Según un informe elaborado por la Red Española de Desarrollo Rural

Los jóvenes autónomos del medio rural hablan de sus problemas: miedos, burocracia, falta de oportunidades

La Red Española de Desarrollo Rural (REDR) ha lanzado su último informe titulado El Emprendimiento Juvenil en el Medio Rural 2023. Dicho informe pone de manifiesto el panorama del emprendimiento que ofrece el medio rural.

Back view of a farmer in motion walking through his garden with trees with sky and clouds on horizon
Dos son las motivaciones del emprendedor rural: la continuidad de la tradición familiar y la búsqueda de sustento.
Los jóvenes autónomos del medio rural hablan de sus problemas: miedos, burocracia, falta de oportunidades

La Red Española de Desarrollo Rural (REDR) ha lanzado su último informe titulado El Emprendimiento Juvenil en el Medio Rural 2023. Dicho informe pone de manifiesto el panorama del emprendimiento que ofrece el medio rural. El fomento del emprendimiento juvenil debería ser una estrategia clave, pues las iniciativas emprendedoras en el medio rural no sólo contribuyen a la reducción de las tasas de desempleo juvenil, sino que también desempeñan un papel esencial en la retención de población en los municipios. Sin embrago, el informe señala que emprender no figura como una de las salidas profesionales más populares para la juventud rural por las dificultades que conlleva. Por todo ello, el  estudio expone las tres vías principales de financiación para los jóvenes emprendedores rurales.

La situación actual del emprendimiento juvenil rural en España

Los datos revelan que, a lo largo del 2022, se identificaron dos motivaciones para el emprendimiento: la continuidad de la tradición familiar y la búsqueda de sustento. Ante una limitada oferta laboral, aproximadamente un 21% de los recientes emprendedores manifestaron su interés en preservar la herencia familiar, alcanzando el 30% en aquellos emprendedores ya consolidados. Por otro lado, en relación con la búsqueda de sustento debido a la situación laboral, un 71% de los emprendedores recientes y un 74% de los negocios consolidadas apuntaron este motivo como el principal.

Pero uno de los principales desafíos del emprendimiento es la gestión de la incertidumbre y el miedo al fracaso, seguido del acceso a la financiación y de las dificultades para concretar el plan de negocio, según se desprende de este informe. El miedo al fracaso se percibe como un obstáculo para el 44% de las mujeres emprendedoras (42% en 2021), en comparación con el 42% de los hombres (42% en 2021). Además, tan sólo un 32% de las mujeres (38% en 2021) que están iniciando sus negocios considera que existen oportunidades para emprender en los próximos meses, en contraste con el 35% de los hombres (44% en los hombres). Estos datos revelan que el 65% de los hombres y el 68% de las mujeres que ya están emprendiendo lo hacen sin percibir oportunidades claras de negocio. Datos que son parecidos a los del año 2021 y “más pesimistas” en algunos casos.

Los jóvenes rurales aseguraron encontrar una serie de ventajas a la hora de emprender, entre las que destacaron diez:

1. Ser tu propio jefe.

2. Flexibilidad horaria.

3. Impacto social.

4. Poder materializar tus sueños y valores.

5. Libertad creativa.

6. Libertad financiera.

7. Poder decidir trabajar en el pueblo.

8. Enfrentarse a retos diarios.

9. Vinculación de los ingresos con el nivel de producción y experiencia.

10. Conciliación familiar.

Pero también expusieron el mismo número de desventajas:

1. Trámites burocráticos.

2. Falta de empatía por parte de las administraciones.

3. El gasto económico que supone hacerse autónomo.

4. Falta de capital inicial.

5. Soledad.

6. Incertidumbre.

7. Riesgo económico.

8. Cultura poco familiarizada con el diseño, la comunicación, el marketing y la difusión del producto para la comercialización.

9. Cultura reticente a la novedad.

10. Mantenimiento de la empresa.

Opciones de financiación de emprendimientos en el medio rural

La financiación para desarrollar proyectos o poner en marcha negocios presenta tres principales opciones. En primer lugar, el programa LEADER.  El término “LEADER” tiene sus orígenes en las siglas en francés de Liaison Entre Actions de Développement de l'Économie Rurale, que significa “vínculos entre acciones de desarrollo de la economía rural”. LEADER es un método de desarrollo local que lleva 20 años utilizándose para hacer partícipes a las localidades en el diseño y la puesta en marcha de estrategias, la toma de decisiones y la asignación de recursos para el desarrollo de sus zonas rurales.

Marca las pautas de actuación y define cómo deben ser los diferentes enfoques de desarrollo de los territorios. Es la propia población la que propone y plantea el desarrollo que debe seguir el territorio, de acuerdo a sus necesidades y capacidades, y tiene una participación activa en la presentación de proyectos y toma de decisiones. Así, la comunidad local, un ciudadano, una asociación, etc., presentan proyectos para que sean aprobados en los Foros de Participación Ciudadana. Una vez aprobados, se presentan a los Grupos de Acción Local, que los canalizan y se encargan de aplicar el programa LEADER. Hay alrededor de 2.800 grupos de acción local (GAL) en España. Los Grupos de Acción Local acompañan y asesoran a esas personas o entidades que van a poner en marcha esas iniciativas. Distinguen entre dos tipos de proyectos:

  • Proyectos no productivos

Los proyectos no productivos son todas aquellas iniciativas que no van a generar beneficios económicos en sí mismos, sino que van a crear un valor añadido en el territorio, no cuantificable en términos monetarios. Es decir, el proyecto está enfocado a producir bienes y servicios que no van a ser objeto de venta. Los ayuntamientos o las asociaciones sin ánimo de lucro suelen ser las entidades receptoras de estos fondos. El porcentaje de financiación que pueden cubrir varía dependiendo de la comunidad autónoma, aunque puede llegar a alcanzar el 90 % o 100 % de la inversión.

