El Networking para autónomos otorga más confianza, más certezas y más negocio
Hace algunas semanas acudí a una sesión de networking dirigida, en la que las participantes eran mujeres emprendedoras del ámbito rural. No era la primera vez que asistía a una reunión de este tipo, pero en esta ocasión me gustó especialmente y saqué algunas conclusiones que quiero compartir contigo, lector emprendedor.
La sesión se componía de una serie de actividades, de juegos casi infantiles, que nos permitieron de una forma muy desenfadada y lúdica salir de allí conociendo los nombres, empresas e incluso parte de la vida de cada una de las veinticinco mujeres que estábamos reunidas. Sin darnos cuenta, trabajamos la escucha activa, la empatía y la asertividad. También hablamos en público, dirigiéndonos a nuestro pequeño auditorio. Fue evidente que muchas de ellas no estaban acostumbradas y que, pese a que lo hacían bien, les daba mucha vergüenza exponerse en público.
Conocí a una enóloga, a una profesora de marcha nórdica, a una guía turística-violinista y a una farmacéutica, entre otras. También a una profesional especializada en ayudar a superar duelos, algo que nunca había oído y me resultó interesantísimo.
Después compartimos un café e intercambiamos tarjetas de visita, preocupaciones e inquietudes, despidiéndonos como si ya nos conociéramos de antes.
Me fui con una sensación muy positiva y en el coche, de vuelta a casa, reflexioné sobre lo que acababa de vivir. Me di cuenta de la importancia de participar en este tipo de actividades, a las que renunciamos absorbidos por el torrente de quehaceres diarios. Sí, el autónomo es el hombre o mujer orquesta. Lo mismo nos pasa con los cursos, formaciones, seminarios, etc.
Existen multitud de recursos que podrían aportarnos muchos conocimientos, ideas o contactos a los que no damos la importancia que realmente tienen. Actividades que generalmente son gratuitas y son impartidas por expertos en la materia. Que muchas veces se tienen que suspender por falta de inscripciones, lo que es una auténtica pena.
Creo que es necesario que aprendamos a gestionar nuestro tiempo, a diferenciar entre lo urgente y lo importante. Lo urgente tiene que ver con el apremio, con el tiempo que disponemos para darle salida a algo, y lo importante con las consecuencias que supondría no hacerlo. Tenemos que establecer un orden de prioridades en nuestras tareas y delegar, eliminar o programar en función de su urgencia e importancia. Esto es lo que se conoce como la matriz de Eisenhower.
También debemos reflexionar sobre la importancia del asociacionismo, tanto sectorial como intersectorial, puesto que cuando tenemos intereses comunes, unidos somos más fuertes, especialmente en provincias donde la sinergia entre autónomos es vital. Formar parte de asociaciones nos permitirá tener acceso a asesoramiento, contactos, formación y, en definitiva, apoyos a los que de forma individual sería mucho más complejo acceder.
Formarnos, reciclarnos, hacer contactos y asociarnos es esencial para nuestros negocios. Y es necesario que nos tomemos esto de una vez como trabajo, no como una pérdida de tiempo. De ello dependerá nuestra competitividad, pero también la conciliación con nuestra vida personal y por tanto, nuestra felicidad.