Para no tener que cerrar el negocio

Los autónomos están aceptando plazos de pago más largos por culpa de la crisis

Según un informe de Intrum, el 48% de los negocios se están viendo obligados a aceptar plazos de pago más largos durante la crisis, para poder seguir trabajando y evitar el cierre. 

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Los autónomos están aceptando plazos de pago más largos por culpa de la crisis

Los autónomos y pequeños negocios han tenido que aceptar periodos de pago más largos durante la pandemia para poder seguir trabajando. Cobrar más tarde y por encima de los plazos legales estipulados ha sido, prácticamente, la única alternativa que les ha quedado para evitar la quiebra. Hasta el punto de que han llegado a aceptar condiciones con las que reconocen "no sentirse cómodos".

Éste es el panorama financiero que deja la Covid-19, en el que se mueven los pequeños negocios, y que saca a la luz el último Informe Europeo de Pagos, elaborado por Intrum. En el estudio, la compañía detalla que casi la mitad de los negocios (el 48%) en España permitieron a sus clientes un periodo de pago mucho mayor al acordado durante los últimos meses por la emergencia sanitaria.

De hecho, aseguran que para evitar tener que cerrar o ir a quiebra, se vieron obligados a aceptar periodos de tiempo inusualmente largos, que podrían haber puesto incluso en riesgo su actividad. El 90% de ellos aseguran haber firmado condiciones por su trabajo "con las que no se sienten cómodos", según recoge el estudio.

Una situación de morosidad que preocupa a los empresarios y que, como recoge el informe de Intrum, va a ir a más. “Las previsiones no son nada halagüeñas. Según las estimaciones del Banco de España, el volumen de impagos en el tejido empresarial podría aumentar una vez venza el plazo de carencia de los avales que sustentan a muchas pymes actualmente”. 

Todo ello, se produce en un contexto en el que la Directiva Europea establece, para luchar contra la morosidad empresarial, que los plazos de pago entre empresas o autónomos no excedan los 60 días. Sin embargo, la realidad dista mucho de esa norma y “el tiempo que transcurre entre el plazo de pago acordado y su duración real es cada vez mayor, llegando a superar, de media, los 20 días en el caso español”, denuncia el documento.

De esta forma, mientras que los negocios ofrecen a sus clientes y proveedores un plazo medio de pago de 44 días, éstos últimos no llegan a abonar las facturas hasta 65 días después. Se trata de una tardanza que es cinco días superior al promedio europeo.

La pandemia dispara la morosidad

El aumento de la morosidad a causa de la pandemia es una de las consecuencias que también recoge los diferentes barómetros que realiza la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA). En concreto, su séptima encuesta refleja que la crisis de la Covid-19 ha generado que los autónomo cobren cada vez más tarde.

Hasta el punto de que uno cada tres trabajadores por cuenta propia encuestados aseguraron haber sufrido morosidad en los últimos meses. Se trata de una incidencia que fue cuatro puntos superior a la obtenida en el sexto barómetro y que muestra cómo la tasa de impagos aumenta conforme pasan los meses.

Tres razones para aceptar la morosidad

Volviendo al quinto Informe Europeo de Pagos de Intrum, la compañía detalla cuáles son las tres razones principales que empuja a los pequeños negocios a aceptar cobrar más tarde. 

La primera razón que dieron los encuestados es: mantener una buena relación con sus clientes. Ocho de cada diez negocios declararon que éste es el primer motivo para aceptar cobrar más tarde por la venta de sus productos o la realización de sus servicios. A ello, se le une el segundo factor, que es evitar tener que cerrar. El 44% de las negocios alude a que prefirió aceptar pagos más largos, a tener que asumir la quiebra.

Y por último, se encuentra la incertidumbre macroeconómica. Es decir, los negocios que participaron en el estudio reconocieron haber extendido sus condiciones de pago en el último año como consecuencia del declive económico. Un comportamiento de  que destaca en el contexto europeo, al estar casi diez puntos por encima del promedio de los Estados miembros.

Los impagos les obligan a tener que despedir

La morosidad que sufren los autónomos no sólo tiene repercusiones para ellos y el funcionamiento de su actividad, sino también para los que dependen de que su persiana siga abierta: sus empleados. “Tanto es así que el 42% de las pymes aseguran que los retrasos en los pagos están detrás de los despidos en su plantilla”, apunta el estudio de Intrum.

Según explican, “el descenso de la oferta por la pandemia y el hundimiento de la demanda están dando lugar a retrasos en los pagos que, junto a la caída de ingresos, derivan en el despido de trabajadores y el cierre de las empresas. Prueba de ello es que, entre marzo y agosto de este año, se han destruido 74.300 empresas en España, según los Códigos de Cuenta de Cotización de la Seguridad Social”.