¿Qué sucede cuando se divorcia una pareja de autónomos que crearon un negocio familiar?

La pandemia supuso un respiro para las rupturas matrimoniales en España. Este descenso estuvo relacionado más con el paréntesis en la actividad de las notarías y juzgados que la concordia de las parejas o con que aprovecharan el confinamiento para darse una segunda oportunidad. De hecho, según la Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios del Instituto Nacional de Estadística (INE), el conjunto de estas tres figuras creció un 13,2% en 2021. En algunas ocasiones, el final de la relación puede ser consensuado, pero no lo suele ser tanto cuando hay descendencia o cuando existe un negocio en común. Un divorcio es una ruptura y suele haber conflictividad.

El hecho de que exista un negocio familiar, tal y como explicó Rocío Ocaña, abogada y socia del despacho Marín & Mateo Abogados, suele ser fuente de controversia: “Ocurre muy a menudo que las parejas no se plantean desde el inicio cuál va a ser su régimen económico matrimonial porque se casan enamoradas y felices”. La experta recomienda pensar en ello, “ya no por evitar que tu pareja en un futuro en caso de divorcio pueda participar de tus beneficios, sino para proteger el patrimonio común de posibles deudas”.

Cuando los autónomos ponen en marcha un negocio que constituirá su actividad principal y que funcionará gracias a su formación y su profesionalidad, "lo mejor es acordar con tu futuro marido o mujer la separación de bienes para evitar conflictos dentro de un tiempo”, recomendó Ocaña. En caso de que ya se esté casado en gananciales, habría que acordar una transformación de régimen matrimonial, algo que, según la experta, se hace a través de un otorgamiento de capitulaciones matrimoniales ante notario en escritura pública.

Aunque pensar en el amor de forma tan pragmática no resulte atractivo, lo cierto es que de esta forma se evitan otros problemas añadidos a los que sobrevienen del divorcio en sí, puesto que las diferencias entre la sociedad de gananciales y la separación de bienes a la hora de dividir el patrimonio o la propiedad de un negocio familiar es importante. De hecho, no es raro que los autónomos tengan mayores problemas al separarse si existe un negocio familiar, precisamente por no haber previsto esta situación.

¿Qué ocurre con el negocio cuando los autónomos se divorcian?

El divorcio extingue la relación sentimental, pero también la sociedad en caso de estar casados en régimen de gananciales. Su liquidación se hace al 50%, pero “cuando existe un negocio empresarial o profesional, la ley prevé que aquel que lo gestiona tenga preferencia en su adjudicación”, explicó la socia del despacho Marín& Mateo Abogados. Si la ruptura atiende a problemas de convivencia, mantener el negocio a medias será complicado, por eso las soluciones suelen ser “vender todo el negocio a un tercero o que uno le compre su parte al otro", apuntó la abogada.

La situación cambia si el negocio fue creado por uno de los cónyuges antes del matrimonio. En tal caso, “será exclusivamente de la persona que lo creó, pero una cosa es la propiedad y otra los rendimientos: desde el momento del matrimonio se repartirán al 50%”, explicó Ocaña. Por otro lado, si la empresa fue fundada por la pareja antes de pasar por el altar, se tendrá en cuenta la participación de cada uno a la hora de repartirlo.

También puede ocurrir que el negocio sea privativo, pero aumente de valor durante el matrimonio. La abogada explicó que es entonces cuando surge “un derecho de crédito a favor de la sociedad conyugal que habrá que incluir en el inventario antes de la liquidación por ser una mejora de bienes privativos que se genera a costa del caudal común”. No obstante, el Tribunal Supremo ha indicado varias veces que este aumento de valor no se presupone, por lo que quien considere que se ha producido tendrá que aportar pruebas, añadió Ocaña.

La separación de bienes simplifica el proceso

La separación de bienes agiliza enormemente la resolución de este tipo de cuestiones cuando tiene lugar un divorcio. Bajo este régimen económico, “si montas un negocio antes de casarte, será tuyo en exclusiva, y sus rendimientos también”, argumentó la abogada de Marín & Mateo Abogados.

Así, lo que establece el Código Civil es que pertenece a cada uno de los cónyuges los bienes que se tuvieran en el momento inicial y los que se pudieran adquirir con posterioridad. En cualquier caso, pueden surgir casuísticas variadas: “Si uno de los dos monta un negocio y el otro interviene, no podrá reclamar la propiedad, pero si la participación en el mismo”, matiza Ocaña