Un impuesto cuyo abono depende mucho de lo ordenado que sea el autónomo

Cuatro consejos para evitar la falta de liquidez a la hora de pagar el IVA

Los expertos reiteran mucho que el IVA no es un impuesto que pagan los autónomos, sino que se limitan a ser recaudadores de Hacienda. Pero sí es cierto que, muchas veces, el autónomo se puede encontrar con problemas de liquidez para ingresar trimestralmente el IVA. Unos consejos para evitarlo.

Cuatro consejos para evitar la falta de liquidez a la hora de pagar el IVA
Cuatro consejos para evitar la falta de liquidez a la hora de pagar el IVA
Cuatro consejos para evitar la falta de liquidez a la hora de pagar el IVA

Uno de los principales problemas que presentan los autónomos al inicio de su actividad -y durante toda la vida del negocio- es la buena gestión del Impuesto del valor Añadido (IVA). Siempre es necesario un control de este impuesto dentro de la tesorería del negocio para evitar problemas que, más tarde, impidan contar con la liquidez necesaria para ingresar trimestralmente en Hacienda las cantidades del impuesto que previamente se han cobrado en las facturas.

Los expertos fiscalistas no se cansan de reiterar que el IVA devengado no es un impuesto que afronte el autónomo, sino que éste es un mero recaudador a través de las facturas que emite ya que el que paga el impuesto es su cliente. También el autónomo paga IVA (deducible) cuando compra o solicita servicios a terceros y puede desgravarlo. Pero en cuanto al IVA devengado se trata de una responsabilidad que le compete en su papel de intermediador frente a Hacienda.

Para entender el funcionamiento de este impuesto y cómo afecta a la liquidez de las cuentas de un negocio es necesario entender que todo autónomo o emprendedor trabaja con dos tipos de IVA distintos: como intermediarios venden productos u ofrecen servicios, y recaudan el impuesto que pagan sus clientes (IVA devengado o repercutido), pero también adquieren a su vez otros productos o servicios necesarios para el desarrollo de su actividad (IVA deducible o soportable). El abono de este impuesto será la diferencia entre ambos.

En la labor de recaudadores (IVA devengado o repercutido), la principal sugerencia que hacen todos los expertos es que jamás gasten el IVA que han ingresado de sus facturas. A veces es complicado no hacerlo ya que, en el devenir de un negocio, no siempre es fácil. Pero gastarse el IVA recaudado provocará tenerlo que conseguir por otras vías porque Hacienda es inexorable y cada trimestre exigirá su puntual ingreso. No hacerlo supone arriesgarse a recargos y sanciones.

 Sin embargo, hay también algunas claves que los nuevos emprendedores pueden tener en cuenta para evitar encontrarse con problemas de liquidez debido a una mala gestión del IVA. Obviamente, la más recomendable y sencilla para un autónomo que empieza o para una actividad que no requiera demasiadas gestiones es tener dos cuentas. Una para los ingresos descontando el IVA y otra en donde se irán destinando las cantidades de IVA correspondientes a cada factura. Si se tienen dos cuentas diferenciadas y la destinada a este impuesto no se toca, lo normal es que no haya problemas a la hora de liquidar el IVA en Hacienda. 

Pero hay otros consejos válidos para gestionar bien este impuesto. Los autónomos que comienzan con su actividad por cuenta propia deben tener en cuenta que para presentar correctamente esta declaración es necesario contar con un sistema de contabilidad, y que a través de este se lleve un registro de las facturas, necesarias, además, para justificar las posibles deducciones fiscales.

Es fundamental llevar la contabilidad al día

Los líos con las facturas no son buenos en ningún caso y, aunque parezca increíble, muchos negocios son bastante anárquicos a la hora de gestionar su contabilidad. Las facturas a veces se amontonan en carpetas o cajones hasta que llega el momento de hacer la declaración trimestral. Javier González Rivas, socio de Honex Abogados y Asesores, insistió en que la primera clave a tener en cuenta para una buena gestión es “llevar una correcta contabilidad de las facturas, que nos permita gestionar correctamente el pago del IVA”. Las facturas deben estar contabilizadas de manera diaria, para lo que existen programas específicos de contabilidad o facturación.

