Las pantallas del ordenador dañan la vista

Nuestros ojos de forma casi constante se exponen a la luz de una pantalla, ya sea de un móvil, de una tablet, del portátil… Pero ¿cómo le puede afectar a nuestra mirada tanta luz digital?
Las pantallas del ordenador dañan la vista

La respuesta a esa pregunta la tienen dos estudios de la Universidad Complutense de Madrid. Ambos han sido dirigidos por Celia Sánchez Ramos, doctora y profesora del Departamento de Optometría y Visión de la Facultad de Optometría y Visión de la UCM, quien ha demostrado mediante la cultivación de células in vitro y la experimentación en animales los daños irreversibles que la luz de las pantallas puede provocar a la retina de los ojos. Con especial atención en la población infantil, que sufre tres veces más los daños.

En pleno siglo XXI son muchos los dispositivos que cuentan con una pantalla que proyecta una luz LED blanca. Una pantalla a la que cada vez se le exige más: que tenga mayor resolución, que sea más grande, que el brillo se regule automáticamente… aparentemente requisitos que facilitarán su uso, pero que causan la muerte de las células de nuestros ojos o, lo que es lo mismo, apoptosis. Un daño ocular que no se puede reparar.

 

Los ojos son un órgano que no está preparado para mirar luz

 

Debido a la gravedad que supone la exposición constante de las pantallas en los ojos, la Comisión Europea ya está inspeccionando los estudios y, la doctora y profesora Sánchez Ramos espera una normativa legal pronto. “Los ojos son un órgano que no está preparado para mirar luz… En la actualidad se habla de agua pura, de oxígeno puro y ahora hay que hablar de luz pura, que ésta sea lo más saludable posible”.

Los experimentos

 

Uno de los estudios que corroboran los efectos perjudiciales que provocan las pantallas es el realizado con ratas pigmentadas. Se procede a la experimentación con animales tras los alentadores resultados del estudio realizado con células cultivadas in vitro en 2013-2014, que sufrieron apoptosis tras estar expuestos a luz directa blanca y azul.

Los animales de experimentación escogidos fueron las ratas, más concretamente las pigmentadas porque tienen ojos similares a los del ser humano. Estas fueron dividas en dos grupos: a la jaula del primer grupo se la rodeo con seis tablets de luz LED blanca y a la jaula del segundo grupo se la rodeo con seis tablets de luz LED blanca pero que tenían un filtro externo superpuesto que absorbía las longitudes de onda corta. El experimento duró tres meses y durante ese tiempo los animales pasaban 16 horas con la pantalla del aparato encendida y 8 horas con la pantalla apagada.

Los resultados, siempre comparativos con ratas pigmentadas que no habían sido expuestas a ningún tipo de luz, fueron que:

  • Las ratas expuestas a la luz LED sin filtro perdieron una importante cantidad de células de las capas nucleares, en concreto perdieron el 23,82%. Mientras que las ratas que tuvieron el filtro conservaron, en su mayoría, todas las células de la retina.
  • A nivel genético el experimento demostró que en aquellos animales que habían estado expuestos a la luz sin filtro se había desarrollado genes proapoptóticos, es decir, genes que favorecen la muerte celular. Todo lo contrario que le sucedía al segundo grupo, cuyas pantallas tenían filtro, que generaron genes implicados en la prevención de la muerte celular por apoptosis (antiapoptóticos).

 

El otro estudio de la Complutense está centrado en la forma que tienen, adultos y niños, de utilizar los dispositivos tecnológicos, enfocado especialmente en la distancia del uso y el diámetro pupilar. Para llevar a cabo el estudio se cuantificó la cantidad de luz que penetra en el ojo en función del dispositivo, de la distancia del uso, del usuario y del diámetro popular. A través de estos cálculos se identificó que:

  • Un niño recibe, por tener el brazo más corto, tres veces más de luz que un adulto que utiliza el mismo dispositivo.
  • Un móvil, una tablet o cualquier dispositivo con pantalla portátil tiene siete veces más luz que un ordenador de sobremesa.

 

No todo está perdido

 

La doctora y profesora Celia Sánchez Ramos afirma que es innegable el uso de pantallas, “actualmente todos llevamos un móvil de última generación o una tablet con nosotros” por eso hay que buscar la forma en que la tecnología y la salud convivan. Para ello apuesta sobre todo por el uso de los dispositivos con filtro y por supuestos por uso común. “Si vas a leer una novela no utilices una tablet, coge el libro u opta por el e-book”.

Empresas como Reticare llevan más de 3 años promoviendo una correcta protección de las pantallas de los dispositivos. Las formas más comunes son mediante la utilización de filtros que contrarresten la luz energética de las pantallas LED de los móviles, de las tablets, de los ordenadores o de cualquier otro gadget; o incluso la utilización de gafas que bloquean la luz de alta energía. Estas innovaciones ayudarán a prevenir la muerte celular de nuestros ojos causada por pasarnos horas frente a una pantalla.

Según un estudio elaborado por Rosenfield en 2011 más de 2.000 niños, de entre 8 y 18 años, se pasan 7,5 horas diarias usando dispositivos con pantallas LED: 4,5 horas en televisión, 1,5 horas con el ordenador y una hora con videojuegos. Estas cantidades de horas varían en la edad adulta hacia arriba. En este sentido hay que limitar las horas con ante las que se está frente a un dispositivos, sobre todo entre los menores, y es aconsejable hacer descansos mientras se estén usando.