsabilidad en lo que nos pasa y, aunque pueda sonar negativo, ésta es la buena noticia.

Si sortear esta etapa depende de nosotros, entonces nosotros decidimos si vamos a salir airosos de ella. Para conseguirlo, hemos de aprender a vencer a este periodo, como tantas otras veces hemos hecho y como tantas empresas, empresarios y profesionales lo hicieron antes. Hemos de resetearnos para seguir siendo pujantes en un entorno que aparece como poco favorecedor.

Por tanto, lo que sí tiene sentido es que sigamos empujando y arrastrando a otros a dar lo mejor de nosotros mismos.

  • El primer paso es probar nuevas formas de hacer en nuestro negocio, que antes no habríamos hecho. Si seguimos haciendo lo mismo de siempre, será difícil que consigamos nuevos resultados, por ello, ha llegado el momento de explorar más allá de lo conocido para descubrir nuevos horizontes no investigados hasta ahora.
  • En segundo lugar, utilicemos la visualización. Hemos de ser capaces de ver un futuro mejor. Está entre nuestras capacidades ver más allá de las barreras actuales y, posiblemente reales, que nos llegan a través de los sentidos. Si lo hacemos, comenzaremos a conseguir aquello que nos propongamos.

A través de dirigir nuestra atención hacia aquello que nos hace mejores, tenemos la capacidad de observar el futuro y elegir las opciones que nos acercan a ese futuro que queremos para nosotros. Para ello, hemos de desechar todo lo que nos aleja de lo que nos proponemos alcanzar. Ir quitando las capas que no son necesarias para descubrir lo que de verdad podemos lograr.

Y ¿cómo hago para visualizar?:

Si soy capaz de visualizarlo, puedo crearlo. ¿Cuál es mi visión? ¿Qué estaré haciendo dentro de tres años? Son preguntas que no nos hacemos habitualmente, porque vivimos demasiado anclados al pasado o al presente más inmediato. En el momento en el que me las hago y las respondo, soy capaz de generar esos comportamientos que me acercarán a ellas.

  • A continuación, hemos de comenzar a generar conductas que nos acerquen a lo que queremos en el futuro. Dejar de mirar la situación actual desde la queja es conditio sine qua non. Imitando a la Bolsa, descontemos esta situación que parece tan dura y pongamos nuestro foco en dónde estaremos y cómo seremos el año que viene por estas fechas.

Si me coloco en el futuro observaré cosas que ahora mismo me es más difícil ver. Cuando pongo el foco en dónde quiero estar, no dónde estoy, de repente veo opciones que ahora mismo no me parecen reales. Analicemos entonces la distancia que nos queda para llegar allí y pongámonos en marcha para recorrer esa distancia.

Se trata de analizar el hueco entre mi futuro deseado y mi presente actual. Para ello, debo manejar las situaciones a las que me enfrentaré con el mindset adecuado. Es decir, sólo con aquellos pensamientos que me ayudarán a mostrar mi mejor versión.

  • Además, debo colocarme en el estado de ánimo más beneficioso para mí. Es decir, debo elegir aquellas emociones que más me favorezcan para alcanzar lo que me propongo. Gestionarme a mí mismo para mantenerme en esas emociones que me llevarán al estado de ánimo con el que saldré al campo de juego a poner en práctica mis mejores habilidades, independientemente del entorno hostil en el que nos hallemos en este momento.

Como persona que ha finalizado 11 maratones, sé que cada maratón al que nos enfrentamos en la vida comienza siempre con la primera zancada. Si nunca la das, jamás podrás terminar los 42 km y 190 metros totales del maratón de tu vida.