Cuatro consejos para no retrasar lo que más nos cuesta

¿Cómo evitar procastinar (dejar para luego) las tareas más tediosas?

Procastinar (lo que siempre se ha llamado dejar las cosas para luego) es un mecanismo de defensa al que, inconscientemente, recurre cualquier persona -también el trabajador autónomo- para retrasar decisiones o tareas que le cuestan trabajo afrontar. Sin embargo, estos aplazamientos pueden convertirse en uno de los mayores enemigos de un autónomo.

¿Cómo evitar procastinar (dejar para luego) las tareas más tediosas?

Ser autónomo no sólo supone estar afiliado al RETA. Facturas, correos, proveedores, llamadas, ventas, papeleos, entre otras muchas tareas, forman parte del día a día del trabajador por cuenta propia. Cuando un trabajador no tiene horarios y depende directamente de sus acciones y estrategias, el estrés y la ansiedad pueden instalarse en su rutina. Y es que, la sobrecarga de tareas, con todo lo que ello implica, es la principal razón por la que muchos autónomos 'dejan para mañana lo que pueden hacer hoy'. Procastinar es un mecanismo de defensa al que, inconscientemente, recurre el autónomo para evadirse de sus responsabilidades, para sustituir obligación por satisfacción, trabajo por recompensa.

Pero procastinar puede salir muy caro en un negocio. El aplazamiento de tareas está considerado uno de los mayores enemigos del trabajador por cuenta propia. Pero ¿por qué desarrolla un autónomo este hábito? Existen muchas razones, pero la escuela de negocios Level Up propuso las cinco más habituales, en las que pueden verse reflejados muchos emprendedores. Detectarlas es el primer paso para acabar con este hábito que afecta a la gestión de tantos negocios.  

¿Por qué procastinan los autónomos?

Cuando un emprendedor pone en marcha un negocio, cuando su actividad funciona e incluso aporta buenos rendimientos, llega la parte más difícil : adquirir los hábitos. Un autónomo no tiene horarios pero eso no significa que no tenga que tener una rutina de trabajo, un método para encauzar las tareas de su negocio.  

  • No haber adquirido el habito

Una de las principales razones por las que un autónomo aplaza sus tareas es porque no tiene un habito bien consolidado. “Cuando intentamos hacer algo que no forma parte de nuestra rutina diaria, nuestro cerebro tratará de impedírnoslo” aseguraron desde la escuela de negocios. No es un tema baladí, los hábitos son casi tan importantes como los clientes ya que, sin ellos, la gestión de un negocio puede hacerse muy complicada.

  • Buscar recompensas instantáneas

Una de las razones fundamentales por las que todo el mundo no vale para ser autónomo es la paciencia. Junto a la constancia, es parte de los valores fundamentales que tendría que tener cualquier autónomo. La búsqueda de recompensas instantáneas hace que muchos trabajadores por cuenta propia dejen a un lado tareas importantes pero tediosas para sustituirlas por algo más gratificante. Los objetivos no se cumplen de inmediato, pero eso no quiere decir que las tareas para alcanzarlos puedan aplazarse más de la cuenta. La impaciencia y el aplazamiento de tareas están, según la escuela de negocios, muy unidos en algunos trabajadores autónomos.

  • Pensar que la presión es positiva para el trabajo

No son pocos los que piensan que trabajar bajo presión les hace más productivos. En realidad, no es cierto, o al menos, no a largo plazo. La presión es fruto de una mala organización y produce estrés innecesario. Y es que, dejar todo para el final, lejos de incrementar la productividad, aumenta las posibilidades de hacer peor el trabajo y, además, verse sometido a episodios de estrés y ansiedad.

  • Engrandecer las tareas difíciles

Cuando una tarea parece que va a ocupar más tiempo de lo habitual o va a resultar difícil de ejecutar, el cerebro termina por engrandecerla. Se trata de un mecanismo de autoprotección, de miedo a enfrentarse a tareas nuevas o tediosas. Muchos las alejan para evitar sobreesfuerzos inmediatos. ¿El resultado? Cuanto más se tarda en hacerlas más difíciles parecen de realizar. 

Sin embargo, todos estos hábitos son perfectamente remediables. La fuerza de voluntad también se ejercita en un negocio. Con ciertas herramientas de su lado, el autónomo puede crear una rutina de trabajo equilibrada y eficiente y acabar con su tendencia al aplazamiento de tareas.

Cuatro consejos para dejar de procastinar

En realidad, no hay ninguna estrategia capaz de cambiar de raíz una serie de hábitos negativos para el negocio. Sin embargo, sí hay herramientas que pueden ser de gran utilidad para afrontar las tareas diarias e incluso mejorar la gestión del negocio.  

  • Convierte las tareas en algo gratificante

Una de las razones por las que el autónomo procastina es la falta de motivación. Ciertas tareas pueden parecer tediosas y aburridas. Una forma de aumentar la motivación por algunas tareas es compaginarlas con otras actividades más gratificantes.

  • Divide y reparte las tareas 

Muchas veces, los autónomos aplazan las tareas más difíciles de ejecutar, tienen miedo a enfrentarse a las actividades más tediosas y tienden a evitar sobreesfuerzos. La solución puede ser tan sencilla como dividir las tareas más complicadas en varias partes más fáciles de gestionar. Así, por ejemplo, un estudio de mercado puede dividirse en varios micro-estudios. Esto hace que las actividades se hagan más llevaderas y evita desplazarlas en el tiempo.

  • Evitar las distracciones

Las distracciones en el negocio pueden ser un problema a la hora de centrarse en las tareas que acontecen. Dispositivos como el móvil impiden volcarse al completo en las actividades del negocio, alargan en muchos casos el desarrollo de la tarea y tienden a hacer que el autónomo la deje para otro momento. “Eliminar tus distracciones te será de gran ayuda para enfocarte a la hora de hacer esa actividad que de normal, te cuesta un poco más.” Aseguraron desde LevelUp

  • Marcar pautas temporales

La libertad horaria no siempre es la mejor aliada del autónomo. A veces, algo tan sencillo como marcar una hora de comienzo y de final de las actividades puede ser una buena idea. La clave está en los objetivos a corto plazo, ya que ayudan a definir el progreso de la tarea y a que el autónomo se implique más en ella. “Esta estrategia hará que tu mente se enfrente a un objetivo asumible y definido en el tiempo. Esto, aumentará tu eficiencia y mejorará tus resultados” concluyeron desde la escuela de negocios.