4 maneras en las que la cafeína afecta la productividad
La mayoría de nosotros bebemos café para obtener beneficio de sus efectos estimulantes y mantener la atención a lo largo de la jornada laboral. La cafeína es la droga psicoactiva más consumida en el mundo y hay una razón para eso: hace su trabajo y lo hace bien, pero... ¿cómo funciona?

A lo largo del día, las neuronas producen adenosina, un importante neuromodulador con efectos sedantes sobre el sistema nervioso central. El sistema nervioso utiliza unos receptores especiales para monitorear los niveles de adenosina en el cuerpo. A medida que transcurre el día, cada vez más adenosina pasa a través de esos receptores y nos hace sentir soñolientos. Esta es, en términos biológicos, una de las causas de la sensación de sueño que tenemos por la noche.
Ahora bien, la cafeína es del mismo tamaño y forma que la adenosina, y cuando el cuerpo la ingiere, los receptores de adenosina no reconocen la diferencia, por lo que permiten a la molécula de cafeína unírseles. Con la cafeína atracada en el receptor, una gran cantidad de moléculas de adenosina se ven bloqueadas para cumplir su tarea de hacernos sentir cansados y obligarnos a dormir.
Pero no es de ahí de donde viene el efecto estimulante del café. Con el receptor de adenosina obstruido, los neurotransmisores como la dopamina y el glutamato aumentan, dando una leve sacudida de energía. En cierto modo, la cafeína es como un guardia de seguridad: bloquea la puerta, manteniendo las moléculas cansadas fuera, mientras que las moléculas más estimulantes hacen una fiesta en el cerebro.
Pero el efecto no dura mucho: con los receptores obstruidos, la adenosina no tiene adonde ir. Así que, cuando la cafeína se metaboliza y su efecto se desvanece, toda esa adenosina extra se precipita a través de los receptores, haciéndonos sentir más cansados que antes.
Si bien el consumo moderado de cafeína no representa mayores riesgos, los nutricionistas profesionales alertan que beber más de dos cafés al día puede afectar indirectamente nuestra productividad de las siguientes formas:
1-. Nos hace saltarnos el desayuno: muchas veces, cuando no tenemos tiempo para desayunar como se debe, nos engañamos pensando que un café es capaz de reemplazar la función de un desayuno completo. Si bien nos despertará y nos dará energía para comenzar el día, esa sensación de energía es tan sólo una ilusión creada por el efecto de la cafeína en el sistema nervioso.
La verdadera energía proviene del consumo de calorías de alta calidad, y la omisión de un desayuno nutritivo puede disminuir el poder de concentración, aún con cafeína en nuestro sistema.
2. Aumenta la presión sanguínea: la cafeína tiene el poder de aumentar la presión arterial. En pequeñas dosis, este aumento no es significativo y no representa riesgos mayores. Sin embargo, en combinación con un estilo de vida estresante o poco saludable, la hipertensión puede dispararse y ponernos en riesgo de complicaciones de salud más serias. La presión arterial alta y la respiración superficial causada por el consumo excesivo de cafeína puede incluso limitar la cantidad de oxígeno que fluye al cerebro, dificultando la actividad mental frente a algunas tareas.
3. Afecta la calidad del sueño: beber mucha cafeína durante el día o poco tiempo antes de la hora de dormir puede estimular la aparición de insomnio, lo que nos hace sentir cansados al día siguiente, obligándonos a beber más café y alimentando así un círculo vicioso que nos priva de preciosas horas de sueño de calidad, tan necesario para ser productivos.
4. Estimula la holgazanería: un estudio reciente parece implicar que la ingesta excesiva de cafeína puede estimular más la pereza que la productividad. En un estudio comparativo con ratas, las ratas naturalmente más perezosas no mostraron diferencias en la productividad después de una alta ingesta de cafeína, pero las ratas naturalmente más activas disminuyeron su actividad después de consumirla.
Si bien un consumo moderado de cafeína puede darnos un empujoncito para enfrentar la jornada, la moderación es la clave para evitar que sus efectos secundarios logren el efecto contrario al que deseamos. De manera que mantener la ingesta de café controlada nos ayudará a hacer un uso más efectivo de su gran poder estimulante.