Según los expertos de Fundación MAPFRE

Inversión periódica: los autónomos pueden rentabilizar su dinero de forma automática y con menos riesgos

La inversión periódica permite a los autónomos colocar una parte de su capital todos los meses sin apenas esfuerzo y asegurar la rentabilidad de sus ahorros a largo plazo. Así funciona esta estrategia, según los expertos de Fundación MAPFRE.
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Inversión periódica: los autónomos pueden rentabilizar su dinero de forma automática y con menos riesgos
Inversión periódica: los autónomos pueden rentabilizar su dinero de forma automática y con menos riesgos

La inversión se ha convertido en los últimos meses en una pieza clave para miles de autónomos que quieren proteger sus ahorros de las constantes subidas de precios. La mayoría de trabajadores por cuenta propia han entendido que dejar el dinero depositado en una cuenta no es suficiente para tener un buen colchón financiero de cara, por ejemplo, a la jubilación, ya que de aquí a unos años, el valor de ese capital podría haber menguado un 50% o más.

El problema con el que se encuentran muchos pequeños ahorradores al empezar a invertir es que no tienen un capital suficiente para poder destinar a sus inversiones. Y, si lo tienen, habitualmente no están dispuestos a correr el riesgo de perder una parte de los ahorros que tenían guardados para su jubilación, para comprar una vivienda o para la universidad de sus hijos. Además, la inversión también supone un esfuerzo de estar al tanto de las fluctuaciones del mercado y unos mínimos conocimientos para saber cuándo y cómo comprar y vender.

Una buena fórmula para comenzar a invertir sin tener experiencia, con poco esfuerzo y disminuyendo al máximo el riesgo de pérdidas podría ser la inversión periódica. "La estrategia es muy sencilla. Consiste en invertir todos los meses la misma cantidad de dinero sin importar en qué momento se encuentre el mercado. Esa es la esencia de este modelo, cuyo nombre técnico es Dollar Cost Averaging o DCA", según explican desde Fundación MAPFRE, entidad que ha desarrollado el proyecto 'Seguros y pensiones para todos' -galardonado con el premio Finanzas para Todos otorgado por el Banco de España y la CNMV-,

La clave de esta fórmula de inversión, según explican desde la entidad, "está en el promedio. Al mantener tu inversión todos los meses, habrá momentos en los que comprarás caro y otros barato pero al final comprarás siempre al precio medio del mercado. Esto, a largo plazo, asegura la rentabilidad de las inversiones ya que el mercado, en periodos de más de 20 años, tiende a ser siempre alcista". 

¿Cómo pueden poner en práctica los autónomos la inversión periódica?

La inversión periódica es una de las estrategias más sencillas de llevar a cabo. Para ponerla en práctica sólo son necesarias dos cosas: 

  • Decidir cuánto dinero invertirás todos los meses. Esa cantidad dependerá de cada autónomo, su edad y su situación personal. Lo importante es decidir una cifra que sea realista, que permita seguir haciendo frente a todos los gastos y posibles imprevistos del negocio sin esfuerzo. También es importante tener en cuenta que los inversores más mayores cuentan con menos tiempo para aprovechar las ventajas del interés compuesto, por lo que sería recomendable que incrementaran sus aportaciones.
  • Saber en qué producto o productos de inversión invertirás. Si tienes dudas, aquí puedes ver diferentes opciones de inversión según tu perfil de riesgo. Según Fundación MAPFRE, lo más sencillo para llevar a cabo una estrategia de inversión periódica son los productos financieros como PIAS (Planes de Ahorro e Inversión) o los Unit Linked (Seguros de ahorro e inversión), ya que están diseñados precisamente para hacer aportaciones todos los meses.

A partir de ahí, lo único que debe hacer el autónomo es programar su inversión, que puede ser tan fácil como planificar una transferencia periódica todos los meses el mismo día de mes. Esto, en el caso de los seguros o planes de ahorro e inversión no sería necesario ya que la propia entidad -un banco o una aseguradora, normalmente, pasa directamente el recibo de forma mensual.

De este modo, la inversión se convierte en un pago más, igual que el alquiler o la luz y el autónomo se asegura que invertirá todos los meses, independientemente de la situación del mercado, y sin preocuparse por ello.

Según Fundación MAPFRE, este modelo de inversión tiene sus ventajas y funciona básicamente por dos cuestiones. "La primera es que la mayoría de personas tienen más capacidad de ahorro e inversión que dinero ahorrado para invertir. Por eso, es una estrategia que encaja con las finanzas de buena parte de la población".

