Y dejan de servir cenas

Muchos restaurantes reducen su carta ante las nuevas restricciones de Madrid

La Comunidad de Madrid amplió las restricciones a 47 zonas de la capital. Los hosteleros de las zonas confinadas han visto caer su actividad hasta en un 80%. La mayoría han dejado de servir cenas y han tenido que recortar su carta a la mitad.

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Juan José Blardony, director de Hostelería Madrid.
Muchos restaurantes reducen su carta ante las nuevas restricciones de Madrid

La Comunidad de Madrid aprobó la semana pasada extender las limitaciones de movilidad y actividad a ocho nuevas zonas de la región ante la incidencia de contagios registrados. Actualmente, la capital tiene un total de 45 zonas sanitarias confinadas,  y más de un millón de madrileños y miles de negocios se han visto afectados por las restricciones.

Una vez más, la hostelería ha sido el primer sector en sufrir los daños económicos que suponen las restricciones a la movilidad. Con las limitaciones de horarios y del ejercicio de la actividad -se ha prohibido, entre otras cosas, servir en la barra- miles de autónomos han vuelto a sufrir un segundo confinamiento que, según advierten, podría ser el último para sus negocios.

Esta vez, el sector quiso advertir de su precaria situación y lanzar el último grito de socorro a través de una gran caravana de coches, furgonetas y camiones que salieron este martes a las calles de la capital en representación de toda la cadena de valor de la hostelería.

La protesta finalizó con una parada frente a la fachada del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, donde los representantes valoraron la inclusión de la hostelería en la prórroga de los ERTEs  como un gesto positivo por parte del Gobierno, pero insuficiente para salvar al sector. “Ahora mismo es muy complicado sobrevivir. Hablamos de más de 5.000 establecimientos en la comunidad que nos vemos abocados prácticamente al cierre si esto se prolonga unas cuantas semanas más", denunció Juan José Blardony, presidente de la Asociación de Hostelería Madrid,

El presidente de la organización explicó que, desde que comenzó la pandemia, “el consumo no termina de recuperarse”. De hecho, la media de la facturación de estos establecimientos no llega al 50% y muchos hosteleros apenas logran facturar entre el 20% y el 30% de lo que hacían antes de la crisis.

Han tenido que dejar de dar cenas o reducir la carta a la mitad 

Si el consumo ha caído en picado para la hostelería en todo el país, en la capital están en una situación todavía peor. De hecho, la mayoría de los negocios no saben si podrán sobrevivir a las nuevas limitaciones impuestas desde el Ejecutivo regional como la reducción del aforo y horarios de apertura.

En concreto, el cierre a las diez de la noche implica para muchos hosteleros tener que olvidarse prácticamente de servir cenas. “Hemos calculado que, al final, se está restringiendo hasta un 80% de la actividad. Ahora mismo en la mayoría de zonas de España ya estamos restringidos hasta la 01.00 horas, no pudiendo admitir clientes a partir de las 00.00 horas, por lo que bajarlo a las 22.00 horas supone limitar prácticamente todas las cenas”, denunció Blardony.

Otros negocios, pese a no estar ubicados en zonas de confinamiento, han tenido igualmente que modificar sus horarios mucho más allá de lo permitido porque no pueden afrontar los gastos que les supondría permanecer abiertos todo el día. Es el caso del bar madrileño La Diana, próximo a Avenida de América, que llegadas las seis de la tarde tiene que echar el cierre, según explicó uno de sus camareros.

La llegada del frío podría restringir aún más su actividad

Además, la llegada del otoño y el frío podrían perjudicar todavía más al consumo. Lógicamente, con el mal tiempo, menos clientes estarán dispuestos a consumir en las terrazas, que hasta ahora están siendo “la salida” que salva al sector. En este sentido, desde Hostelería Madrid han solicitado al Ejecutivo regional un permiso extraordinario para que las terrazas puedan instalar calefacciones, así como habilitar mamparas verticales que mantengan las zonas sin un frío excesivo durante todo el invierno, sin dejar de estar al aire libre, que es "la forma más segura" desde un punto de vista sanitario.

Enfrentarse a este panorama, está obligando al sector en general a “ser más eficiente”, señaló el director de Hostelería Madrid. Y eso se consigue a base de suprimir ciertos servicios y productos para “optimizar en lo posible la cuenta de resultados”. En concreto, una buena parte está recortando, en ocasiones hasta la mitad, la oferta de sus menús y cartas para poder simplificar la producción ante la caída de su demanda.

