La ministra Trabajo quiere aumentarlo un 8,2%, hasta los 1.082 euros

El presidente de la CEOE avisa que no todos los negocios podrán soportar una nueva subida del SMI

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi,  advirtió que el Gobierno "obliga" a subir los salarios, pero "no todas las empresas van bien" como para soportar un nuevo alza del SMI. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quiere aumentar el Salario Mínimo un 8,2%, hasta los 1.082 euros.
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Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE)
El presidente de la CEOE avisa que no todos los negocios podrán soportar una nueva subida del SMI

Continúan las reuniones en la mesa de negociación para la nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), pero las distancias entre la patronal y el Gobierno y los sindicatos siguen sin acortarse. La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. anunció ayer que el Ejecutivo aboga por subir el salario mínimo al tramo más alto de todos los que propuso la Comisión de Expertos. Esto supondría nada menos que un incremento del 8,2% sobre el actual suelo salarial, es decir, un aumento hasta los 1.082 euros al mes.

En pleno comienzo de año y tras haber cerrado un 2022 con menos creación de negocios respecto a 2021 y con un incremento histórico de las disoluciones -fue el segundo año de la última década con un mayor número de empresas cerradas- y de los concursos, la patronal considera que esta subida podría tener efectos negativos en miles de actividades. El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) advirtió este lunes en una jornada organizada por CEOE Aragón sobre sostenibilidad en las empresas que una parte de los negocios no estarían ahora mismo en condiciones parea soportar un nuevo incremento del salario mínimo.

Según advirtió Garamendi en declaraciones a los medios recogidas por Europapress, el Gobierno "obliga" a subir los salarios, pero "no todas las empresas van bien", por lo que no pueden afrontar una subida importante del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). "Estamos en un año electoral y nos vamos a encontrar soluciones mágicas", advirtió el presidente de la patronal en su visita a la capital aragonesa.

"No todas las empresas van bien" como para soportar una subida del SMI del 8,2%

Como ya avanzó este diario, la mesa de expertos designados por el Ministerio de Trabajo preparó a finales de diciembre su informe de recomendaciones al Gobierno para subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que actualmente está situado en 1.000 euros al mes. La comisión asesora propuso en aquel momento una subida de entre un 4,6% y un 8,2%, siendo esta última cifra la más elevada de las que se están barajando.

Si el Gobierno finalmente optara por la subida más alta, hasta los 1.082 euros, los negocios podrían llegar a pagar  casi 1.600 euros más al año por cada trabajador cobrando el salario mínimo, contando sueldo, cotizaciones y pagas extra. Aún con todo, y en el mejor de los casos, el incremento menos elevado (del 4,6%) supondría un aumento de 890 euros al año por cada empleado percibiendo el SMI. 

Frente a la propuesta del Gobierno de optar por la subida más elevada, la patronal recordó que los empresarios no dicen que no suba el SMI, sino que hay que hacerlo de tal manera que los distintos sectores puedan afrontarlo.

Además, Garamendi recordó que, mientras hay contratos de servicios de empresas con administraciones públicas en los que el salario mínimo ha subido un 35%, las administraciones "se niegan" a actualizar el importe de dichos contratos, como es el caso de los sectores de la limpieza, la seguridad o la comida en colegios y hospitales.

El presidente de la CEOE denunció que el Gobierno obligue a las empresas a "a subir los salarios pero los contratos sigan estando donde están y no puedes salirte de ese contrato mientras no haya un nuevo concurso público. Trabajo debería saber qué es una empresa".

Así mismo, Garamendi recordó los efectos que va a tener la puesta en marcha de los nuevos impuestos para miles de negocios. Según el presidente de CEOE, algunos de estos tributos para la transición ecológica tienen como objetivo "la recaudación", refiriéndose al de los gases fluorados o el gravamen sobre los envases de plástico, que forman parte de "un suma y suma de impuestos para recaudar más". La aparición de estos impuestos, según la CEOE, "es un golpe muy importante para sectores como la alimentación".