Todos llevan año cotizando por este derecho

El Gobierno no ha dicho aún cómo podrán acceder los autónomos a la formación pública

A partir del 1 de enero de 2020, los autónomos podrán beneficiarse del sistema público de formación profesional para el empleo ya que llevarán un año cotizando por este derecho. Sin embargo, y a pocos días de que llegue esta fecha, la Administración aún no ha decidido cómo pondrá en marcha esta prestación. 

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El Gobierno no ha dicho aún cómo podrán acceder los autónomos a la formación pública

Con la aprobación, a finales de 2018, del Real Decreto Ley 28/2018  se extendieron las mismas prestaciones que disfrutan los asalariados a todos y cada uno de los autónomos. También se universalizó el derecho a formación en el colectivo. Aunque muchos no lo sepan, desde enero de 2019 -momento en el que entró en vigor dicha norma- todos los trabajadores por cuenta propia cotizan para, más adelante, poder acceder a una formación financiada con sus cotizaciones que mejore y actualice sus capacidades.

En la normativa, se exigía un periodo mínimo de un año de cotización para que los autónomos puedan tener derecho a acceder a la formación. A pocos días de que este plazo se cumpla -el  próximo 1 de enero de 2020- , el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social aún no ha decidido cómo podrán acceder los trabajadores por cuenta propia a este derecho. O, dicho de otra forma, aún no se sabe cómo se va a emplear el dinero recaudado de las cuotas para poner en marcha la opción formativa para el colectivo.

“Las organizaciones más representativas de los autónomos -la Federación Nacional Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) y la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA)-  hemos solicitado una reunión urgente con el Servicio Público de Empleo (SEPE) y Fundae (la fundación a través de la que se ofertan cursos de formación para los trabajadores), para ver cómo se van a emplear esos fondos, y que los autónomos puedan acceder a toda esta información que les concierne” adelantó José Luis Perea, vicepresidente y director del área de formación de ATA.

Unos fondos que Perea estimó que pueden oscilar entre los 38 y 40 millones de euros. “Aunque el dato no es oficial, y está hecho sin tener en cuenta lo que aportan los afiliados que están beneficiándose de alguna ayuda en el pago de la cotización a la Seguridad Social, como podría ser la tarifa plana” explicó.  

Dos opciones para ofrecer la formación a los autónomos

Según Perea, actualmente, son dos las opciones que se están barajando para ofrecer a los autónomos el acceso a la formación por la que llevan todo un año cotizando: formación a oferta o formación bonificada.

El sistema de formación a oferta, se llevaría a cabo del mismo modo que, actualmente, se hace con Fundae. La Administración saca a oferta una convocatoria pública, los diferentes centros de formación proponen un plan, y se escoge uno de ellos. Esta modalidad sería, posiblemente, la que permitiese el acceso a formación a más autónomos.

La otra opción sería la bonificada. En ésta, el autónomo escogería un curso -el que quisiera -, y podría deducírselo. “El problema es que, la Seguridad Social, teniendo en cuenta lo que han cotizado los autónomos -que en la mayoría de los casos están por la base mínima´- dispondría al año de unos 14 euros por contribuyente y, con eso, no le daría para cubrir los gastos. Por lo que el pago restante tendría que completarse con dinero de la Administración” explicó Perea.

Sin embargo, y desde el punto de vista del vicepresidente de ATA y director del área de formación, esta modalidad es muy interesante para los trabajadores por cuenta propia por dos razones. La primera, porque es el autónomo el que decide el curso que le interesa en función de sus necesidades. La segunda, porque serían muchos los pequeños centros de formación que podrían beneficiarse impartiendo las clases y, por tanto, buena parte del presupuesto se reinvertiría en el colectivo. Por el contrario, en el caso de la modalidad de formación a oferta, "suelen ser sólo las grandes consultoras las que concursan” apuntó.

Son dos posibilidades para acceder a la formación, y la Administración tiene que tomar ya una decisión al respecto. “La pelota está en su tejado” añadió Perea.

Las verdaderas necesidades formativas del autónomo

A día de hoy,  no existe en el mercado una formación adaptada a las necesidades del autónomo, no se imparten cursos con verdadera utilidad formativa para ellos. Si bien es cierto que los autónomos pueden acceder a los cursos gratuitos que ofrece Fundae -que están dirigidos para persona ocupadas-, éstos no están específicamente diseñados para el profesional por cuenta propia.

Según Perea, los cursos que oferta Fundae “están pensados por patronal y sindicatos, y tienen que ver con las necesidades formativas que tienen los asalariados, no los autónomos. Cierto es que, en algunas ocasiones, coincide la demanda de ambos colectivos,  como sucede con los cursos de riesgos laborales, a los que sí asisten muchos trabajadores por cuenta propia”.

La formación pública que existe actualmente presenta tres problemas para los autónomos:

  1. Las limitaciones presupuestarias, que hacen que la oferta de cursos dirigidos para este colectivo sea baja.
  2. Los contenidos de los cursos tienen poco -o nada -que ver con lo que demanda el colectivo. “Puede haber un curso sobre cómo utilizar una aplicación o un programa, pero lo que ellos necesitan saber es cómo gestionar su negocio, cómo pueden vender más o qué estrategias existen”, detalló Perea.
  3. La disponibilidad horaria. Muchos de los cursos que se imparten -aunque puedan ser también online-, se hacen por la mañana o por la tarde. “Pero un comerciante, no puede abandonar su tienda para asistir. Los autónomos necesitan horarios específicos, por ejemplo, entre las 15 y las 17, o a partir de las 21 horas”.

A este respecto, Perea anunció que ATA está trabajando en un estudio para identificar cuáles son verdaderamente las necesidades formativas de los autónomos. “Estamos intentando detectar sus necesidades formativas, para, en un futuro, poder ofrecer cursos que sean diferentes a la formación que reciben los trabajadores asalariados, tanto en contenido, como en metodología, o en horario” afirmó. El objetivo es poder cambiar las condiciones de la oferta formativa dirigida a los autónomos que hay en España. y enfocarla a las verdaderas necesidades del trabajador por cuenta propia de hoy en día.