Sólo el 8% de los autónomos cotiza por bases superiores a los 2.000 euros
Un 33% de los trabajadores por cuenta propia declara en su IRPF ingresos superiores a 30.000 euros. Sin embargo, menos del 10% cotiza por bases que superan dos veces la mínima de 944,40 euros.
El desconocimiento de las coberturas a las que da acceso la cuota de cotización a la Seguridad Social hace que muchos autónomos elijan bases muy inferiores a la que ciertamente podrían asumir. Mientras que, según el informe El trabajador autónomo ante la previsión social, elaborado por ATA para Fundación Mapfre, sólo el 8% de los afiliados al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) cotiza por bases superiores a los 2.000 euros, los datos de Hacienda revelan que un 33% declara en su IRPF rendimientos netos superiores a los 30.000 euros. Incluso, según los datos de la Agencia Tributaria, cerca del 2% (algo más de 25.000) estarían tributando por cifras superiores a los 150.000 euros.
La desproporción de los datos vuelve a poner de relieve uno de los grandes retos que tiene que afrontar el colectivo de manera urgente: la falta de cultura de cotización, que ha hecho que muchos autónomos consideren que el pago de la cuota a la Seguridad Social es un impuesto más que añadir a la mochila fiscal. Nada más lejos de la realidad. De hecho, tanto las asociaciones de autónomos como los sectores público y privado vienen realizando una labor de concienciación e información acerca de los nuevos derechos a los que da acceso la cotización, más allá de la futura pensión, como son la prestación de baja por maternidad, el accidente laboral o in itinere y el cese de actividad.
Además de lo anterior, el citado informe ofrece conclusiones sobre la relación entre las bases de cotización y la edad de los autónomos. “Como era de esperar, a menor edad del autónomo, más baja es su cotización”, destacan los analistas de Fundación Mapfre. Así, y pese a que en todos los grupos de edad la mayor parte optan por la base mínima de 944,40 euros, “según aumenta el grupo de edad, también aumenta el número de autónomos que elige cotizar por bases superiores”.
La prueba, según el informe, es que entre los menores de 25 años apenas el 14,9% escoge una base superior a los 1.000 euros. Porcentaje que aumenta hasta el 36% y el 38% en las franjas de edad que van desde los 26 a los 39 años y de los 40 a los 54, respectivamente. Más elevado es aún el número de autónomos mayores de 55 años que cotizan por bases superiores a la mínima. De hecho, en términos relativos, el número de cotizantes por bases de entre 1.000 y 2.000 euros se fija en un 41% al que hay que sumar otro 8% que se corresponde con aquellos que optan por bases de más de 2.000 euros. Este fenómeno se produce porque “cuanto más joven se es más lejana se ve la jubilación y más baja es la percepción de sufrir un contratiempo”, aclaran los expertos. “Para un autónomo menor de 25 años la jubilación no es una preocupación, pero a medida que se avanza en edad y la fecha de jubilación se va acercando, se empieza a pensar más en el futuro y en la protección social”.
Desde la Seguridad Social han insistido en repetidas ocasiones en que la forma de romper esta percepción es realizar una intensa campaña informativa donde se explique a los autónomos que aumentar las bases de cotización no sólo afecta a la futura pensión de jubilación, sino a prestaciones presentes como la baja por enfermedad, por accidente, por maternidad o paternidad, por viudedad y por cese de actividad. Es decir, nadie está exento de sufrir una baja y con bases mínimas sólo se obtienen prestaciones mínimas que no cubrirían las necesidades mensuales del autónomo que no puede trabajar.
Aumento de las bases medias de cotización
Pese a que todavía queda mucho camino por recorrer, las bases medias de cotización de los autónomos aumentaron casi un 19% entre 2007 y 2017 (últimos datos recogidos en el histórico de cotizaciones al RETA de Seguridad Social), casi siete puntos por encima de lo que lo hicieron las del Régimen General. Esto supuso pasar de 907 a 1.078 euros. Mejora que se debe, por un lado, a la subida de las bases mínimas y, por otro, a que poco a poco cada vez son más los autónomos que optan por bases superiores a la más baja.
De hecho, si tenemos en cuenta el último informe del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, sobre la Situación de los autónomos persona física del tercer trimestre del año, el 69,1% de los autónomos mayores de 55 años cotiza por bases tres veces superiores a la mínima -mejorando en algo más de un punto el dato de 2018- y otro 74% lo hace por bases entre dos y tres veces mayores.
Apoyo: 25 años cotizados
Hasta la reforma de las pensiones del año 2013, para calcular la pensión de jubilación la Seguridad Social computaba los últimos 15 años cotizados. Esto hacía que muchos autónomos tirasen de ingeniería financiera y cotizasen por la base mínima hasta cumplir los 50 años.
Tras los cambios introducidos por la citada reforma, el periodo valorado para el cálculo se amplió en 10 años, hasta los 25. Asimismo, se estableció un periodo transitorio entre 2013 y 2021 por el que, cada año, se computan 12 meses más. Es decir, para quienes se hayan jubilado o se jubilen dentro de este año 2019, la Seguridad Social tendrá en cuenta los últimos 22 años cotizados, mientras que para quienes lo hagan el próximo 2020 se valorarán los 23 previos. Algo que beneficiará a los autónomos. Especialmente a aquellos que durante los años más duros de la crisis se vieron obligados a rebajar su base de cotización.