Según el último informe de CEOE

Los pequeños negocios dejaron de ingresar 60.000 millones de euros en 2020

El último informe de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales revela que los pequeños negocios dejaron de ingresar 60.000 millones de euros en 2020 debido a la pandemia.
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Los pequeños negocios dejaron de ingresar 60.000 millones de euros en 2020

Un año después del estallido de la pandemia, los autónomos y pymes siguen arrastrando grandes caídas de facturación y no terminan de ver la luz al final del túnel. Los negocios más pequeños han sido, una vez más, los más golpeados por la crisis del coronavirus. Tanto es así que, según el último informe de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), el tejido productivo español dejó de ingresar 287.000 millones de euros en 2020.

De esta cifra, tal y como explicó el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, un 25% -entorno a 60.000 millones de euros- corresponde a las pérdidas de facturación de trabajadores por cuenta propia. Las restricciones de movilidad y limitaciones de horarios impuestos por las autoridades sanitarias para la contención del virus han forzado, en numerosas ocasiones, los cierres de miles de negocios que se vieron durante meses obligados a mantenerse sin percibir ingresos.

Un descenso en la facturación de los profesionales que afecta directamente a las arcas públicas. En su último Informe de Recaudación, la Agencia Tributaria aseguró que, en conjunto, la caída de ingresos de las pequeñas y medianas empresas españolas superó el 10%, pero este porcentaje aumentó en el caso de los autónomos, quienes ingresaron un 11% menos el pasado año respecto a 2019.

Este porcentaje contrasta con el descenso que han percibido algunos sectores especialmente afectados por las restricciones y limitaciones a causa del Estado de Alarma que, en muchos casos, soportaron caídas superiores al 40% incluso más.

Una de las mayores pérdidas de ingresos hasta la fecha

Según señala el informe de CEOE, el número de empresas inscritas en la Seguridad Social descendió de forma acusada entre febrero y abril de 2020. Un total de 90.000 negocios cerraron sus puertas en los peores meses de la crisis del Covid-19. Estos datos, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), apuntan que la pérdida de facturación e ingresos experimentados por los sectores productivos del país alcanzaron una de las mayores caídas hasta el momento.

Si bien los meses posteriores la economía comenzó a recuperarse, la entrada en 2021 trajo consigo una nueva debacle. En febrero, las empresas inscritas en la Seguridad Social eran casi 50.000 menos que el pasado año 2019

Turismo, hostelería, transporte y comercio presentan las pérdidas más pronunciadas

Prácticamente la mayoría de los sectores han sufrido consecuencias negativas en su economía desde el inicio de la pandemia. No obstante, algunas actividades se han visto más castigadas que otras. Éstas han sido aquellas donde la presencia del cliente es imprescindible para la prestación del servicio, por lo que se han visto muy afectadas por las restricciones a la movilidad, y tardarán cierto tiempo en recuperar los niveles previos a la crisis. 

Es el caso de los sectores vinculados al turismo. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales indicó que se trata de la actividad con mayor pérdida de facturación en términos relativos, y señaló especialmente a las agencias de viajes, que registraron un descenso en su facturación del 75% respecto al 2019. Después de las actividades turísticas, el informe sitúa el sector de la hostelería y restauración como el segundo más perjudicado por la pandemia. En este caso, el retroceso en su facturación supera los 23.000 millones de euros

Otros de los sectores más afectados han sido los relativos al transporte, gravemente perjudicado por las restricciones de movilidad a nivel nacional e internacional. Asimismo, CEOE incluye también el comercio, golpeado además por la pérdida de ingresos de las familias. Las actividades comerciales suman una pérdida de facturación de casi 92.000 millones de euros.

Por el contrario, los negocios ligadas a los servicios informáticos y digitales, junto con las actividades de seguridad e investigación han sido las que menos impacto negativo han sufrido en sus negocios.

Las ayudas del Gobierno son "limosna" para el colectivo

Para el presidente de ATA, Lorenzo Amor, el importe destinado por el Gobierno a ayudar a los pequeños negocios es "muy poco" si se compara con el volumen de facturación que ha perdido el colectivo a causa de la emergencia sanitaria. “Las empresas dejaron de ingresar 287.000 millones de euros el año pasado por la Covid-19. Y un 25% -entorno a 60.000 millones de euros- corresponde a las pérdidas de facturación de los autónomos” señaló.

Amor insistió en que las ayudas a fondo perdido sólo cubren una pequeña parte de esas pérdidas: “si a los 7.000 millones de euros en ayudas directas les sumamos lo que se ha pagado en ERTE, en la prestación por cese de actividad y en el resto de medidas -incluyendo moratorias y aplazamientos- el Gobierno se habría gastado en total unos 57.000 millones de euros en ayudar a los negocios durante la pandemia. Aún con todo, el tejido productivo ha tenido que soportar 230.000 millones de euros de pérdidas”. Por eso, el presidente de la Federación catalogó las ayudas directas de 7.000 millones de euros de “limosna”.

ATA exige prorrogar el cese de actividad y los ERTE

Por eso, y ante una recuperación del tejido productivo “lenta, gradual y suave”, Lorenzo Amor pidió al Gobierno mantener el escudo de protección social hasta, como mínimo, el 31 de diciembre de este año. “Especialmente porque el tejido empresarial está bastante herido y la recuperación va a ser desigual” afirmó.

Mantener el escudo social significa extender nuevamente la prestación por cese de actividad para autónomos y los ERTE. En estos momentos, ambas medidas siguen vigentes hasta el próximo 31 de mayo gracias a la aprobación del Real Decreto-ley 2/2021, de 26 de enero. “Negociar su extensión tiene que ser la prioridad en estos momentos. Debería ser el primer punto en la agenda del diálogo social. El 31 de mayo está a la vuelta de la esquina y hay que dar certeza a los autónomos y a los empresarios para que puedan organizar su futuro”, señaló el presidente de ATA.