En la Gran Vía de Madrid se habla de un 15% de pérdidas

Las obras públicas afectan gravemente a los comercios

Cuando un ayuntamiento decide realizar unas obras de importancia en una calle -algunas durante años- los comercios de la zona muchas veces no son consultados pese al grave perjuicio que les ocasiona. Bares, restaurantes y tiendas deben intentar sobrevivir a enormes pérdidas que, en el caso de la Gran Vía de Madrid, llegan al 15% y ponen en peligro 170 puestos de trabajo.

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Las obras públicas afectan gravemente a los comercios

Las obras en vías públicas son necesarias -a veces imprescindibles- y con ellas se mejoran las ciudades. Sin embargo, la mayoría de las veces el impacto para los comercios de las zonas afectas es desvastador.

El último caso es reciente en Madrid, donde los comerciantes llevan meses sufriendo las obras de reestructuración del metro de Gran Vía. Según La Viña, asociación empresarial de hostelería de la Comunidad de Madrid, estas obras que afectan a la popular y céntrica calle Montera, ponen en juego 170 puestos de trabajo y una facturación de 6 millones de euros anuales de los comerciantes de la zona.

Impacto económico

Según la asociación, algunos pequeños negocios ya han optado por cerrar y han comunicado el despido a sus trabajadores. Los pequeños hosteleros que abrieron hace pocos años tienen una situación “considerablemente grave”, dado que aún no han amortizado las inversiones en sus locales y las obras del metro Gran Vía les supondría la “ruina absoluta”, asegura La Viña.

Del mismo modo, a los comercios de la zona les sorprende que, en una obra de semejante magnitud, en pleno corazón de la ciudad, no se haya consultado, ni siquiera informado, a los afectados antes de la ejecución de la misma, ni que se haya incluido en el mismo proyecto ningún estudio sobre el impacto económico que ésta supondrá a los negocios de la zona.

Eduardo Zamacola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex), ha señalado que los comercios están sufriendo pérdidas del 15% debido a las obras que se están produciendo en la Gran Vía. A esto se le suma, según Zamacola, los efectos que tienen los manteros para el comercio de la zona y exige que se erradique de inmediato. 

"Exigimos que se nos escuche. Que el acceso a las zonas céntricas de Madrid de los vehículo privados se lleve de otra manera y que se tomen medidas para ayudar a los comercios de la zona, como reducciones tributarias o de tasas de recogida de basuras", señala el presidente de Acotex. "Mucho cuidado porque, si esto sigue así, lo que vamos a encontrar en unos años son locales vacíos. El comerciante es el primero que cuida la acera. Una calle que se muere es un barrio que se muere", concluye.

Durante el último encuentro que tuvo lugar entre la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructura y los representantes de comerciantes y vecinos de la calle Montera (que quedará afectada por las obras) la Consejería recalcó que la zona se acotará al paso de viandantes para el desarrollo de los trabajos en la superficie. Ese es el grave problema que sufren los comercios y locales de la calle que ven como se reduce drásticamente la clientela. Sin embargo, la consejería quiso tranquilizarles asegurándoles que se establecerá mayor distancia entre las vallas y las fachadas, concretamente hasta 6 metros en la acera de los impares y 4 metros en la acera de los pares, 

Los comerciantes y hostelero recuerdan las obras de reforma que el Ayuntamiento llevó a cabo en la calle Serrano en noviembre del 2008 que no contaron con el apoyo de la mayoría de los comerciantes de la zona. Así se extrae de un estudio realizado por CECOMA, el cuál refleja que el 79% no consideró apropiadas las obras en tiempos de crisis y que el 91% se quejó de que se iniciasen en rebajas.

Estos no son los únicos casos en los que unas obras públicas han generado un impacto económico a los comercios. Entre 2007 y 2012, las obras del metro de Granada, a su paso por el Camino de Ronda, provocaron el cierre de 739 comercios y la pérdida de 1.480 empleos.

Un estudio, elaborado a través de 400 encuestas durante el tiempo que la avenida permaneció 'a corazón abierto' para acondicionar el soterramiento de las vías, concluyó que, entre los 4.800 negocios que se asentaban en el Camino de Ronda y calles adyacentes, el 91% presentó pérdidas en los cinco años analizados, con una media anual que se situaba en el 50% respecto al balance que ofrecían en 2006.

Asimismo, los comercios de Zaragoza que se vieron afectados directamente por las obras del Plan E, en 2009, perdieron 20 millones de euros por el descenso de las ventas. Así lo sostiene un estudio realizado por la Universidad de Zaragoza, a petición de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza (Ecos).

El Presidente de la Federación, José Antonio Pueyo, recalcó que la economía en 2009 "ya era muy negativa por la crisis”, por lo que estas obras empeoraron la situación en “otros ámbitos". De hecho, Pueyo destacó que el 6,6% de los establecimientos influidos redujeron el número de empleados, con la consecuente eliminación de entre 250 y 300 puestos.

¿Cómo compensar a los afectados?

En 2013, en Barcelona, las ayudas a las asociaciones de comerciantes afectadas por zonas con obras de larga duración fueron de 260.000 euros. Este presupuesto fue destinado a acciones y actividades para dinamizar el comercio y permitir ganar en visibilidad durante el periodo que durase la obra y hasta seis meses después de su finalización.

"Se ha podido comprobar que las mejoras en el espacio público revierten positivamente en el entorno y, por lo tanto, en los comercios. Por esta razón es necesario que las ayudas estén destinadas a la promoción comercial durante las obras y justo después de estas", remarcó entonces el Concejal de Comercio, Consumo y Mercados, Raimond Blasi. 

En 2010, el Ayuntamiento de Huelva puso en marcha una iniciativa por la que más de 800 establecimientos afectados por el maratón de obras de la ciudad vieron eliminada la totalidad de su cuota de recogida de basura en locales de negocios, comercios, oficinas y despachos.

Se delimitó un mapa de 65 calles comerciales, en los que operarían unas condiciones ventajosas en contraprestación por las pérdidas ocasionadas. Pequeños y medianos comercios ahorraron un mínimo anual de 142 euros e, incluso, cantidades que superaron en muchos casos los 1.000 euros por esta exención fiscal (todo en base a una cuota fija de 75,71 euros de recogida en la ordenanza y un cuadrante adicional de tarifas en función del volumen de residuos de cada actividad).