Ente las dos opciones más habituales para afrontar este requerimiento se encuentran “contratar un asesor contable y fiscal u obtener un software de facturación, con el que automatizar el trabajo, evitar errores en la contabilidad manual y ahorrar tiempo”. Uno de los requisitos fundamentales para poder deducir cualquier gasto es que se encuentren registrados en la contabilidad correctamente y que puedan estar justificados a través documentación física lícita como es el caso de la factura.

Saber los gastos que se pueden o no se pueden deducir en el IVA

Otra de las claves es tener en cuenta los factores que afectan a la deducción del IVA. Normalmente, las deducciones se realizan en la declaración del periodo de liquidación correspondiente al momento en que el autónomo soportó el IVA que se quiere deducir, aunque existe un margen de hasta cuatro años desde la emisión de la factura.

Además, como afirma González Rivas, la deducción de los gastos vinculados al desarrollo de la actividad solo serán válidos ante Hacienda cuando sean totalmente necesarios para el desarrollo de la actividad; entre ellos encontramos “consumos de explotación (materiales), arrendamientos del local donde se ejerce la actividad, tributos fiscalmente deducibles o servicios profesionales indispensables para el ejercicio de la labor en cuestión”, pero deben “cumplir los requisitos contemplados para que no sean deducidos de manera incorrecta” y evitar posibles sanciones futuras de Hacienda.

Se puede aplazar el pago del IVA

Una tercera opción es solicitar un aplazamiento del pago del impuesto si no podemos hacer frente al abono en la fecha establecida. Solicitar un aplazamiento a Hacienda es una alternativa que se solicita a través del modelo 303 dentro del plazo correspondiente al momento de realizar la autoliquidación. Para realizar este tipo de solicitud, los autónomos deben tener la documentación al día.

Este aplazamiento está sujeto a un tipo de interés y para su aprobación el emprendedor debe acreditar la incapacidad para hacer frente al pago, con un plazo de 10 días para presentar aquellos documentos que falten. Esta alternativa permite aplazar 12 meses aquellas deudas inferiores a 30.000 euros sin necesidad de justificar el impago de facturas.

Abrir una línea de crédito que aporte liquidez para el pago de impuestos

La mayoría de los bancos ofrecen líneas de crédito para otorgar liquidez a los autónomos y pequeños negocios que se pueden utilizar, obviamente, para abonar los impuestos. Las condiciones y características difieren un poco según la entidad, pero en general se trata de una cantidad que el banco pone a disposición del negocio y de la que el autónomo puede disponer siempre que la necesite.

Por otro lado existen líneas del Instituto de Crédito Oficial. Consisten en un conjunto de “instrumentos financieros englobados en las Líneas ICO de Mediación” dentro del modelo de colaboración público-privada, que financian actividades empresariales de autónomos, pymes y emprendedores de cualquier sector. Aquí se incluye “financiar liquidez para actividades empresariales”, tal y como informan desde el ICO. Para acceder a estas líneas de crédito, el interesado debe dirigirse a una de las entidades colaboradoras y tramitar la solicitud. Dentro del proceso, se facilita la tramitación a los emprendedores mediante asesoramiento, ya que “cuenta con una red de agentes colaboradores” integrada por asociaciones empresariales, cámaras de comercio, etc., a las que pueden pedir esa guía para “que les acompañen durante el proceso de solicitud” mencionado.

La característica fundamental de estas líneas es que “son un producto sencillo”; entre ellas destacan la modalidad Línea ICO Empresas y Emprendedores, para facilidad en la tramitación y financiación a largo plazo, y la Línea ICO Crédito Comercial, que complementa la anterior para anticipos y descuentos de facturas y financiación a corto plazo, según detallan en ICO. Para llevar a cabo estos planes el tipo de interés varía en función del plazo al que el autónomo suscriba la operación, pero “el ICO establece una TAE máxima según el plazo”.

La relación contractual de ICO es con aquellos bancos y cooperativas que se encuentran adheridos al sistema de Mediación, y con las asociaciones y entidades que difunden las Líneas ICO de manera gratuita. Entre ellas se encuentran la Confederación Española de Comercio, Agencias de Comunicación de España, Unión Profesional, el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial y diferentes federaciones de empresarios de varias comunidades autónomas del territorio nacional.