Las pocas consultas que pasan son de forma telemática

Los psicólogos apenas trabajan porque los pacientes han recortado gastos

El confinamiento está afectando a la salud mental de muchos españoles. Sin embargo, mientras el estrés y la ansiedad se multiplican entre los ciudadanos, los psicólogos casi no trabajan. La falta de ingresos y las restricciones de contacto son la principal causa. Por eso, las pocas consultas que pasan son de forma telemática.

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Los psicólogos apenas trabajan porque los pacientes han recortado gastos

El Covid-19 no sólo ha provocado una fuerte crisis en la salud física y la economía de los ciudadanos  El confinamiento también ha afectado y mucho a la salud mental. Por eso, la profesión de los psicólogos, en su mayoría autónomos,  se ha incluido dentro de aquellos oficios considerados esenciales durante el Estado de Alarma. Sin embargo, no pueden desarrollar su actividad con normalidad. Sólo se les permite atender en la consulta a los casos más urgente, y siempre siguiendo las medidas preventivas marcadas por el Ministerio de Sanidad.

A eso, hay que añadir una avalancha de cancelaciones en las citas por falta de ingresos o por temor al contagio entre sus clientes.  Si bien estos profesionales son imprescindibles en una situación como ésta, difícil de sobrellevar y que afecta a la salud mental de muchos ciudadanos, esto no se está reflejando en sus ingresos. Lejos de aumentar su cartera de clientes, estos autónomos, propietarios en su mayoría de sus propios gabinetes, han visto como su actividad no ha hecho más que descender desde que dio comienzo el Estado de Alarma.

Son pocos los profesionales que abren las puertas de sus consultas a pesar de pertenecer a una de las actividades esenciales, porque “supone un riesgo tanto para el paciente como para el profesional, además muchas personas anulan de forma masiva todas las citas que habían programado, por miedo al contagio. Ha habido un parón muy fuerte de todo el trabajo”, explicó la psicóloga Claudia Lozano, propietaria de una consulta en Cáceres.

Además, los profesionales también achacan la pérdida de pacientes a la fuerte crisis económica que está ocasionando el Covid-19, “con el elevado número de personas que han perdido el empleo o su negocio, los profesionales de la psicología privada vemos muy reducidas las consultas. Los clientes recortan todo lo que pueden y su falta de actividad nos afecta directamente. Es como un efecto dominó” señaló José Lombo, psicólogo autónomo en León.

Terapias psicológicas a través de videoconferencias

El aislamiento está cambiando por completo la forma de ejercer la psicología. Esta profesión requiere de cercanía y contacto directo con el paciente, sin embargo, no está siendo posible por la situación actual.

Los profesionales han optado en algunos casos por ofrecer terapias y sesiones de forma telemática, para continuar con el seguimiento de sus pacientes. Sin embargo, la psicóloga Claudia Lozano explicó que “se pierde esa parte humana y la relación terapéutica se ve bastante influida”. No es lo mismo establecer una confianza y una relación con el paciente de tú a tú a una relación telefónica o por videoconferencia. Además, reconocen que las terapias online no sirven para todo el mundo, “no todos se sienten cómodos con las video llamadas y terapias por Skype y también hay personas que no tiene acceso a eso, sobre todo los más mayores” añadió la doctora.

Esta nueva técnica que los gabinetes han tenido que introducir en su trabajo para poder interactuar con sus pacientes, y seguir adelante con su actividad, se vuelve aún más complicada cuando se trata de nuevas altas de personas que se incorporan a sus terapias. “Es muy difícil establecer una relación terapéutica con nuevos pacientes sin tener la oportunidad de un primer contacto directo, es el mayor hándicap de todo esto”, explicó Lozano.

Las videoconferencias pueden ser una solución temporal para desarrollar la actividad profesional de los psicólogos, de hecho, los pacientes virtuales se han incrementado durante el Estado de Alarma, pero la doctora señaló que no se les puede considerar pacientes al uso, “son personas que necesitan un apoyo psicológico puntual en un momento dado”.

La cultura de estas intervenciones o apoyos terapéuticos de forma telemática no está del todo implantada en la sociedad, ya sea por falta de costumbre de la población con ellas o porque el contacto directo resulta mucho más efectivo. A este respecto, el psicólogo José Lombo reconoció no ser  demasiado "partidario de este método, aunque dada la situación que estamos viviendo, es la opción más viable que tenemos ahora mismo”.

No obstante, Lombo señaló que la mayoría de los trastornos se desarrollan lenta e insidiosamente, por lo que es de esperar que el aumento de demanda se produzca dentro de unos meses. "Ahora mismo, la población está en situación de alerta y no tiene tiempo para ir al psicólogo, pero acudirán cuando la situación se vaya regularizando y las personas tomen conciencia de cómo les ha afectado”.

Secuelas del Covid-19: ansiedad y estrés. Claves para afrontarlas

La ansiedad y el estrés son de los problemas más comunes del siglo XXI, y los casos se han multiplicado en los ciudadanos desde que comenzó el Estado de Alarma. Estas enfermedades están asociadas a los cambios de trabajo, "El teletrabajo está suponiendo para algunas personas cambios drásticos en su forma de trabajar y los que siguen trabajando con normalidad, lo sufren por miedo a contagiarse ellos o sus familias”, explicó la doctora Lozano.

Las secuelas psicológicas que deja el virus, según los expertos, podrían perdurar en las personas entre 4 y 6 meses después del confinamiento. "Es muy probable que nos encontremos un repunte de síntomas y que los pacientes que ya estaban estabilizados haya sufrido recaídas”. Además, los profesionales auguran que se dará un estrés postraumático entre personas que se han expuesto a una pérdida de un familiar sin poder haber pasado por el duelo normal. "Y de este modo es posible que sea más duradero y más intenso”, explicó Lozano.

Todos los expertos coinciden en que la base para sobrellevar mejor el confinamiento son las rutinas, tanto de actividades obligadas como puede ser el teletrabajo, como de actividades placenteras dedicando tiempo a los hobbies. “Para mantener una buena salud mental se necesita programar alguna actividad placentera para no olvidar las cosas que nos hacen sentir bien”, explicó la psicóloga Claudia Lozano.

Las relaciones sociales y mantener el contacto con el entorno en la medida de lo posible son las recomendaciones principales, “los humanos somos seres  que se relacionan por naturaleza. Un ejemplo de estos días son los balcones, que se han convertido en los sitios de reunión y están resultando fundamentales para hacer sentir a las personas que forman parte de la sociedad”

Otra de las claves para fortalecer la mente es “evitar los pensamientos tremendistas y asociados con anticipaciones negativas de futuro”, señaló el psicólogo Lombo. También hay que mantenerse activos, porque “la no actividad lleva a  más inactividad, y no se puede caer en la negatividad por no hacer nada”.