Se exigirían planes de formación

Los autónomos que quieran continuar con el ERTE tendrán que solicitarlo antes del 10 de octubre, según CCOO

El Gobierno ha planteado a los agentes sociales una nueva estructura para los ERTEs más allá del 30 de septiembre: que los negocios que quieran seguir con trabajadores afectados hasta enero soliciten de nuevo el expediente antes del 10 de octubre, según fuentes de CCOO. Pero se exigen planes de formación para gozar de exoneraciones de cuotas.
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Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo
Los autónomos que quieran continuar con el ERTE tendrán que solicitarlo antes del 10 de octubre, según CCOO

Los autónomos seguirán teniendo ERTEs más allá del 30 de septiembre, pero habrá "cambios fuertes", como ya avanzó el Gobierno la semana pasada. Al parecer, la negociación estaría pivotando entorno a dos grandes modificaciones que el Ejecutivo plantea introducir en este nuevo mecanismo de "transición", una relativa al proceso de solicitud de los expedientes, y otra relacionada con la exoneración de cuotas ligada a la formación.

El primero de los cambios que puso el Gobierno encima de la mesa es que estos nuevos expedientes se estructuren en dos fases, una prórroga automática hasta noviembre para dar tiempo a los autónomos y empresarios que todavía tienen a trabajadores afectados a presentar la solicitud de un nuevo  ERTE y recibir el visto bueno de la Administración. Y una segunda etapa, desde el 1 de noviembre hasta el 31 de enero, de la que sólo podrán beneficiarse los empleadores que hayan vuelto a solicitar el ERTE, según confirmaron fuentes del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) a este diario. 

Al parecer, lo que se pretendería con esta primera modificación es articular una doble vigencia de los ERTEs: una del 1 al 30 de octubre y otra del 1 de noviembre al 31 de enero de 2022. Ahora bien, para acceder a los ERTE en la segunda de las fases, los autónomos "tendrían que presentar la solicitud del expediente antes del 10 de octubre", según explicaron desde CCOO.

Y las mismas fuentes están convencidas de que "los negocios, la mayoría de ellos pequeños y de los sectores de hostelería o comercio, afectaron en marzo a 3,5 millones de trabajadores en un tiempo récord. Así que en 10 días tendrían tiempo para solicitarlo de nuevo, si lo necesitan, para los 250.000 empleados que hay ahora mismo". 

Los autónomos tendrán diez días para solicitar el nuevo ERTE hasta enero

Así pues, los autónomos parece que tendrán, si finalmente se aprueba el planteamiento trasladado por el Gobierno a los agentes sociales, del 1 al 10 de octubre, es decir, diez días para presentar la solicitud de acceso al ERTE hasta enero. Después de esos diez días, la Administración tendría que responder a dicha solicitud en los diez días siguientes. 

CCOO explicó que la idea que estaría barajando el Gobierno con este nuevo mecanismo sería empujar a todos los negocios a volver a pasar por el trámite de solicitud para, de este modo, "averiguar cuáles son los que realmente lo necesitan y, de paso, excluir de los expedientes a aquellos que están haciendo un uso fraudulento del ERTE, por ejemplo, teniendo a empleados trabajando mientras están afectados". 

Y según confirman desde Comisiones Obreras, esta vez, el procedimiento de solicitud "será mucho más sencillo que al principio de la pandemia. Sencillamente hará falta justificar que se pertenece a un sector de los que todavía soportan limitaciones, o bien que se cumplen con las mismas causas recogidas el Real Decreto 8/2020". Es decir, haber perdido parte de la actividad a raíz de la pandemia. 

A pesar de  ello, el presidente de  la Confederación Española de Organizaciones Empresariales mostró su desacuerdo recientemente ante esa propuesta. Según advirtió Antonio Garamendi: "nos dicen que no será prórroga y que habrá rebaja de las exenciones hasta el 40-50%", por lo que "vemos complicado llegar a un acuerdo".

Aumento de costes, de trámites y posibilidad de quedarse sin ERTE  

A pesar de la "sencillez" de este nuevo procedimiento, los expertos consultados por este diario coinciden en que "podría suponer un aumento de costes para los autónomos, como honorarios de abogados, gestores, graduados sociales y asesores por la tramitación de los nuevos ERTE", aseguró Luis San José, abogado laboralista del despacho AGM abogados.

Por otro lado, supone comenzar de nuevo los trámites y la posibilidad de que la administración no apruebe la documentación y el negocio no pueda acceder a estos expedientes aunque los necesite.