  • Proyectos productivos

Los proyectos productivos son los que sí van a generar beneficios económicos a cambio de la venta del bien o servicio que se ofrece. Es decir, el objetivo del proyecto es la comercialización del producto generado, creando una riqueza económica medible en el territorio. Dado que este tipo de proyectos va a conseguir rentabilizar a medio plazo la inversión realizada, la ayuda económica es menor a la anterior; suele rondar el 30% y, en algunos territorios, puede llegar a alcanzar el 65%.

Una segunda vía de emprendimiento es el crowdfunding, entendido como un esfuerzo o aportación económica colectiva para apoyar proyectos de emprendedores o de entidades. Se trata de conseguir capital mediante una financiación basada en pequeñas contribuciones, generalmente vía Internet o redes sociales, para poner en marcha el proyecto. Y hay que tener en cuenta que una campaña de crowdfunding puede servir para que un proyecto se capitalice previamente a la solicitud de una ayuda LEADER, y así disponer de los fondos para una inversión sin la necesidad de solicitar financiación bancaria, ya que en los proyectos que se presentan a los Grupos de Acción Local hay que “adelantar” el montante económico que se va a solicitar. Gracias a una campaña de crowdfunding, dicha capitalización inicial puede suponer la solvencia en la gestión de un proyecto.

Y como tercera opción estaría la nueva Ley de Startups. Se trata de la reciente Ley de Fomento del Ecosistema de las Empresas Emergentes, conocida como la Ley de Startups y aprobada el 21 de diciembre de 2022. Tiene como objetivo fortalecer y ayudar a financiar a los emprendedores que ponen en marcha un negocio. Dicho negocio debe ser de nueva creación y tener una antigüedad inferior a cinco años (o siete años en el caso de empresas dedicadas a la industria, energía, biotecnología o surgidas de investigaciones científicas). El 60% de la plantilla de este negocio emergente debe disponer de contrato laboral en España.

Además, es requisito que tengan su sede social o domicilio social en España y que sus proyectos sean considerados "innovadores" y con un límite de facturación de 10 millones de euros. Estos negocios emergentes disfrutan de significativas reducciones fiscales, con una disminución del tipo impositivo en el Impuesto de Sociedades y el de la renta de no residentes, pasando del 25% al 15% durante los primeros cuatro ejercicios.

La ley también impulsa el emprendimiento tecnológico en áreas rurales y en sectores como la agricultura, la ganadería, el urbanismo y el medio ambiente, promoviendo así el desarrollo tecnológico y sostenible. A las startups se les facilita la obtención del número de identificación fiscal (NIF) de forma electrónica a través de la Empresa Nacional d Innovación (ENISA), con un proceso sencillo, rápido y gratuito para los emprendedores. Mientras estas empresas emergentes no logren ser rentables, es crucial contar con un flujo constante de financiamiento. Por ello, se ha ampliado la base máxima de deducción por inversión en este tipo de empresas, pasando de 60.000 a 100.000 euros anuales, con un aumento del tipo de deducción del 30% al 50%, entre otras facilidades a las que ha dado soporte esta Ley.

El emprendimiento rural contribuye al desarrollo de los pueblos y a la conservación del patrimonio

A modo de conclusión, el estudio resume que los jóvenes que se decidan a emprender en el medio rural no sólo estarán creando sus propios negocios, sino también contribuyendo al desarrollo de sus pueblos y a la conservación del patrimonio cultural y natural de la zona. Hay que tener en cuenta que muchos de estos emprendedores están trabajando en colaboración con otras iniciativas locales, como asociaciones culturales o grupos de agricultores ecológicos, generando sinergias y creando redes de apoyo mutuo. Además, este tipo de emprendimiento genera un efecto, multiplicador en la economía local, ya que los nuevos negocios están comprando insumos y materiales a proveedores locales, lo que a su vez genera nuevos empleos y oportunidades para otros emprendedores.

El emprendimiento en el medio rural en España ofrece oportunidades de desarrollo económico y social que, en ocasiones, pasan desapercibidas o se desconocen, por lo que es fundamental que se contemplen políticas y medidas específicas para fomentarlo, como la creación de incubadoras de empresas, el acceso a financiación y la promoción de programas de formación y capacitación empresarial. Además, es crucial que los emprendedores estén preparados para afrontar posibles fracasos y, más aún, que aprendan de estas experiencias para mejorar en el futuro. Así mismo, habría que garantizar un espacio seguro a nivel social y económico para las personas emprendedoras, mediante servicios de asesoramiento, acompañamiento, creación de redes de emprendedores e intercambio de experiencias.

Los Grupos de Acción Local desempeñan un papel fundamental al canalizar recursos y apoyo financiero a iniciativas locales, facilitando así el crecimiento sostenible de emprendimientos en áreas rurales. Pero se debe ofrecer respaldo y asistencia específica dirigida a los negocios y emprendedores rurales.