No les queda otro remedio

Así se están digitalizando muchos negocios forzados por la crisis del virus

Venta de artículos a través de las redes sociales, atención personalizada en formato vídeo o plataformas que suman negocios para llegar a más clientes. Para muchos autónomos, la única forma de mantener la actividad a pesar del Estado de Alarma, es aplicar las tecnologías al negocio, cada uno dentro de sus posibilidades.

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Así se están digitalizando muchos negocios forzados por la crisis del virus

El término digitalización está en boca de todos. La parada en seco de los sectores no esenciales para frenar el contagio del coronavirus, ha dejado a los negocios sin actividad. Sin embargo, otros han tenido que reinventarse y para ellos está siendo una oportunidad el hecho de digitalizar los procesos.

De hecho, estamos ante una necesidad para la supervivencia de muchos autónomos. Lo que está claro es que el cambio viene para quedarse y que esto va a marcar un antes y un después en los modelos de negocio. En este sentido, la consultora de innovación Opinn explicó que “la digitalización es ya, en muchos casos, una cuestión de supervivencia, independientemente del tamaño del negocio”.

Según los expertos en la materia, hasta el 72% de los autónomos están de acuerdo en que digitalizar su actividad significa usar las nuevas tecnologías para mejorar el servicio al cliente. Es decir, la digitalización no tienen porque ser sinónimo de vanguardia, sino de adaptación del negocio, en la medida de la posible,  a estas transformaciones.  

Es necesario ir, poco a poco, implantando pequeños procesos y herramientas. Cada uno a su ritmo y dentro de sus posibilidades. Al final, la digitalización no deja de ser optimizar recursos para obtener mejores resultados. Y estos recursos dependerán de cada negocio.

¿Cómo lo están haciendo los que menos recursos tienen?

Pero, ¿cómo lo están haciendo los que menos recursos y conocimientos tienen? La pregunta se hace más importante si cabe en un contexto como éste. La tienda de flores de María Aliga se vio obligada a echar la persiana, como muchos otros comercios, de la noche a la mañana. Por ello, puso su WhatsApp en Instagram para hacer pedidos.

Otro ejemplo de cómo digitalizarse no es cuestión de tamaño es el que ha llevado a cabo el centro de fisioterapia Fishom. A raíz de la crisis del coronavirus, ha adaptado su perfil de Facebook con tutoriales de buenas practicas para hacer consultas y así, aprovechar de paso para fidelizar a sus clientes.

Hay negocios de algunos sectores que, antes de la crisis del coronavirus, ya estaban en su mayoría digitalizados. Uno de ellos es el textil que, debido al boom de los ecommerce de moda en los últimos años, ha visto cómo sus negocios han tenido que adaptarse al manejo de las nuevas tecnologías.

Ahora, han ido un paso más allá.  Gracias a los videollamadas, que permiten hacer citas virtuales, han optimizado su tiempo y recursos. De este modo, un servicio que antes requería de unas cinco citas, gracias a la tecnología es posible reducirlas a la mitad, tal y como está haciendo la firma Cara Fernández Couture.

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Asimismo, los sectores de servicio presencial, como un dentista o un fontanero, actúan de la misma manera. “La situación nos ha obligado a digitalizarnos a todos. A través de las llamadas telefónicas o de vídeo atendemos las primeras consultas, teniendo que dar servicio presencial sólo a lo más urgente”, explicó el dentista Alfonso Plaza. Otro caso similar es el del fontanero e instalador de calderas, Sergio Tabernero, que comentó que reduce sus presupuestos para ser más competitivo. ¿Cómo? “Con la tecnología, me ahorro el primer desplazamiento y voy a tiro hecho”.

¿Transformación digital con recursos propios o externos?

No todos los negocios tienen las mismas posibilidades. Por ello, a la hora de afrontar los primeros pasos de transformación es posible hacerlo tanto con recursos propios como externos. Por ejemplo, la farmaceútica Carmen Plaza recibe pedidos de sus clientes a través de WhashApp Business. Es decir, utiliza herramientas propias y gratuitas, para digitalizarse paso a paso.

Otra opción es unirse a plataformas ya creadas para acelerar el proceso la digitalización y poder competir con los grandes del sector. De este modo, es posible unirse entre muchos pequeños y hacerse grandes, o lo que es lo mismo, llegar a más sitios siendo competitivos. Este puede ser el caso de pequeños restaurantes que actualmente sólo pueden operar con encargos a domicilio.

De esta manera, proyectos como Flipdish facilitan la aceleración del proceso. Se trata de una plataforma de pedidos online que pone a los restaurantes y cafés de todos los tamaños al mando del crecimiento de su negocio con un sistema digital de pedidos y marketing propio. Su principal objetivo es contribuir a la construcción de marca de los propios restaurantes, aumentar sus beneficios y convertir a los clientes en habituales a través de una gestión propia de pedidos online.

“Desde Flipdish queremos transmitir a todos los propietarios de restaurantes, cafeterías, casas de comida o caterings que pueden hacer mucho bien en su entorno a personas que no pueden cocinar o tienen la movilidad reducida para hacer la compra. Incluso gente que es más vulnerable y que no quiere exponerse a salir a la calle. Les ofrecemos nuestra plataforma y nuestra experiencia para facilitarles el tránsito del modelo de negocio y la digitalización de los procesos” explicaron desde la red.

En el caso de los entrenadores personales, también se han adaptado a través de tutoriales o videos en directo. De esta forma, han surgido plataformas para unirse entre ellos y así darse a conocer, llegando a usuarios a los que, de forma unitaria, no hubieran podido. Es el caso de Yo Entreno En Casa, gimnasio virtual fundado por Alejandro Lamata: "vi que muchos entrenadores estaban haciendo directos y nadie los coordinaba. Levanté el teléfono y llamé a la entrenadora Paula Butragueño y le planteé la locura de montar un gimnasio virtual que estableciera unos horarios para que, de este modo, la gente se pudiera organizar para conectarse a las sesiones".

Principales riesgos para los pequeños negocios

Digitalizar una actividad significa adaptar los procesos a las tecnologías que cada uno tiene a su alcance, sin volverse loco por tener la mejor herramienta o la más cara. De hecho, hacer las cosas mal y con aplicaciones que uno no puede controlar puede ser negativo por algunas amenazas como la ciberdelincuencia. Por ello, cada uno debe hacerlo a su ritmo.

La estrategia de digitalización ha de ser coherente con los recursos. Por ello, cada uno debe ser consciente de hasta donde puede llegar. “Gracias a los tutoriales puedes llegar a un gran público. Eso sí, a la hora de atender en el centro tenemos unas horas y un personal, por lo que tenemos que ser realistas en cuanto a los clientes que podemos atender, o ampliar el equipo si fuese necesario”, explicaron desde el centro Fishom.