Es frecuente entre agricultores

El contrato permuta, una forma legal que permite a los autónomos hacer trueques

El contrato permuta sirve, básicamente, para intercambiar propiedades. Es la fórmula legal de la que disponen los autónomos para hacer trueques, que se utilizan mucho para cambiar tierras o locales aunque puede extenderse a otros bienes o servicios. Pero, ojo, hay que cumplir algunos requisitos. 

El contrato permuta, una forma legal que permite a los autónomos hacer trueques

El trueque no ha desaparecido del todo, sigue existiendo aunque ya no se hace como antaño. Ahora, estos intercambios se formalizan por escrito, con la firma de ambas partes y con la asistencia, en la mayoría de los casos, de un abogado. Es lo que se conoce como 'contrato permuta' y consiste en el intercambio de un bien -normalmente material- por otro. Una opción bastante utilizada para la adquisición de tierras, locales o, incluso, maquinaria.

Lo primero que hay que saber sobre este tipo de contratos es que, normalmente, para que salgan adelante, tiene que existir una igualdad en el precio de los productos que se están intercambiando, que pueden ser de carácter inmobiliario, mercantil, de servicios o cualquier otro tipo. La permuta está recogida en el artículo 1.538 del Código Civil y es definida como “un contrato por el cual los contratantes se obligan a dar una cosa para recibir otra”.

Estos contratos se utilizan, en la mayoría de los casos, para el intercambio de tierras. Son frecuentes entre agricultores que quieren expandir su zona de cultivo. En vez de comprar la tierra que hay próxima a su cultivo, le proponen al dueño hacer un intercambio de esos metros cuadrados por otros que posee en otro lugar. 

De igual manera ocurre con los intercambios de bienes muebles -como las maquinas-, inmuebles, o servicios. El abogado laboralista, Alberto Ara, explicó que “el contrato permuta es una opción interesante para los autónomos de las zonas rurales dedicados a la agricultura. Porque no creo que en el sector del comercio se estén llevando a cabo este tipo de contratos”. Además, puede ser una buena opción para conseguir un establecimiento estratégico, por ejemplo, intercambiando un apartamento en la playa, por un local en el centro de la ciudad.

Características de los contratos permutas

Para ser legales, estos contratos deben cumplir una serie requisitos. Según publica el bufete Elías y Muñóz abogados, deben tener las siguientes características:

  • Ser consensuados: para la realización de un contrato de estas características, éste debe ser redactado, celebrado y ejecutado con el consentimiento de ambas partes. Esta sincronía en la elaboración del acuerdo, no implica “que la entrega de ambos bienes deba realizarse en el mismo momento en el que se produce dicha celebración” apuntan desde el bufete.
  • Debe ser recíproco: sí o sí tiene que haber un intercambio de algo. De hecho, ésto es precisamente -el dar un bien, a cambio de otro- a lo que obliga la normativa. Es importante especificar, que los sujetos que realicen los contratos permutas, deben tener la misma condición jurídica, es decir, deben realizarse entre persona jurídicas, o entre personas físicas.
  • Debe ser oneroso: ambas partes se obligan a la entrega de un bien por otro, de igual valor.
  • Debe ser obligacional y traslativo: la realización del contrato “no se encarga de transmitir la propiedad de un permutante a otro. Sin embargo, la legislación lo reconoce como suficiente para obligar, mediante el sistema que sea oportuno, a que se lleve a cabo”.

Asimismo, desde el bufete aclararon que este tipo de contratos pueden perder todo el valor cuando uno de los sujetos no sea el verdadero dueño del bien intercambiado. Este supuesto queda recogido en el artículo 1539 del código civil, que establece que “el contrato quedará resuelto en el caso de que uno de los dos permutantes demostrase que el bien que recibió tras la rubricación no era propiedad del otro y que, por lo tanto, carecía de potestad para transmitirlo. En este caso, el acuerdo se anulará automáticamente y deberá recibir lo que dio en un principio”.

Ésto se conoce, a nivel jurídico, como evicción y es la pérdida de un derecho determinado en virtud de otro anterior, perteneciente a otra persona física o jurídica. Siguiendo el ejemplo  anterior, el agricultor perdería la zona intercambiada, pues ésta era con anterioridad propiedad de otra persona.

Cuando hay vicios ocultos ocurre lo mismo. Es decir, se puede resolver o finalizar el contrato, cuando lo intercambiado tuviese una serie de defectos “no perceptibles a simple vista, o que fuesen ocultados con mala fe por uno de los permutantes”.

Los contratos permuta de cosa futura

Por último, el bufete Elías y Muñóz abogados consideran que, aunque los contratos permutas han sido considerados por la jurisprudencia como “atípicos”, en las últimas décadas éstos han sido utilizados “frecuentemente en el ámbito inmobiliario”. Y explican su uso con el siguiente ejemplo: “un promotor o constructor adquiere un solar. Posteriormente, procede a permutar las casas y apartamentos que planea construir en él a los interesados. A cambio, se compromete a edificar dichas viviendas y a entregarlas en un plazo determinado, que aparece especificado en el contrato”.

Se trata de un tipo de permuta complicado: “la legislación vigente es bastante específica con este tipo de contratos. De hecho, para que se produzca y tengan validez, es necesario que sean individualizados y que existan factores y elementos suficientes como para que no haya duda del objeto de intercambio" aclararon los expertos.