Hay miles de titulados pendientes de homologación

Faltan veterinarios, lo que obliga a muchos autónomos a cerrar algunas de sus clínicas y a reducir servicios

Las clínicas de veterinaria denuncian las dificultades para contratar personal. Muchos de los profesionales extranjeros que podrían trabajar, están a la espera de la homologación de su título.

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Faltan veterinarios, lo que obliga a muchos autónomos a cerrar algunas de sus clínicas y a reducir servicios

Muchas de las clínicas o consultas veterinarias que han cerrado en los últimos años lo han hecho por falta de personal. Los profesionales autónomos de este sector llevan tiempo denunciando las dificultades que tienen para encontrar profesionales que puedan atender a sus clientes. Mientras sus centros cierran o reducen el listado de servicios que pueden ofrecer, cientos de profesionales extranjeros siguen a la espera de la homologación de su título universitario.

Las dificultades para encontrar nuevos empleados ha sido siempre un problema recurrente dentro del colectivo de trabajadores por cuenta propia. Sin embargo, en el sector de la veterinaria se ha convertido en más que un problema y es en estos momentos el motivo de cierre de muchos negocios y la principal consecuencia de la pérdida de actividad. El perito que trabaja para diferentes entidades, incluído el Consejo General de Colegios Veterinarios de España (Covet), Alfredo Fernández, reconoció esta falta de profesionales y cómo ello estafa afectando a los clientes finales.

“Durante muchos años, desde el propio sector se ha vendido que España estaba produciendo un número excesivo de veterinarios, inasumible para la actividad. Cuando la realidad del mercado es todo lo contrario, hay un déficit” dijo Fernández. Según explicó, la mayor necesidad de profesionales del sector se produce para cubrir la demanda de médicos y cirujanos de animales de compañía, que es una rama que está en estos momentos en vanguardia. “Ha tenido un desarrollo importante en los últimos años. E incluso, durante los meses de confinamiento estricto por el coronavirus, ésta ha sido declarada como un sector esencial” afirmó el perito de Covet.

Hay profesionales extranjeros que no pueden trabajar

La importancia de esta actividad en plena pandemia, volvió a poner el foco en el déficit de veterinarios que hay en España. “Al no existir una adecuación de las necesidades del mercado laboral, a las necesidades del mercado económico, se entra en un fenómeno de reducción de servicios e, incluso, de cierre de negocios” se lamentó Fernández. Mientras que los autónomos se ven obligados a tener que bajar la persiana de sus clínicas para siempre, o reducir sus horarios de atención a clientes o a perder servicios por no tener personal que los realice, cientos de extranjeros están a la espera de la homologación de su título universitario.

Varios centros veterinarios consultados por esta diario reconocieron saber de alguien al que podrían contratar, pero al que no pueden darle la labor que le corresponde por no disponer del título universitario homologado por el Ministerio de Universidades. Uno de estos centros es el dirigido por la autónoma y veterinaria I.G que es dueña de una clínica y dos consultas de veterinaria; una de las cuáles ha tenido que cerrar recientemente por no poder realizar un contrato.

“Tuve que cerrar la consulta porque no encontré a ningún profesional preparado. No puedo dejarla en manos de una persona que no dispone de una titulación homologada” comentó G. Esta autónoma contó que había encontrado a una persona que tenía la formación y la experiencia necesaria para atender las necesidad de su consulta. Sin embargo, no había conseguido obtener la homologación de su título, llevaba meses a la espera y no le quedó más remedio que cerrar la consulta. “La veterinaria que he encontrado es española, pero nació en América Latina y estudió allí la carrera. Necesita la homologación de su título para poder ejercer en el país, sin embargo lleva meses a la espera de una confirmación por parte del Ministerio”.

Ante esa tardanza en la obtención del título, ésta autónoma tuvo que cerrar su segunda consulta y contratar a esta profesional como auxiliar del centro. “Estamos tratando con la salud de los animales, no puedo poner a un veterinario por mucha experiencia que tenga a atender a ningún cliente, sino tiene la titulación requerida para ejercer la profesión” afirmó la autónoma.

Veterinaria es la quinta profesión sanitaria con más títulos pendientes de homologación

La tardanza en la homologación de los títulos universitarios no es un problema exclusivo del sector veterinario, sino que se traslada a otras ramas sanitarias. De hecho, esta autónoma denunció que habría miles de profesionales pendientes de obtener la homologación de su título universitario.

En concreto, según publicó la revista especializada Portal Veterinaria, “a fecha de octubre de 2020, en España había 10.272 titulados en profesionales sanitarias que estaban pendiente de homologación. 604 de ellos correspondían a veterinarias”. Es decir, esto convertía a la veterinaria en la quinta profesión sanitaria con más títulos pendientes de homologación.

Para reducir este “tapón” el Ministerio Universidades puso en marcha un nuevo procedimiento de homologación de los títulos, estableciendo nuevas condiciones y procedimientos para la convalidación de enseñanzas universitarias. No obstante, según comentan los negocios afectados, el procedimiento de espera sigue siendo muy largo y sus clínicas continúan reduciendo sus servicios.

El dueño de las mascota, el más perjudicado

La falta de profesional sanitario está afectando tanto a la actividad, que pierde fuelle; como al cliente final, que ve como cada vez son menos los servicios que tiene a su alcance. “Que cada vez haya menos clínicas en la calle, o que escaseen los servicios de urgencia 24 horas, o que un veterinario no pueda desplazarse hasta una sitio, porque no puede abandonar la clínica es una situación que va en contra del cliente, del propietario de los animales” explicó el perito del Consejo General de Colegios Veterinarios de España (Covet), Alfredo Fernández.

Además, señaló que ello “encarece el coste de los servicios, porque al tener menos gente dispuesta para hacer el trabajo, hace que suban los costes y los precios. Es una situación que no está beneficiando a nadie” finalizó Fernández.