El Blog de Bankia da algunas pistas

Estos son algunos objetos que podrían desaparecer de tu negocio tras la COVID

Algunos objetos tradicionales en los negocios, como son las cartas en los restaurantes, los tickets o las tarjetas de visita podrían acabar desapareciendo tras la pandemia.

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Estos son algunos objetos que podrían desaparecer de tu negocio tras la COVID

En menos de un año, la pandemia ha cambiado la forma de relacionarse de la sociedad en general, pero también de las empresas. Los autónomos y pequeños negocios han tenido que adaptarse a marchas forzadas a todas las medidas sanitarias impuestas por las autoridades en cada etapa, como los límites de aforo u horarios.

Todas estas restricciones que han tenido que soportar los negocios durante estos últimos meses van dirigidas a atajar el número de contagios, siempre reduciendo las aglomeraciones y el contacto excesivo en las actividades. Aunque la mayoría de estas medidas van ligadas a frenar el avance del virus y, seguramente, desaparecerán tarde o temprano, hay otras que podrían permanecer en los negocios tras la pandemia.

Los autónomos han invertido durante estos meses miles de euros en materiales preventivos, como mascarillas, geles hidroalcohólicos o mamparas. Y muchos de ellos también han introducido nuevas herramientas digitales que vienen a sustituir objetos que están desde hace décadas en los negocios. La tradicional carta de restaurante, las tarjetas de visita o materiales de merchandising e incluso la habitual factura en papel. Estos son algunos de los candidatos a desaparecer de los negocios tras la COVID-19, según recoge el Blog de Bankia.

Materiales que podrían desaparecer tras la pandemia 

Los bares y restaurantes han sido una de las actividades en las que más se ha centrado el Gobierno para frenar el avance del coronavirus. Las exigencias a estos establecimientos han estado desde el día que se les permitió abrir tras el estado de alarma. Aforos limitados al 50%, horarios restringidos, medidas sanitarias para los empleados y otras recomendaciones.

La carta de restaurante, "en el punto de mira"

Entre los consejos que dieron las autoridades sanitarias destacó el de retirar la tradicional carta de restaurante plastificada, por ser considerada un potencial portador del virus. Si bien no se exigió que se dejara de usar, se obligó a los hosteleros a hacer unos procedimientos de limpieza entre uso y uso casi inviables.

La desinfección constante de los menús puede ser menos segura y poco viable en términos de tiempos de servicio, explican los hosteleros. Por ello, la carta de restaurante sería uno de los principales candidatos a desaparecer tras la COVID-19.

Por el contrario, es cada vez más común encontrarse en bares y restaurantes con cartas virtuales en forma de códigos QR pegados en las mesas, los servilleteros, los postes o las paredes. Este código, de forma cuadrada y patrón de puntos, es la evolución del código de barras. 

Su nombre, ‘Quick Response code’, o lo que es lo mismo, código de respuesta rápida, alude a la eficiencia y velocidad con la que estos códigos recuperan y devuelven información sobre productos, dirigen a páginas web, remiten a un perfil en redes sociales o a un correo electrónico o identifican al titular de una entrada para eventos, entre otras funciones. "A pesar de que nació hace 26 años, esta sencilla y útil herramienta no acabó de popularizarse hasta la llegada de la pandemia, cuando su uso se multiplicó por 25", señalan en el Blog de Bankia.

Por ello, el conocido QR gana cada vez más terreno a la carta física, que es probable que termine desapareciendo tarde o temprano por el cambio de costumbres de los clientes.

Las tarjetas de visita, otras grandes candidatas a extinguirse

Lo mismo ocurre con las tradicionales tarjetas de visita que usan desde hace décadas los autónomos para que sus clientes puedan contactar con ellos en cualquier momento y darse a conocer entre nuevos consumidores.

En este caso también se está recurriendo al código QR, por la facilidad y rapidez para conseguirlo y el coste casi nulo: se puede crear gratuitamente, conectarlo a la vCard (una tarjeta virtual) y elegir si imprimirla como pegatina para el móvil o hasta incluirla en una única tarjeta de visita que se enseña a la otra persona para su escaneo. Al escanear el QR, el smartphone agregará de forma automatizada los datos de contacto en cuestión de segundos.

Además, como alternativa, según explican desde el Blog de Bankia, se presentan las tarjetas NFC, cuyo funcionamiento es igual a las tarjetas de pago contactless: basta con acercarlas a un dispositivo que tenga esta tecnología —en la actualidad, todos los smartphones, la mayoría de tablets y ya también algunos portátiles— para que actúen.

Esta opción encarece el coste, ya que hay que adquirir las tarjetas y luego solicitar a una imprenta que plasme el diseño o adquirir una impresora específica. No obstante, a diferencia de un simple código QR, es gestionable y el contenido puede actualizarse sin tener que crear una nueva tarjeta. De hecho, ya hay países como Japón, en los que se está llevando a cabo la transición al soporte virtual de estas tarjetas de visitas. 

Algunos materiales promocionales podrían tener los días contados 

El material promocional también se ha tenido que reinventar frente a la COVID-19.  Los típicos bolígrafos o mecheros personalizados ya se están quedando atrás, para dar paso a materiales que, aunque también pueden ser físicos, están más adaptados a esta 'nueva normalidad'. 

Es el caso de los desinfectantes, geles y toallitas hidroalcohólicas, mascarillas y correas para ajustar su tamaño, así como cajitas, bolsas o sobres para guardarlas. Materiales todos ellos que portan el nombre del negocio y que sirven para el mismo fin: darse a conocer entre los clientes.

Entre los menos comunes y más interesantes, estarían los esterilizadores UV portátiles, los humidificadores y las llaves higiénicas, unos artilugios que sirven para abrir las puertas o grifos sin tocar pomos o picaportes.

Los tickets y las facturas en papel podrían caer en desuso 

La sustitución de los tickets de compra en papel por los digitales ha sido un tema de debate desde hace años.  De hecho, hay cada vez más empresas que apuestan por esta opción. Aunque "la Ley General de la Defensa de Consumidores y Usuarios no permite la emisión únicamente en formato digital, ya que el cliente debe tener las dos posibilidades y elegir, la COVID-19 podría servir de acelerador para modificar las costumbres de los consumidores en este sentido", explican desde el Blog de Bankia.

De hecho, además de ser una buena alternativa para evitar el contacto y los contagios, el ticket digital también supone un ahorro en costes para la empresa y un ahorro de emisiones para el medioambiente, ya que por "por cada ticket en papel no impreso, se evita la emisión de 10gr de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera", apuntan desde la entidad financiera

Lo mismo ocurre con las facturas digitales, que son cada vez más frecuentes entre los profesionales. Este tipo de documentos electrónicos está en auge: entre 2018 y 2019, el número de facturas electrónicas creció casi un 15%, ya que se procesaron en España 181.884.086 documentos. Y se espera que el coronavirus también acelere el proceso de digitalización de las facturas. 

Además, más allá de ser una herramienta para evitar el contacto y los contagios, el formato digital en las facturas también supone un elemento clave en la estrategia de los autónomos, ya que permite tener un mayor control de las facturas emitidas y recibidas.