Los productos perecederos y “que más rápido se estropean” es lo primero de lo que han prescindido en el bar madrileño Don Carmelo, según contó su dueño, que avisó además de que, “como sigamos así, tendremos que restringir la carta del todo”. Se trata además de un planteamiento que parece estar extendiéndose por el colectivo pues, a raíz de las nuevas limitaciones, algunos hosteleros han dejado incluso de servir tapas. “Con las consumiciones suelo dar una tapa, y eso conlleva abrir la cocina, un gasto que tendré que cortar porque la poca clientela que hay no me da para cubrirlo”, explicó, Juan Romero, autónomo propietario de un bar en la zona sanitaria confinada de Daroca.

Caídas del 30% en la facturación por el teletrabajo

Además de las restricciones, la hostelería de todo el país se está enfrentando a cambios en los hábitos de consumo. En su mayoría, motivados por el teletrabajo. Aunque esta modalidad permite la supervivencia de muchos negocios, tras su irrupción se ha puesto en peligro a todo un sector, la hostelería y, especialmente, a aquellos bares y restaurantes de las ciudades que vivían hasta ahora de los desayunos y comidas de los trabajadores. "La falta de este tipo de clientela está siendo un duro golpe para muchos autónomos”, explicó Emilio Gallego, Secretario General de la Confederación Empresarial de Hostelería de España.

Por su parte, Antonio García, secretario general de la Federación Provincial de Empresas de Hotelería y Turismo de Granada, calculó que los bares y restaurantes de la provincia están perdiendo entre el 25% y el 30% de su negocio por la fuerte caída en la demanda de los desayunos. Estas pérdidas se disparan hasta el 50% para aquellos que se encuentran en zonas de despachos y oficinas, según datos de Hostelería Madrid.

A ello se suma la falta de turistas y de parte de su clientela más mayor que, al ser población de riesgo, no salen a la calle “por miedo”, y que repercute asimismo en la gran disminución del consumo. “Es sencillo darse cuenta de que la hostelería está seriamente dañada”, replicó García.

Exigen ayudas al Gobierno "a golpe de claxon"

Las consecuencias económicas que acarrean los actuales confinamientos selectivos en la región agravan todavía más las pérdidas ya acumuladas desde marzo. En Madrid, se ha destruido un 20% del empleo del sector de la hostelería, lo que se traduce en una pérdida de 40.000 puestos de trabajo de los 195.000 que se registraban al inicio de este año. Pero su impacto en el empleo podría llegar ser el doble del actual. “Más de 80.000 personas de nuestro sector podrían ser despedidas”, apuntó Blardony, director de la Asociación Hostelería Madrid.

Por eso, varias asociaciones de hostelería organizaron este pasado martes una caravana reivindicativa en la capital para exigir que “no se abandone ni se deje tirado” a un sector que representa un 6% del PIB nacional. Son “los primeros interesados en que se controle esta pandemia”, pero si las decisiones adoptadas para ello frenan su actividad, esperan una compensación por ello, concluyó Blardony. Entre sus objetivos se encontraba la inclusión del colectivo a la extensión de los ERTE. Demanda que, finalmente, tuvo en cuenta el Gobierno, que rectificó in extremis e incluyó a estos negocios en la prórroga de los expedientes. 

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A golpe de claxon, dentro de sus vehículos particulares, furgonetas o camiones de reparto, los autónomos y trabajadores de la hostelería madrileña emprendieron una marcha de protesta hasta la fachada del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, situado en el Paseo de la Castellana a la altura del metro Cuzco. Bajo el lema “Salvemos la Hostelería”, los participantes iniciaron el recorrido a las 10.30 horas en el Paseo de Camoens (Argüelles). Después, la hilera de coches continúo su trayecto por diversas calles madrileñas, así como por la Plaza de Colón y Nuevos Ministerios.

En su parada frente al Ministerio, el presidente de Hostelería España, José Luis Yzuel, valoró positivamente en declaraciones a los medios el acuerdo ‘in extremis’ sobre la prórroga de los ERTE . No obstante, afirmó que se trata del acuerdo de urgencia “menos malo” al que se podía llegar , pero que todavía “queda mucho trabajo por hacer".

Entre otras medidas, recordó el Plan de Rescate para la hostelería en el que piden que se incluyan ayudas directas a fondo perdido para el sector. Piden que sea así porque, hasta ahora, aseguran que la Comunidad de Madrid sólo ha puesto en marcha líneas de financiación en forma de avales, lo que finalmente termina suponiendo más endeudamiento para las empresas.

De hecho, “los bancos están avisando del aumento en el índice de morosidad. Vamos a ver una oleada de concursos de acreedores en lo que nos queda de año”, alertó Juan José Blardony, presidente de Hostelería Madrid.