La amortización de los bienes es un concepto poco conocido entre los autónomos

Esta es la forma en que los pequeños negocios pueden dividir el precio de una inversión entre varios años

Cuando un autónomo compra para su negocio cualquier tipo de maquinaria, mueble o vehículo, puede dividir, a efectos contables y tributarios, su precio a lo largo de toda su vida útil. Muchos no saben el beneficio de las amortizaciones.

Amortizaciones: así pueden los autónomos dividir la deducción por las inversiones que hacen en el negocio.
Amortizaciones: así pueden los autónomos dividir la deducción por las inversiones que hacen en el negocio.
Esta es la forma en que los pequeños negocios pueden dividir el precio de una inversión entre varios años

En su actividad diaria, los autónomos están acostumbrados a asumir determinados gastos relacionados con su trabajo, como las facturas de la luz, el género que venden o la gasolina que utilizan en sus desplazamientos. Sin embargo, también tienen que hacer frente a determinadas inversiones, la mayoría de las cuales pueden amortizarse a lo largo de toda su vida útil.

Estas amortizaciones -la división de su precio en todos los años que será utilizado por el autónomo- tienen un importante efecto en la contabilidad del negocio, pero también beneficios tributarios. Así, los autónomos pueden dividir las deducciones por estos bienes en varios ejercicios. Un sistema que afecta a multitud de sectores como las clínicas, los talleres, los transportistas, los taxistas, la construcción, los agricultores, la hostelería y prácticamente el 90% del colectivo, incluidos los profesionales que trabajan con equipos informáticos. 

Según explicaron a este diario los asesores fiscales, calcular correctamente la amortización de un bien de inversión es muy importante para los negocios, sobre todo para los más pequeños, debido a que los autónomos deben contar con el coste que supone, por ejemplo, el uso de una máquina por cada hora de trabajo antes de calcular las tarifas que cobrarán a sus clientes por realizar un servicio.

Para que un bien sea amortizable, basta con que esté destinado al 100% al desempeño de la actividad, así como que su periodo de vida útil supere un año. Para calcular los máximos y mínimos deducibles, la Agencia Tributaria cuenta con unas tablas -se pueden consultar en su página web- en la que se indican los coeficientes y el periodo máximo de años en los que se puede amortizar un bien, dependiendo de la categoría en la que se encuentre.

¿Qué es una amortización y cómo deben utilizarla los autónomos?

Según explicó a este diario el presidente de la Asociación Profesional de Asesores Fiscales de la Comunidad Valenciana (APAF), Luis Chinchilla, una amortización es, por definición, “la recuperación del precio de un bien a lo largo toda su vida económica.”

Por ejemplo, en el caso de un autónomo que tenga una pequeña ferretería, las máquinas en las que se hacen las llaves o incluso, los mostradores y estanterías, sería bienes sujetos a una amortización. “Si, por ejemplo, utilizan una máquina cuya vida es de seis deben calcular cuál es su coste por hora de uso, por mes y por año, para poder incluirlo en las tarifas que cobran” por realizar una llave a un cliente, explicó Luis Chinchilla.

Además, según el presidente de APAF, “la adquisición de estos bienes no es considerada una parte de los gastos de un negocio, ya que éstos son los que se desembolsan inmediatamente. Por ejemplo, la factura de la luz, la gasolina para desplazarse… Y tampoco una compra, porque éstas se convierten en ventas. Por ejemplo, en el caso de una tienda de pintura, el autónomo compra cierta cantidad de botes de pintura que, al finalizar el año, termina vendiendo”, explicó.

En definitiva, la figura de la amortización “está pensada para que, cuando se termine la vida útil del bien, el autónomo haya conseguido una especie de fondo que pueda destinar a la compra de otro bien igual para seguir desempeñando su actividad”, explicó el asesor fiscal a este medio.

Además, para que un bien sea amortizable -tanto a efectos contables como fiscales-, es necesario, por un lado, que se trate de un bien “vinculado al 100% a la actividad económica” del autónomo; y, por otro, que su uso se vaya a extender en el tiempo más de un año. Según la Agencia Tributaria, los siguientes bienes serían amortizables:

  • Adquisición de edificios y otras construcciones.
  • Instalaciones, mobiliarios, enseres y el resto del inmovilizado material.
  • Maquinaria.
  • Elementos de transporte.
  • Equipos para tratamiento de la información y sistemas y programas informáticos.
  • Útiles y herramientas.
  • Ganado, vacuno, porcino, ovino y caprino.
  • Ganado equino y frutales no cítricos.
  • Frutales cítricos y viñedos.
  • Olivar.

Los autónomos pueden deducir sus inversiones durante los años de amortización

Además, las amortizaciones no sólo tienen un efecto en la contabilidad de los negocios. También afectan a las deducciones a las que los trabajadores por cuenta propia tienen derecho cuando adquieren cualquier tipo de producto destinado a realizar su actividad económica. Para ello, “la ley marca límites mínimos y máximos, así como los periodos máximos de amortización. Si está dentro de los coeficientes las amortizaciones serán gastos deducibles en todos los ejercicios que dure”, explicó a este diario Luis Chinchilla.

Así, dependiendo de la categoría a la que pertenezca el bien de inversión, el autónomo podrá deducir el gasto en éste en ocho años -en el caso de las herramientas- o en 68 ejercicios, si se trata de un edificio u otro tipo de construcción.

¿Cómo calcular en Renta el periodo de amortización de un bien de inversión?

Según explicó Luis Chinchilla a este diario, el periodo de amortización de un bien de inversión se calcula, de forma habitual, utilizando las tablas de la Agencia Tributaria (pueden consultarse en este enlace). Además, “normalmente, la amortización suele ser lineal. Es decir, si se establecen ocho años, se divide en ocho periodos iguales, tanto a efectos contables como fiscales. Si se hace más lento de lo que marca la tabla, una vez pase el tiempo máximo que se recoge en los coeficientes dejará de ser deducible”, valoró el presidente de APAF.

Sin embargo, existen otros casos en los que los autónomos pueden acortar o alargar los periodos de amortización de un bien de inversión. En estas situaciones, “se puede plantear un plan de amortización, que rara vez se deniega por parte de la Agencia Tributaria. Se usa cuando, por ejemplo, se deteriora muy rápido o muy lento y se necesitan diferentes tiempos para amortizar. Si Hacienda da su visto bueno, este plan de amortización es completamente válido, y se usa tanto a nivel contable como fiscal”, explicó el asesor fiscal.

Por último, el presidente de los asesores fiscales de la Comunidad Valenciana recordó que los autónomos que se acojan a una amortización fiscal deben conservar las facturas del bien durante todo el periodo que dure ésta, a efectos de una posible Inspección de Hacienda. “Es decir, no pueden tirarse a los cuatro años fiscales o los seis que obliga el Código de Comercio para guardar la contabilidad”, concluyó.