Franquiciarse en autoempleo educativo para sacar lo mejor de los estudiantes

Yolanda Gómez de la Cruz trabajaba en proyectos sociales cuando vio acercarse la crisis. Consciente de que el fin de la financiación cerraba una etapa laboral, decidió arriesgarse y dar el salto hacia el campo de la educación, actividad que le apasiona. A través de una franquicia accedió a los centros Kumon y, cuatro años más tarde, su negocio está consolidado. Como ella, no son pocas las personas que utilizan esta franquicia de autoempleo educativo y terminan creando su pyme.
Franquiciarse en autoempleo educativo para sacar lo mejor de los estudiantes

“Como profesional y como madre trataba con niños y empecé a observar que algunos alumnos aprendían con facilidad y que sacaban mucho provecho de sus estudios. Seguían el método Kumon”, explica Yolanda Gómez a AyE. Se informó, apuntó a sus hijos a las aulas de uno de estos centros y, después, abrió el suyo propio en Móstoles (Madrid) en septiembre de 2012.

La franquiciada cree que “Komun es el método de aprendizaje por excelencia”. Fue fundado en 1954 en Osaka (Japón) por el profesor de matemáticas Toru Kumon. En un intento de ayudar y mejorar el rendimiento de su hijo, elaboró un método de aprendizaje que, actualmente, se aplica en casi 50 países, entre ellos España. A nuestro país llegó en 1991. En 2017 ya está presente en 13 comunidades autónomas y cuenta con 21.000 alumnos. Su procedimiento de expansión es la franquicia, aunque posee centros propios.

¿En qué consiste el Kumon?

 

El Kumon es una herramienta para el desarrollo de las capacidades de cada alumno, en la que el profesor es un orientador, no un transmisor de conocimientos. Se basa, según señala a AyE la directora de desarrollo de Kumon en España Maribel Martín de Rosales, en mejorar la aptitud de comprensión. Para ello, las materias con las que se trabaja son las matemáticas y la lectura, esta última orientada a la competencia y comprensión lectoras. Martín de Rosales afirma que matemáticas y lectura son los pilares básicos del aprendizaje de cualquier materia pues, al dominar su estructura, el alumno está preparado para asimilar todo tipo de enseñanzas.

Los alumnos acuden a los centros después de seguir las enseñanzas regladas en los colegios, escuelas o institutos correspondientes. En las aulas de Kumon se les facilita material didáctico, diseñado para que el alumno aprenda por sí mismo y estructurado en secuencias de hojas de ejercicios que permiten al estudiante ir avanzando a su ritmo, de manera personalizada y constante. La profesora Gómez de la Cruz explica que “la paciencia es fundamental para ambas partes, a los alumnos se les enseña a tener constancia y a los profesores a observar sin premura cuánto avanzan éstos”.

Tanto la responsable de la franquiciadora como la franquiciada insisten también en lo que no es Kumon: no son centros de recuperación de materias, a los que se asiste para aprobar asignaturas suspendidas. Maribel Martín de Morales asegura que “no servimos sólo para corregir el fracaso escolar, es toda una herramienta para ser autodidacta”. La prueba, según detalla, es que a los centros Kumon también asisten adultos.

Acceso a la franquicia

 

Kumon tiene su sede central en Japón y la europea, en Londres. Es un modelo totalmente homogéneo y las pautas vienen marcadas siempre desde Osaka.

Yolanda Gómez de la Cruz narra su experiencia para hacerse con un centro de esta marca: “Primero acudí a una reunión informativa para interesados, que no necesariamente tienen que ser profesores de profesión, sino personas con clara vocación educativa. Tras esta reunión, me seleccionaron con una prueba de aptitud y una entrevista. Un tercer requisito es que la zona donde se quiera abrir el centro reúna las condiciones que exige Kumon, ya que no todas valen para tener estas aulas. En mi caso, el barrio que elegí de Móstoles gustó”.

La profesora continúa: “Cuando conseguí pasar la selección, comenzó mi periodo de formación para conocer el método y trabajar sobre él. Esta formación se imparte en los centros piloto. Desde que empecé la formación hasta disponer de mi centro operativo tardé un año, aunque no dura lo mismo en todos los casos”.

Tras superar la formación, aún falta que Kumon dé el visto bueno al local elegido para abrir la franquicia. No tiene por qué ser grande, a veces basta con 60 metros cuadrados, pero tiene que cumplir con las exigencias de Kumon. A fin de proteger la marca, la franquiciadora ayuda en la adaptación del local -hasta ofrece una memoria de calidades- y da consejos al franquiciado una vez se firma el contrato de franquicia. Hay un canon de entrada que cuesta 450 euros, por el cual se tiene acceso a la red, al material didáctico, al mobiliario… Y a trabajar.

En los dos primeros años, los más complicados para cualquier negocio, Kumon dispone de subvenciones para aliviar costes y que la inversión sea mínima. Un ejemplo: subvenciona el precio del alquiler del local de manera gradual, de forma que la ayuda va bajando a medida que pasan los meses.

La “tutela” de Kumon se va relajando una vez que el franquiciado va volando solo. Yolanda Gómez concluye: “Yo abrí hace cuatro años y ahora vivo del negocio. Lo normal es empezar solo, como un autónomo más, y llegar a la microempresa, con empleados a tu cargo, si todo va bien”.

Expofranquicia 2017

 

Un año más, Madrid acoge la principal feria de la franquicia en España, Expofranquicia 2017, en el pabellón 7 de Ifema. Esta feria, que finaliza el 22 de abril, recibe a 573 enseñas de distintos países, a través de más de 20 sectores de actividad.

De acuerdo con los datos de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), al cierre del ejercicio de 2016 existían en España 70.541 locales en funcionamiento en régimen de franquicia y el empleo se contabilizó en casi 269.000 personas. La facturación llegó a los 26.991,8 millones de euros el año pasado.

En España, la franquicia es una actividad en expansión. Según la IFCN, red internacional de consultores cuyo único miembro español es Barbadillo y Asociados, el crecimiento medio de la franquicia en Europa se sitúa en un 12,5% sobre el año 2015, mientras que en España el aumento del número de marcas franquiciadoras ha sido del 14,6% , más de dos puntos por encima del conjunto europeo.