Escarmentar en cabeza ajena

Un emprendedor explica todo lo que 'no' hay que hacer para crear una startup

¿Qué es más importante: conseguir financiación o clientes? ¿Qué pasa cuando no hay una normativa que regula la actividad ? Un emprendedor explica todos aquellos detalles que no se suelen decir y los errores que se suelen cometer a la hora de crear una startup.

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Arvin Abarca, emprendedor, CEO y fundador de grandvoyage.com.
Un emprendedor explica todo lo que 'no' hay que hacer para crear una startup

Tres mil doscientas cincuenta y ocho. Esta es la cifra de startups que hay en España, según el informe Startup Ecosystem Overview 2018. Se trata de un dato que es un 20% superior al del 2017 y que prueba que cada vez son más los emprendedores que apuestan por crear una de estas pequeñas empresas de base tecnológica. Sin embargo, el proceso de puesta en marcha de una startup no es fácil.

Muchos de estos nuevos proyectos son tan innovadores que no encuentran referentes en el mercado y provocan problemas con la legislación (como ocurrió con los patines eléctricos, cuyas compañías que no habían tenido en cuenta las normas de circulación). O surgen roces entre los socios -normalmente amigos- , o, incluso, los emprendedores no saben cómo gestionar el éxito y ceden el control a los inversores, etc.

El emprendedor, CEO y fundador de la agencia online especializada de viajes de larga distancia grandvoyage.com, Arvin Abarca, cuenta a Autónomos y Emprendedores todo lo que hay que saber a la hora de poner en marcha una startup y los errores más frecuentes que comenten los emprendedores.

Uno de los aspectos que comentó Abarca es el error de centrarse en la evolución del mercado o en conseguir financiación, en vez de captar posibles clientes, es lo más importante. “La mejor manera de financiar un proyecto son los clientes” dijo. Para él, los emprendedores que quieran poner en marcha una startup deben “centrarse en tener un producto que genere una demanda real. Lo que se denomina un product market fit”.

Ésta búsqueda de clientes debe ir unidad a una capacidad rápida, por parte de la nueva compañía, para realizar ajustes rápidos en el producto, tras obtener la opinión del cliente. Es decir, adaptar el feedbaak al producto final. Aunque apuntó que “también hay que saber decir no. No hay que crear un producto que sea un Frankenstein con los deseos de diferentes personas. Hay que ajustarlo según el feedback pero si la gente no está dispuesta a pagarlo, no tienes por qué aceptarlo”.

En esta etapa de constitución, este emprendedor aconsejó no pedir financiación “porque hay startups que mueren pagando salarios. Te creas una estructura muy cara y se alarga en el tiempo, mucho más de lo previsto. Y si has pedido un crédito a un banco, resulta que llega el tercer año y no has conseguido un producto que funcione”.  

En cuanto a la forma jurídica que normalmente tienen este tipo de compañías tecnológicas, Abarca afirmó que la mejor es la Sociedad Limitada. Así lo es, al menos, en su entorno, dijo. 

Lo qué no hay que hacer cuando se pone en marcha una startup

Arvin Abarca, enumeró algunas cosas más que no hay que hacer cuando se pone en marcha una startup.

  • Empezar sin dedicarte completamente a ello

Cuando se emprende, independientemente de modelo de negocio y sector, “hay una regla sagrada, que tiene tantas posibles excepciones como queramos imaginar, y es que es imposible tener éxito sin dedicación o sin foco", aseveró con rotundidad Abarca.

Esta máxima, trae consigo definir qué es el éxito para los emprendedores. “¿Es éxito hacer algo muy bien, que tus clientes adoran, pero insostenible económicamente?; ¿éxito es que te compren la empresa y te lleves mucho dinero, aunque luego eso desaparezca o sea vendido por mucho menos?; ¿ o que te hagan muchas entrevistas, te pidan charlas y que solo tú y otros pocos sepáis que los inversores se llevaron casi todo porque cediste demasiado control e inflaste demasiado las expectativas cegado de ambición?” afirmó Abarca.