Los agentes sociales se oponen condicionar las exoneraciones de cuotas a la formación

La segunda gran modificación que pretende introducir el Gobierno es que los autónomos que quieran beneficiarse entre el 1 de noviembre y el 31 de enero de los nuevos ERTE deban acompañar su petición de un plan para formar a sus empleados. Incluso el Ejecutivo habría planteado a los agentes sociales "ligar esta formación al beneficio de las exoneraciones de cuotas, es decir, que sin plan formativo, los negocios no puedan beneficiarse de las exenciones en las cuotas a la Seguridad Social por sus empleados", explicaron desde CCOO. 

Algo que, tanto para los sindicatos como para la patronal sería inviable. "Éste es el máximo escollo en la negociación y todavía está por tratar, pero no nos parece viable hacerlo ahora. En este momento, plantearse relacionar las exoneraciones a la formación, con todo lo que cuesta organizarla y solicitarla, no se podría hacer. Se entiende que la formación debe ser programada y debe responder a las necesidades de las personas y de las empresas. No vale con cualquier tipo de formación", afirmaron fuentes sindicales.

La idea de introducir la formación en los futuros ERTEs para recualificar  y reubicar a los trabajadores en otros puestos no es nueva. De hecho, es parte imprescindible del mecanismo de ERTE permanente que lleva tiempo avanzando el Gobierno.

Organizar un programa de formación para los empleados de un pequeño negocio de tres o cuatro trabajadores es complicado. Como dijo el presidente de ATA, Lorenzo Amor, es algo que debería hacer los servicios públicos de empleo, no el autónomo. En opinión de Amor se está diseñando un nuevo sistema de ERTE orientado a la gran empresa y no a los pequeños negocios cuando aún hay sectores como la hostelería que no acaban de arrancar y son los que más los necesitan.  

Posible fin del ERTE "por fuerza mayor" y comienzo del mecanismo permanente

Por ello, la voluntad por parte del Ejecutivo de introducir en este modelo transitorio conceptos como la formación hace pensar a los expertos que ya se  baraja que ésta sea la última de las prórrogas que conocemos de los ERTEs por fuerza mayor, que dará paso a un nuevo mecanismo: el ERTE permanente. 

Dicha herramienta viene recogida en el punto 23 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia publicado por el Gobierno. En este apartado se desarrollan lo que serán "las nuevas políticas públicas" y se incluye precisamente la necesidad de "introducir de manera permanente mecanismos de ajuste interno de las empresas antes shocks (ERTE), que se nutran de la experiencia acumulada durante la pandemia". En este sentido, el Ejecutivo, desde el presidente hasta los titulares de diferentes ministerios, llevan meses aclarando que su intención es no dejar caer los ERTE, ni sus exoneraciones para los negocios en las cotizaciones a la Seguridad Social por sus trabajadores. 

De hecho, la vicepresidenta económica y ministra de Economía, Nadia Calviño, ya sugirió en agosto que el diálogo social abordará tarde o temprano si los ERTE deberían “transformarse desde el instrumento de choque que son ahora a una oportunidad para que los trabajadores reciban formación y se recualifiquen, en línea con lo que hace Alemania”. El Gobierno tiene la vista puesta en el modelo 'Kurzarbeit', una modalidad de jornada reducida en la que el Estado paga temporalmente hasta dos tercios del salario al trabajador y ofrece formación para reincorporarle al mercado laboral e impedir despidos masivos.

Si bien todavía están pendientes de concretarse los detalles del futuro modelo, previsiblemente, este expediente estructural cubriría a los negocios con caídas de demanda -en principio de cualquier dimensión, desde micropymes hasta grandes empresas- para quitarles parte de la carga salarial de sus empleados y un porcentaje, que aún no está concretado, de exoneración de las cotizaciones sociales a la Tesorería. Sin embargo, y como punto clave de diferencia respecto a los actuales ERTE, es probable que esta herramienta se financie compartiendo los costes con los negocios y los empleados, a través de un fondo 'tripartito' -Administración, empresa y trabajador- que recaiga, por un lado, en las arcas públicas y por otro lado, se costee con un porcentaje fijo sobre las cotizaciones.  

Para explicar de forma gráfica el funcionamiento de este futuro expediente, diferentes expertos ponen el ejemplo de un acordeón: este ERTE sería similar, se estiraría y encogería en función de la demanda de la empresa. Si el negocio recupera la demanda y necesita una plantilla más extensa de trabajadores podría recuperar a su empleado y si necesita  un ajuste, se reduciría la jornada del trabajador y, además, se le formaría durante el tiempo que no está trabajando para poder aumentar sus capacidades y sus posibilidades de reincorporación al mercado.

Al parecer, la formación sería la clave de este nuevo modelo, ya que los negocios se van a tener que adaptar pronto, cuando termine la crisis y comience la recuperación, a una realidad diferente y transitoria. Habrá empresas y sectores con mayor necesidad de apoyo porque los patrones de demanda ya no van ser los mismos y hay que ajustar la actividad económica.