Los riesgos que entraña

¿Se puede facturar sin estar dado de alta como autónomo?

En 2019, los emprendedores que no puedan acogerse a la tarifa plana tienen la obligación de abonar a la Seguridad Social, como mínimo, 283,3 euros mensuales. No son pocos los que se quejan de tener que pagar la cuota aunque no se haya ingresado nada. Algunas sentencias se ponen de parte del emprendedor siempre y cuando su negocio no sea 'habitual'. La pregunta es ¿qué es la habitualidad?

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¿Se puede facturar sin estar dado de alta como autónomo?

La cuota de autónomos es una de esas obligaciones ineludibles para el trabajador por cuenta propia, sobre todo porque le otorga las prestaciones. En 2019, los emprendedores que no puedan acogerse a la tarifa plana tienen la obligación de abonar a la Seguridad Social, como mínimo, 283.3 euros mensuales. Para muchos autónomos, pagar esta cuota es un verdadero quebradero de cabeza, porque su negocio no da los rendimientos suficientes o porque su actividad es temporal y los beneficios de unos meses no dan para pagar las cuotas de todo el año.  

Cada autónomo tiene sus circunstancias y no son pocos los que se preguntan si es posible ingresar por cuenta propia sin estar dado de alta como autónomo. A priori, la respuesta de cualquier asesor sería un no rotundo. La ley es clara y establece que cualquiera que “desarrolle una actividad económica de forma habitual, personal y directa, sin tener un contrato de trabajo, debe darse de alta en el RETA”. Pero, como con casi cualquier ley, existen para los jueces circunstancias en las que un emprendedor podría facturar sin ser autónomo y no correr el riesgo de enfrentarse a una sanción.  

Habitualidad e ingresos inferiores al salario mínimo

El Tribunal Supremo creó jurisprudencia con varias de sus sentencias. En este caso, el término habitualidad es el que podría librar al emprendedor de pagar la cuota de autónomos. En principio, aquel que desarrolle un negocio que no se considere habitual, podría estar exento de pagar todos los meses a la Seguridad Social. El problema radica en la definición. ¿Qué es habitualidad? ¿Dónde está el límite para que un negocio pueda considerarse habitual?  

Para Juan Manuel Espinosa, abogado, economista y director del despacho ‘Jurisdependecia asesoría y abogados’, “si trabajas más de un mes, la Seguridad Social ya puede considerar que tu negocio es habitual. La clave está en saber interpretar la jurisprudencia y tener muy en cuenta la naturaleza de tu actividad. Tengo varios clientes que organizan viajes y eventos dos veces al año. Nunca les recomiendo que no se den de alta aunque sí es verdad que en circunstancias como la suya, en las que el negocio es puntual y no dura más de tres semanas, en principio no habría problema para facturar sin ser autónomo”.  

La Seguridad Social y la Agencia Tributaria se cruzan los datos constantemente y el peligro de que consideren que el trabajador está cometiendo un fraude siempre está ahí. ¿Lo recomendable? Darse de alta siempre que sea posible y si el emprendedor decide bajo su propia cuenta y riesgo facturar sin ser autónomo, al menos que su negocio sea puntual; que no dure más de tres semanas; y que, en definitiva, pueda demostrarle a la Seguridad Social, que su actividad no es habitual y que por tanto, no tiene la obligación de pagar cuota por ella.  

Espinosa explicó que con sus clientes, siempre pone el límite en tres semanas porque “a partir del mes, no pondría la mano en el fuego,  es mucho más probable que la Seguridad Social considere que el negocio es habitual.

En cuanto al Salario mínimo Interprofesional (SMI), es verdad que ha habido sentencias que ampararon a emprendedores cuyos beneficios son inferiores al salario mínimo, sin embargo, yo no recomendaría a mis clientes que dejen de darse de alta por sus ingresos, porque, a diferencia de la habitualidad, ninguna ley se refiere al beneficio del emprnuendedor para considerarlo autónomo".  

Mientras que la ley si define al autónomo como aquella persona que desarrolla una actividad de forma habitual, en ningún momento habla del salario. Por tanto, “veo arriesgado plantearse el alta en función de los ingresos. La habitualidad es diferente, es mucho más defendible y es más probable que el emprendedor que pueda demostrar que tiene un negocio puntual no tenga problemas con una posible inspección” explicó el abogado.  

Pros y contras de facturar sin ser autónomo 

Facturar sin ser autónomo no está exento de riesgos en ningún caso. Las sentencias dictadas por el Tribunal Supremo tienen valor jurídico pero no son leyes. De momento, ninguna ley prevé la posibilidad de desarrollar una actividad sin estar dado de alta en el RETA. Sin embargo, aquel emprendedor que tiene un negocio que solo funciona de forma puntual e intermitente, unas pocas semanas al año, puede plantearse las ventajas e inconvenientes de facturar sin ser autónomo. 

Ente los pros, por supuesto, está la posibilidad de tener un negocio complementario que aporte unos ingresos extra y por el cual no sea necesario pagar cerca de 300 euros de cuota mensualmente. Por supuesto, si la actividad no es habitual, sería una ventaja no tener que asumir un gasto de casi 3400 euros anuales por un negocio que solo funciona unas pocas semanas al año. 

Los contras son varios. Por supuesto, está la desprotección que supone para un emprendedor no estar dado de alta en el RETA. El trabajador por cuenta propia deja de tener prestaciones y por supuesto, deja de cotizar a la Seguridad Social por la actividad que realiza y esto se repercutirá en su futura pensión, 

Otra de las desventajas es el riesgo que asume el emprendedor que puede enfrentarse a sanciones. Por más que la jurisprudencia esté de tu lado, si al final se considera que la actividad que realizas  sin estar dado de alta es habitual, las sanciones son consideradas graves y oscilan entre los 300 y los 3.000 euros. A todo esto, habría que añadirle, por supuesto, las cuotas que no se pagaron desde la primera factura. Teniendo en cuenta todo esto la decisión está en manos del emprendedor. Sólo el puede decidir si de verdad le merece la pena facturar sin ser autónomo.