Este emprendedor avanzó que “este mundillo está lleno de profetas a toro pasado, empezando por los propios emprendedores, a quienes a menudo nos falta la modestia de reconocer el peso del factor suerte cuando las cosas salen bien. Conozco gente a quien Google le ha comprado una empresa, que era poco más que un proyecto lateral sin ingresos. Yo me alegro por ellos, pero su historia no es repetible. Así que no veo mucho aprendizaje en tomar nota de cómo alguien ha ganado la lotería”.

Por ello, este emprendedor cree que el error más común que se comete a la hora de crear una startup es la falta de compromiso con el proyecto. Fallo que asemejó al refrán de nadar y guardar ropa. “Esto es, empiezo un proyecto, sigo con mi trabajo y mis ingresos. Y cuando vea que ya va bien, entonces ya me dedicaré a ello a tiempo completo”.

  • Confundir libertad con ausencia de obligación

Emprender y ser tu propio jefe puede sobrepasar a muchos emprendedores. Abarca aseguró que es “fácil confundir libertad con ausencia de obligación. Ello significa, pensar que al no tener un jefe que vigila si trabajas el viernes por la tarde, es buena idea no hacerlo”.  

  • No dividir la responsabilidad de los fundadores

A principio, todo es idílico y los fundadores tienen la misma visión de cómo tiene que ser el proyecto y el objetivo que debe tener. Por eso es “común que existan asimetrías entre los fundadores. Todos quieren ir a parte iguales, por no parecer codiciosos y evitar confrontación. Además, no parece urgente discutir por algo que, a día de hoy, no vale nada".

Para este emprendedor, esto es un gran error y aconseja “definir de entrada los roles, las maneras de romper un empate paralizador y la asignación de las participaciones según el cargo”. Lo que normalmente hacen los emprendedores es escribir y firmar un pacto de socios. Se trata de un documento que no es obligatorio realizar, pero que una vez firmado tiene validez jurídica, en él se establecen todos los detalles sobre la empresa, los cargos y lo que va a ocurrir en caso de que entre un nuevo socio o un gran inversor, por ejemplo.

  • Que el objetivo sea ganar dinero 

Abarca dijo que muchos emprendedores ponen en marcha un proyecto con el objetivo de ganar dinero. Pero para él, éste no es un objetivo, es un “requisito para mantener la compañía. Hay que querer hacer algo y tener un foco. Cuando se hace algo bien, por lo que la gente está dispuesta a pagar, con un mínimo de diligencia en la gestión, se gana dinero”.

Y apuntó que una de las aportaciones de la cultura emprendedora de Silicon Valley y la cultura hacker es “romper con la visión de que las empresas están solo para ganar dinero. Esa esa visión equivale a decir que, la única misión del ser humano es comer y respirar, pues necesita hacerlo para vivir. Este es un símil de cómo veo los beneficios de una empresa, no son el fin fundamental, pero no podemos olvidarnos de que son necesarios" sentenció.

Cuando la innovación va por delante de la normativa

Según Abarca la mayoría de las startups que hay en España, no llevan a cabo su actividad sin una norma específica, es decir, su modelo de negocio está reglado. Pero sí reconoce que éste “ha sido el caso de las startups más mediáticas, como Amazon, AirBnB, Postmates, Uber, Glovo y  Cabify en España. Es evidente que han aprovechado vacíos legales y luego, o han sabido adaptarse, como es el caso de Amazon, que al principio no pagaba impuestos indirectos; o están en ello; como ocurre con Uber o AirBnB, con demasiado lobbying para mi gusto”.

Lo que están haciendo muchas de éstas compañías por conseguir una normativa, Abarca lo comparó con lo que “lo que han hecho siempre las grandes empresas, como los fabricantes de automóviles, que pretenden torcer las decisiones políticas y forzar iniciativas legislativas a su conveniencia". Y señaló, que "el peso que están teniendo las empresas tecnológicas, está haciendo que muchas startups cojan los vicios de los grandes oligopolios. Los políticos tienen deberes urgentes” finalizó.