Opinión

Tres desafíos del sector textil en nuestro país

Aunque queda mucho recorrido por delante y la industria cambia de una manera vertiginosa, se empiezan a atisbar cuáles van a ser los principales desafíos del sector para los próximos años.

Tres desafíos del sector textil en nuestro país

A un mes de cerrar el primer trimestre de 2020, en el sector textil empezamos a vislumbrar cuáles van a ser los principales retos de los primeros años de la década. Poco queda de aquella industria en la que los pequeños comercios tenían la posibilidad de competir con las grandes marcas a nivel de precio y producción. Si a ello le sumamos los cambios derivados de la inmersión del sector digital, nos encontramos ante un sector completamente diferente al que teníamos hace diez años.

Aunque queda mucho recorrido por delante y la industria cambia de una manera vertiginosa, se empiezan a atisbar cuáles van a ser los principales desafíos del sector para los próximos años.

  • Alcanzar la sostenibilidad

Es, sin duda, el mayor reto del sector para los próximos años. La industria textil continúa siendo la segunda más contaminante y, para abandonar esta posición, es necesario hacer una remodelación en todas las fases de la industria. Desde la cadena de producción hasta el consumidor final. La denominada como fast fashion ha provocado que las marcas tengan ofrecer a sus clientes lo que demandan en cuestión de días. A ello hay que sumarle una climatología cambiante que obliga a las tiendas a adaptar el ritmo de las temporadas al tiempo.

Esta aceleración en el proceso de producción tiene consecuencias directas en el disparo del consumo de energía, así como de los recursos necesarios para la producción de las prendas. Por tanto, es necesaria una inversión en I+D+i que se manifieste en una reducción, al máximo posible, del consumo de energía y agua. Es también muy importante una renovación en los métodos de transporte utilizados para mover la mercancía, con el objetivo de reducir la contaminación derivada de ella.

En el reto de reducir la contaminación derivada del sector textil también debe participar el consumidor final. ¿Cómo? Reduciendo el consumo de la denominada fast fashion y apostando por prendas de calidad que, aunque tengan un precio más elevado, garanticen una durabilidad en el tiempo.

  • Remodelación del modelo de rebajas

Una temporada más, las rebajas han demostrado que ya no son el salvavidas de años anteriores. En el primer mes de enero las ventas han descendido en un -2,6%, según el barómetro del mes de enero de ACOTEX. De hecho, somos muchos los que llevamos tiempo pidiendo un cambio en el modelo de rebajas ya que, tal y como está configurado en la actualidad, no resulta beneficioso. Actualmente tenemos un sistema libre, muy difícil de controlar. Para nosotros, lo ideal sería tener la posibilidad de adaptar los descuentos a las necesidades de los comercios. Rotar la mercancía y aplicar las rebajas en base a los productos que se nos quedan parados. Así, podemos tener en cuenta factores externos que también condicionan las ventas, como la climatología. El inicio y fin de las temporadas no corresponde con el inicio de las estaciones, lo que provoca que en época de rebajas las tiendas tengan que aplicar descuentos sobre ropa que es de temporada.

Otras campañas de descuentos puntuales, como es el caso del Black Friday, perjudican enormemente al sector ya que obligan a rebajar todos los productos en un momento clave de la temporada.

  • Apostar por el made in Spain en todas las fases

No hace muchos años, el número de talleres textiles en España era bastante elevado. Hoy en día, gran parte de las marcas españolas deciden fabricar sus prendas fuera de nuestro país con el objetivo de reducir costes de producción. Si queremos recuperar esta producción española es necesario contar con espacios de trabajo que puedan competir en cuanto a rapidez con las grandes industrias del momento (como es el caso de China). A ello también se le suma la necesidad de apostar por una formación de calidad en la materia, imitando modelos como el del Reino Unido donde existen grandes centros de formación.