Formación continua ¡para todos!

Más de un 30% de las pequeñas y medianas empresas no destinan ningún recurso para formar a sus trabajadores y cuando se destina la cobertura sólo alcanza a cuatro de cada diez empleados.
Formación continua ¡para todos!

Del análisis de las actuaciones destinadas a la formación de trabajadores en el colectivo los autónomos y pequeñas empresas españolas se desprende que la inversión en la capacitación del capital humano es, como poco, bastante mejorable. Pese a que casi dos tercios destinan recursos mejorar la capacitación de sus empleados, todavía hay más de un 30% de pymes que afirman contar con presupuesto cero para estas actividades. Ello no significa necesariamente que no formen a sus trabajadores.

El modelo de formación bonificada puesto en marcha por el Ministerio de Empleo permite hacerlo sin que ello implique destinar recursos económicos a ello. De hecho, las pymes señalan a la formación subvencionada como uno de los factores más influyentes en la toma de decisiones estratégicas. Aun así, la intensidad de la formación proporcionada en términos de horas de formación y trabajadores formados, indica una escasa cobertura. Por término medio sólo se forma al 42,6% de los trabajadores de cada empresa y con una intensidad de 5,34 horas por empleado.

En cuanto al proceso formativo, cabe destacar que más de la mitad aplican un procedimiento formalizado, que consta de dos fases: análisis de las necesidades formativas y planificación de acuerdo a la estrategia de la empresa. Si bien este nivel de formalización es mejorable lo que permitiría aumentar los beneficios de las pymes. Por otra parte, la influencia de factores externos en la decisión de formar a los trabajadores, como el cumplimiento de la normativa legal o el sector en el que se compite, es mayor que el peso de ciertos factores internos como el interés por mejorar la productividad. Prueba de ello es que, los principales beneficios de la formación se dan en el área de la prevención de riesgos laborales, por la vía de la reducción de accidentes, consecuencia de la incidencia de la normativa en esta materia.

En el Análisis estratégico para el desarrollo de la pyme en España: Formación e innovación de 2015 se observa como las pequeñas y medianas empresas cuentan con trabajadores más polivalentes que realizan un trabajo de mayor calidad. Sin embargo, se apunta a las reducciones del absentismo laboral o del abandono voluntario de los trabajadores como las áreas en las que menores logros se obtienen tras la capacitación de los trabajadores.

El tamaño importa

Por otro lado, es el tamaño el factor que genera más diferencias en todos los aspectos considerados anteriormente. Mientras que el control familiar de la pyme no es determinante en lo relacionado con la formación de los trabajadores. En las pyme de mayor tamaño el proceso formativo tiene un mayor nivel de formalización, dado que se tiene más en cuenta la estrategia de recursos humanos de la empresa, la influencia de los sindicatos y comités de empresa y las necesidades el sector a la hora de decidir sobre la formación de los trabajadores. Esto también condiciona el tipo de logros que se obtienen de la formación: una mayor productividad de los trabajadores, así como un menor absentismo y abandono de los trabajadores, que las pyme de menor tamaño.

Por último, por lo que respecta a las principales áreas en las que autónomos y pequeñas y medianas empresas consideran que deberán capacitar a sus empleados destaca la formación en temas de contabilidad y finanzas, seguido de producción (normas ISO, calidad, gestión de residuos, etc.), temas transversales de dirección y gestión, logística y área comercial. Donde las empresas muestran menor interés son los idiomas, gestión de I+D y del conocimiento y recursos humanos.