Atención al listado de epígrafes del IAE: exhaustivo, curioso y con ciertas lagunas

Uno de los primeros trámites oficiales, si no el primero, que debe realizarse al empezar a trabajar como autónomo o como pequeño empresario es darse de alta en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE). La tramitación es fácil, aunque lo importante es elegir correctamente el epígrafe bajo el que el interesado se presenta ante Hacienda. Y esta elección…puede no resultar tan sencilla.
Atención al listado de epígrafes del IAE: exhaustivo, curioso y con ciertas lagunas

El IAE, que desde 2003 sólo es abonado por actividades que superen el millón de euros de cifra de negocios, persiste a efectos censales. Darse de alta en alguno de sus miles de epígrafes tiene, sin embargo, una importancia máxima: según bajo qué denominación se esté inscrito en el IAE, a la actividad en cuestión se le aplica un tipo de IVA u otro o se la deja exenta.

Los pequeños empresarios deben dirigirse, en primer lugar, a la sección 1ª del listado de epígrafes, “Actividades Empresariales”, y los autónomos a la sección 2ª, “Actividades Profesionales”. Las secciones, a su vez, presentan divisiones con grupos de actividades y luego éstos en subgrupos. Hasta aquí se llega bien.

Exhaustivo y extenso

Lo primero que llama la atención del listado de epígrafes es lo extenso y concreto que es. La relación de actividades es tan exhaustiva que hay que leer bien la definición porque… Por ejemplo, si se va a dar de alta una explotación ganadera, no es lo mismo que el ganado sea de cría o de cebo. La última palabra “leche o cría” y “cebo” es clave, ya que el resto de la frase es igual. Si el negocio es de avicultura, hay un epígrafe exclusivo para “ponedoras de huevos a partir de los cuatro meses de edad”. Por lo tanto, mucha atención a la edad del producto.

Si se trata de actividades siderúrgicas, no es lo mismo dedicarse a “los productos laminados en caliente” que a “los productos laminados en frío”. Como tampoco fabricar “productos tubulares de acero soldados longitudinalmente” que “productos tubulares de acero soldados helicoidalmente”.

Uno de los grupos que llaman la atención por su concreción es el de la fabricación de vidrio, ya que hay un epígrafe para el vidrio plano, otro para el hueco, otro para el técnico y un cuarto para la fibra de vidrio. Lo mismo ocurre con los relojes: de pulsera y bolsillo, despertadores, de pared y sobremesa, para coches, barcos, aviones, de torre, de fachada, aparatos de control, contadores de tiempo, etc. Y cuidado si se fabrican baldosas: no es igual de cara a Hacienda que éstas estén barnizadas o esmaltadas o que no lo estén.

También es muy común la distinción entre construir un producto o instalarlo, como por ejemplo ocurre con máquinas de oficina y ordenadores. La relación de productos es extensísima, luego hay que afinar muy bien con el epígrafe. No obstante, es posible darse de alta en dos o más epígrafes.

Dentro de las actividades empresariales, la división del comercio es la más extensa. Comercio al por mayor, al por menor, por tipo de establecimiento, de productos a la venta... Es curioso encontrarse aquí un epígrafe donde tienen que darse de alta los que se dedican al “comercio al por mayor de vinos y vinagres del país”. En el comercio al por menor las variaciones son inmensas y conviene, de nuevo, leer detenidamente toda la definición. Sobre todo, si se vende tabaco, alimentos, bebidas o juegos de azar.

Existen lagunas

Ahora bien, toda esta exhaustividad no quiere decir que el listado esté completo. Aunque parezca mentira, hay actividades que aún no tienen ubicación. En los últimos tiempos, se están produciendo multitud de consultas respecto a las “tiendas online”. En estos casos, los expertos recomiendan inscribirse en la definición de “comercio al por menor por correo o por catálogo” y primar el cómo se realiza la actividad sobre el producto vendido.

Un ejemplo de nuevas profesiones que no encuentran acomodo preciso en “Actividades Profesionales” es la de coach. Estos profesionales dedicados a la orientación y ayuda para la resolución de problemas o actitudes pueden inscribirse como “servicios de naturopatía, acupuntura y otros servicios parasanitarios”, en “otros servicios sanitarios sin internado” o directamente en “otros servicios personales”, según quien recomienda. Si se trata de un autónomo también puede hacerlo como “doctores y licenciados en Ciencias Políticas y Sociales, psicólogos, antropólogos, historiadores y similares” o en otra más definida como “especialistas en asuntos de personal y orientación y análisis profesional”.

Un caso paradigmático de profesionales sin ubicación son los periodistas, oficio no precisamente modernísimo. El profesional de la información que tenga que ejercer como autónomo suele elegir normalmente el epígrafe “pintores, escultores, ceramistas, artesanos, grabadores y artistas similares”. Curiosa situación en un listado donde se desmenuza a los expendedores y comerciales de loterías y apuestas deportivas o en el que hay un epígrafe que reza “humoristas, caricatos, excéntricos (sic), charlistas, recitadores, ilusionistas, etc”.

En general, y vigilando siempre qué tipo de IVA tocará pagar, hay ocasiones en que se aconseja darse de alta en el socorrido “otras actividades”. Si la elección, en este caso y en otros, no es la correcta, hay oportunidad de darse de baja y de nuevo de alta en una definición más adecuada.

Curiosidades

Un vistazo a los epígrafes del IAE ofrece todo tipo de propuestas, algunas muy llamativas. Pero lo cierto es que se trata de un listado que intenta abarcar toda la variedad de formas de ganarse la vida.

Así, si un autónomo es “astrólogo y similar” debe darse de alta, igual que si se dedica a cronometrar carreras, competiciones, juegos, etc, o a la grafología como profesión. Los árbitros profesionales no podían faltar en la relación, como tampoco el mundo taurino en todo su despliegue: matadores de toros, rejoneadores, subalternos, jefes de cuadrillas cómicas, etc.

Igualmente, aparecen actividades profesionales que suenan a otros tiempos pero que siguen existiendo y tributando, como los apuntadores de obras de teatro o los habilitados de clases pasivas. Y, por último, llama la atención que, mientras en las actividades empresariales se llega a distinguir hasta la edad de los animales con los que se trabaja, en las actividades profesionales exista un epígrafe para “jugadores, entrenadores y preparados de balonmano, voleibol, pelota y otros deportistas de la hípica, lucha, etc”. Demasiados y variados deportes juntos que para Hacienda tienen el mismo valor.