Desde tener que dormir en albergues hasta el suicidio

Estas son algunas de las historias más duras de los autónomos a raíz del COVID

Los profesionales se han visto desbordados por las consultas de autónomos a los que el COVID dejó en una situación dramática. Recogemos algunas de las historias más difíciles que han vivido.

 

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Estas son algunas de las historias más duras de los autónomos a raíz del COVID

Durante los casi siete meses que han pasado desde que se originó la pandemia, los gestores, asesores, abogados y graduados sociales, profesionales que normalmente se encargan de ayudar a los autónomos para realizar trámites con la administración, se han convertido muchas veces en el único apoyo que han tenido ante la dura realidad que estaban viviendo. A través del teléfono, éstos profesionales han sido muchas veces el paño de lágrimas de miles de trabajadores por cuenta propia y han compartido con ellos historias difíciles y dramáticas, historias que reflejan el panorama económico que deja en nuestro país el Covid-19.

Desde tener que cerrar para siempre el negocio y volver, arruinados, a casa de sus padres, hasta plantearse el suicido como la única solución viable a su situación. Éstos son sólo algunos de los testimonios que han recibido los expertos, ya que, lamentablemente, las llamadas en esa misma línea han pasado a ser la tónica habitual desde el pasado 14 de marzo, cuando el Gobierno decretó el Estado de Alarma y el cierre obligatorio de muchos negocios.

A la difícil situación, se une el volumen de autónomos que solicitaron la ayuda de éstos expertos para intentar salir adelante. Muchos cuentan que atendieron llamadas a altas horas de la madrugada, sin importar si era sábado, domingo o festivo. "No podíamos soltar el teléfono ni un minuto, los autónomos necesitaban que estuviera alguien al otro lado, fuese el día y la hora que fuese", aseguró Enrique Pérez, asesor fiscal. De hecho, tal ha sido el aluvión de llamadas, que la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), calculó en más de 100.000 consultas desde el confinamiento. 

La novedad de la situación y sus catastróficas consecuencias ha llegado a superar emocionalmente a estos profesionales, quienes confesaron a este diario digital que "muchas veces, después de colgar el teléfono, he llorado durante más de media hora porque veía que, para muchos, no existía ninguna solución. Sentía impotencia de querer ayudarles pero no poder hacerlo”, lamentó un experto fiscal. 

Desde este medio digital hemos querido dar voz a esas historias y situaciones tan difíciles por las que han tenido que pasar muchos trabajadores por cuenta propia y sus familias. Distintos abogados, asesores y gestores nos han trasladado algunos de los testimonios más desgarradores que han tenido que escuchar al otro lado del teléfono: 

  • No poder pagar el alquiler de su casa e ir a vivir al local de su negocio

Esta es la historia de un autónomo dueño de una papelería en la ciudad de Madrid. El Estado de Alarma le obligó a cerrar su negocio durante meses, y, por tanto, prescindir de los ingresos que le daba su actividad. Ante ello, su única opción era dejar el piso en el que estaba de alquiler y poner un colchón en su local para poder dormir bajo un techo. "Cuando me llamó intenté por todos los medios buscar alguna alternativa para que solicitase financiación, pero había a acarreado tantas deudas que era imposible que algún banco o entidad le avalase", contó un gestor. 

  • Suicidio como única salida

Tal y como contó uno de los asesores fiscales, "muchas veces el autónomo es tan independiente que ni siquiera su propia familia conoce la situación real del negocio. La familia vive en una burbuja de como marcha la empresa, y siguen con el mismo tren de vida. Esto provoca que, cuando verdaderamente hay un problema que el autónomo no puede solucionar, contárselo a su familia se vuelve para ellos algo tan complicado que son capaces de hacer cualquier cosa antes que eso". 

Uno de los autónomos que llamó a este abogado se encontraba en esa situación. "A pesar de alguna que otra deuda, esta persona iba poco a poco sacando beneficios de su bar para vivir, pero la pandemia fue la gota que colmó el vaso para él. Su actividad se paralizó por completo porque era una de las actividades avocadas al cierre, y por más que había intentado solicitar ayudas o financiación, su situación le impedía acceder a ninguna de ellas. Sé que me llamó sólo para desahogarse, no quería ningún consejo, sino poder compartir con alguien que la única solución que veía era terminar con su vida para que al menos su mujer cobrase la viudedad".  Desde su despacho, este experto explicó lo difícil que había sido para el escuchar esas palabras y ver que no podía hacerle cambiar de opinión. 

  • Acudir a albergues municipales y comedores sociales

Es la situación a la que se vio obligada una autónoma que impartía clases de yoga. "Con el Estado de Alarma tuvo que frenar su actividad y sin apenas ingresos con los que poder mantenerse. En apenas un mes pasó de vivir de alquiler en un piso a tener que pedir plaza en un albergue municipal, y cuando no había, directamente en la calle", contó un asesor. "Me explicó que había tenido que dejar a sus hijos con sus padres diciéndoles que había encontrado otro trabajo, cuando en realidad, lo había perdido todo. El deterioro psíquico de estas personas es enorme, el sentimiento de fracaso y, en cierto modo abandono de sus hijos porque no se puede hacer cargo, es algo que les creará muchas secuelas aunque lleguen a recuperar su vida", aseguró el experto. 

  • Dejar de comer una semana para poder hacer frente a los pagos 

Esta es, lamentablemente, una realidad común a muchos autónomos que se han puesto en contacto con los expertos. En concreto, una autónoma propietaria de una peluquería dentro de un centro comercial contó a un asesor fiscal que al tener su negocio dentro de un centro comercial, que no ha podido abrir hasta la ultima fase, "se veía en una situación realmente complicada al tener que mantener el alquiler de su negocio cerrado durante tantos meses. Esta mujer se estaba endeudando por tratar de mantener su negocio, de hecho, llegó a confesarme que para poder hacer frente de todos lo pagos no había comido durante una semana". 

  • Invertir en un negocio tres meses antes de la pandemia y verse en la ruina

"Una autónoma cogió el traspaso de un restaurante en diciembre haciendo una inversión bastante importante para ello. A los tres meses llegó el Estado de Alarma, en marzo, y se vio completamente desamparada. Es desesperante ver como gente que se lanza a la aventura de tomar las riendas de un negocio, en apenas tres meses se ve en la ruina y completamente endeudada", explicó un gestor.

El profesional contó como le llamó desesperada y "sin saber a qué acogerse para no hundirse, había pedido ayuda a su familia pero ellos tampoco podían más. Sé que aún no ha abierto, y no sé si, desgraciadamente, podrá volver a hacerlo", lamentó el experto.

  • El alquiler avoca al cierre y no sabe si podrá hacer la compra

Las restricciones de su actividad y el elevado alquiler de su local llevaron a la propietaria de un pub de rock a cerrar de forma permanente. "Cuando me llamó, me comentó que abrir le generaría muchísimas más perdidas que ganancias, además, la difícil relación con el casero del local donde tenía su negocio estaba acabando con toda su ilusión por intentar remontar. El propietario únicamente quería cobrar el alquiler, cuando ella llevaba meses sin facturar un euro. Finalmente, ha acabado cerrando el local y perdiendo prácticamente todas la ilusión de volver a empezar, ya que había invertido todos sus ahorros en el negocio y ahora se veía sin saber si mañana podría ir a hacer la compra", reconoció el abogado que atendió su llamada.