Obtuvieron 23.000 € por crowdfunding

La startup que financió su creación con la promesa de enviar unas zapatillas

Una buena comunicación de su proyecto y unas fotografías de las zapatillas. Es lo único que precisaron tres emprendedores para obtener financiación y poner en marcha su negocio, que ha facturado 400.000 euros en su primer año de vida.

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Imagen de unas zapatillas Morrison.
La startup que financió su creación con la promesa de enviar unas zapatillas

Convencer a la gente de que compre tu producto cuesta, pero convencer a la gente para que te dé dinero a cambio de un producto que ni siquiera existe es prácticamente imposible, a no ser que seas Pablo Recuenco, Álvaro rodriguez y Álvaro Patón o, lo que es lo mismo, ser uno de los creadores de las zapatillas Morrison. Con la página web a medio crear y con tan solo 14 pares de zapatillas de muestra (siete de chico y siete de chica) estos tres emprendedores consiguieron los 23.000 euros que necesitaban para poner en marcha su tienda online.

Todo ello a través de un proceso de crowdfunding, también conocido como micromecenazgo, que consiste en que diferentes particulares ofrecen dinero para que un determinado proyecto salga adelante. Su objetivo era conseguir los 12.000 euros que necesitaban para financiar su propia tienda online de zapatillas, y para ello pidieron a la gente que les dieran 39€. A cambio, ellos les recompensarían con la entrega de un par de sus zapatillas. A los 20 días, que es lo que duró el crowdfunding, habían obtenido ya 23.000 euros, casi el doble de lo que necesitaban.

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“Fue un reto de comunicación muy grande porque por desgracia en nuestro país el crowdfunding es un método que no se conoce” explica Pablo Recuenco, portavoz de Morrison y uno de sus fundadores, a Diario AyE. Además, señala que este desconocimiento lo vieron como “un reto, y pensábamos que si éramos capaces de superarlo sería un impulso muy grande, puesto que la gente empieza a confiar a ti”.

Y lo hicieron. El dinero obtenido les sirvió no solo para costear las zapatillas que habían prometido durante la campaña, sino también para crear la web y empezar con su estrategia de marketing para dar a conocer aún más la marca, aunque antes de sacarla al mercado “ya teníamos del crowdfunding 500 pares de zapatillas en la calle”.

“Siempre que hablamos del crowdfunding decimos que lo más importantes es todo lo que se hace antes de empezar la campaña y que lo que menos importante son los 20 o 30 días que dure”. Con esta frase Recuenco se refiere a toda la campaña de comunicación que hicieron explicando todo lo relacionado con su particular proceso de financiación y cómo se podía participar, aclarando todas las dudas. Además, lo presentaron como la mayor rebaja que iban a hacer nunca en Morrison, que “nunca iban a costar nuestras zapatillas menos de 39€ y nunca lo harán, por respeto a toda esa gente que nos apoyó en un principio”.

Zapatillas para todos los gustos

Las zapatillas Morrison han conseguido hacerse un hueco dentro del mercado por el diseño tan especial que tienen y que las distingue de la competencia. Actualmente han nacido una serie de startups dedicadas a la venta de zapatillas que han revolucionado el sector, pero el portavoz de Morrison asegura que se trata de modelos muy parecidos, mientras que el suyo es diferente: “Sería como comprar unas Adidas y una Nike, son zapatillas, pero son diferentes”; eso las distingue.

Sus diseños también tienen una peculiaridad que les hace también destacar del resto, y es que a pesar de que se distinguen los tres estilos de los fundadores: moderno, skater y clásico, todas las zapatillas gustan a todos los creadores. Esto hace que se trate de un producto que puede llegar a muchos consumidores, incluido el sector femenino, pues las zapatillas son unisex.

Fabricación made in Spain

Uno de los aspectos de los que más se enorgullecen los creadores de las zapatillas Morrison es de haber aprovechado la industria del calzado del país y haber creado una empresa que fabrica y produce en España.

“En el proceso de fabricación de nuestras zapatillas intervienen muchos proveedores. Nuestro fabricante está en Elche, pero éste es sólo el ensamblador de todos los elementos de la zapatilla: suela, plantilla, ojetes, estampado… y cada uno tiene un proveedor diferente. Todos ellos españoles” subraya Pablo Recuenco. “Estamos solicitando el sello Made in Spain, para que la gente entienda que fabricamos en España y pagamos impuestos en España, que nosotros hemos apostado aquí sabiendo que los costes son muchos mayores”.

Casi dos años

Morrison ha cerrado el 2017 con una facturación de 400.000€. Una cuantía más que aceptable, teniendo en cuenta que la empresa lleva a penas un año y medio funcionando. Y en sus previsiones a corto plazo esperan alcanzar el millón de euros al cierre de 2018.

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Su pronóstico a largo plazo pasar por internacionalizar el negocio. El propio portavoz explica que cuando buscaron el nombre que iba a tener la empresa -al que dedicaron mucho tiempo- pensaron ya en la idea de exportar su negocio: “Buscamos un nombre que fuese internacional, que se pronunciara igual en todas las partes del mundo y que incluso nuestros abuelos lo supiesen pronunciar”.

No descartan la creación de una línea de ropa, de cordones, de calcetines e incluso una edición limitada de camisetas, pero sin perder de vista el producto estrella: las zapatillas.

“Locos por las zapas”

Estos tres amigos siempre tuvieron en la mente la idea de emprender, la idea de crear algo propio y de ser sus propios jefes, pero como ellos mismos aseguran “nos pasaba como a la mayoría de los jóvenes, nos faltaba el dinero”. Cada uno estudió un grado diferente y se formó académicamente conforme a sus gustos, pero el auge del ecommerce y el éxito de tiendas exclusivamente online hicieron que apostasen por la creación de una tienda. Y tenía que ser de zapatillas “porque somos unos locos de la zapas, las coleccionamos, aunque ahora solo tenemos Morrison”, explica con gracia Recuenco.

A pesar del éxito de crowdfunding y de la constitución de la tienda online, estos emprendedores siguieron compaginando su trabajo por cuenta ajena con la puesta en marcha de Morrison. Cada uno tenía un papel muy definido -Pablo Recuenco, responsable de venta; Álvaro Rodriguez: responsable de la postventa y Álvaro Patón, responsable de la preventa-, lo que les permitía poder complementarse, ponerse de acuerdo y trabajar correctamente.

De hecho, este es uno de los consejos que Recuenco da los emprendedores, y es que no lo hagan solos, que se busquen un socio. “Porque va a haber momentos muy duros y siempre es bueno tener a alguien que te pueda animar”. Eso sí, independientemente de si es un amigo o no, advierte de que hay que buscar un socio "fiable y que tenga determinación", cualidad que considera "imprescindible para emprender y llevar las cosas hasta el final”.