La segunda es que la tendencia general de los mercados es alcista. "Esto significa, por un lado, que el riesgo de sufrir pérdidas se reduce conforme aumenta el tiempo que estás invirtiendo y, por otro lado, que a largo plazo la bolsa tiende a subir", apuntan desde la entidad.

Un ejemplo de inversión periódica aplicada a fondos de inversión

Para ilustrar el funcionamiento de la inversión periódica desde Fundación MAPFRE propusieron un ejemplo concreto aplicado a fondos de inversión. Un autónomo que invierte 200 euros al mes en un fondo de inversión y que evoluciona de la siguiente forma:

  • Mes 1. El valor de cada participación es de 50 euros. Compra 4 participaciones.

  • Mes 2. El valor de cada participación sube a 100 euros. Compra 2 participaciones.
  • Mes 3. El valor de cada participación vuelve a 50 euros. Compra 4 participaciones.
  • Mes 4. El valor de cada participación baja a 25 euros. Compra  8 participaciones.
  • Mes 5. El valor de cada participación sigue en 50 euros. Compra 4 participaciones.

Al final de ese periodo de cinco meses, el autónomo habrá invertido 1.000 euros de su bolsillo y en total tendrá  22 participaciones que a 50 euros cada una sumarán 1.100 euros o una ganancia del 10%. Eso sí, advierten desde Fundación MAPFRE, la inversión periódica "es una buena estrategia si se invierte a largo plazo. Para que funcione hay que tener claro que habrá momentos de caídas y de subidas, pero que si se mantiene la inversión todos los meses, al final se comprará  al precio medio del mercado. Y en plazos de más de 20 años, lo que haya pasado durante el camino poco importará, ya que el valor se habrá promediado". 

Invertir a más de 20 años vista reduce al mínimo el riesgo de pérdidas

Según explican desde Fundación MAPFRE, "desde 1950 las inversiones en renta variable a un año vista han dado beneficios de hasta un 61%, pero también pérdidas del 43%. Al alargar el periodo a 5 años, esas diferencias se reducen. Si la inversión se lleva a 10 años, la diferencia será menor. Al invertir a 20 años vista, ya no perderás dinero".

Así lo demuestra también el gráfico publicado por la multinacional británica de gestión de activos Shroders que representa las pérdidas que tuvieron los inversores en relación al plazo de sus inversiones. Como se puede observar, en periodos de más de 20 años, el porcentaje de inversores que sufrieron pérdidas se redujo al 0,1%.

Captura

Otro motivo para invertir a largo plazo: el interés compuesto

Otra de las claves para asegurar la rentabilidad de una inversión es empezar a hacerlo cuanto antes y a largo plazo,  aunque sean cantidades muy pequeñas. Desde Fundación MAPFRE propusieron un ejemplo: Imaginemos un autónomo que empieza a invertir con sus primeros ingresos a los 23 años. Destina a este fin 1.000 euros de partida y aporta 200 euros al mes o 2.400 euros al año. Luego, mantiene su ahorro hasta los 33 años. A partir de ahí ya no hace más aportaciones, y sólo deja el dinero invertido.

Un segundo autónomo pone el mismo plan en marcha pero, en vez de a los 23, a los 33 años. También invierte 1.000 euros de entrada y aporta 2.400 euros más al año. Luego, mantiene su inversión hasta jubilarse. En ambos casos suman una rentabilidad del 8% anual. 

En la siguiente infografía, Fundación MAPFRE representa la evolución de los ahorros de cada uno.

 

Lo que marca la diferencia en este ejemplo es el interés compuesto, que es algo tan simple como reinvertir los beneficios que genera la inversión. La clave del interés compuesto es que los intereses que se generan se van sumando al capital inicial y generando un efecto bola de nieve, ya que se aplican intereses sobre los propios intereses.

Como se puede observar, en este caso, es más importante el tiempo en el que se deja el dinero 'trabajando solo' con los intereses, que el propio capital aportado. Mientras que en el primer supuesto se empezó a invertir a los 23 años y se generó un total de 533.764,30 euros para la jubilación a los 65 años, en el segundo, esos diez años de diferencia en los que no se invirtió ni se generaron intereses hacen que sólo se alcance un capital de 390.980,06 euros. Es decir, una diferencia de más de 140.000 euros en el resultado final.