Las asociaciones de transportistas critican las ayudas para su modernización por su escasa utilidad

El llamado Cheque Moderniza, destinado a la digitalización y modernización del transporte, tanto de mercancías como de viajeros no acaba de tener el impacto deseado por la administración. La media de edad de los transportistas sobrepasa los 55 años, lo que no juega a favor de las soluciones demasiado tecnológicas y digitales, destacaron desde las asociaciones del Transporte. 

Si a ello se une el que no se trata de subvenciones que llegan directamente a la cuenta corriente del interesado, sino que es necesario adelantar el dinero, estaba claro que la acogida entre los transportistas de este cheque iba a tener graves complicaciones. Dos representantes de la Federación Española de Transporte Discrecional de Mercancías (Fetransa) y de la Asociación General de Transportistas de Cataluña (AGTC) han valorado las causas que ocasionan dicho desinterés.

Porque lo cierto es que, hasta el mes de enero, apenas se había consumido un 10% del presupuesto de estas ayudas en toda España. Por comunidades autónomas, resulta llamativo el porcentaje de los fondos utilizados registrado en la Comunidad Foral de Navarra, con tan sólo un 0,39%, seguido de un raquítico 2,87% en Andalucía, un 2,90% en la Comunidad de Madrid o un 3,75% en la Comunidad Valenciana. Es cierto que en el polo opuesto se sitúa Asturias, con el 100% del presupuesto ya solicitado; pero no deja de ser una excepción, habida cuenta de que le siguen de lejos Galicia, con un 54,08% y Cantabria, que baja a un escaso 24,02%.

Los autónomos del Transporte reclaman otro tipo de ayudas para modernizar el sector

El objetivo principal este programa, es facilitar la adopción de soluciones digitales y tecnológicas en el sector del transporte para mejorar su eficiencia y su competitividad, sin dejar de lado la sostenibilidad. Así, entre las posibles inversiones subvencionables se encuentran la implantación del documento de control electrónico, la actualización de sistemas de gestión empresarial, la implantación de sistemas sistema de planificación de recursos ERP (Enterprise Resource Planning) y, muy específicamente, la instalación del nuevo tacógrafo inteligente de segunda generación.

Estas ayudas sufragadas con los fondos europeos Next Generation, proporcionan financiación para que profesionales autónomos y pymes puedan implementar dichas tecnologías y sistemas con vistas a mejorar su operatividad y competitividad en un entorno cada vez más digitalizado. “El problema es que son ayudas destinadas a una actividad que tiene aún unos recursos muy primarios y una forma de proceder tradicional: si la brecha digital tiene sentido es en nuestro sector, pues se trata de una generación mayoritaria de trabajadores que vive en el mundo real, más bien alejada de la realidad digital”, señaló Carlos Folchi Tarragona, secretario general de AGTC.

La opinión de José Carlos López Jato, vicepresidente de Fetransa, no se aleja demasiado: “Por un lado, hay agentes modernizadores, que son los talleres encargados de la instalación y mantenimiento del tacógrafo; por otro, agentes digitalizadores, que son las agencias que te hacen las páginas web; y finalmente, parece que, por otro lado, transita el sector, que tiene sus propias necesidades”. Para López Jato hay ayudas bien recibidas, como ha sido la del achatarramiento de vehículos para su modernización, “que agotaron en pocos meses el presupuesto inicialmente adjudicado, dado el aluvión de solicitudes presentadas por los transportistas”.

Pero otras no acaban de encajar: “Si quieres digitalizar de verdad, subvenciona la adquisición de portátiles o de tabletas, para poder llevarlos a bordo”, recomendó el vicepresidente de Fetransa. Para quien el servicio de agentes modernizadores no funciona como es debido. “En ciudades como la mía, Ponferrada, que tiene 80.000 habitantes, no hay ninguno”. Si resulta que es necesario desplazarse y perder una jornada de trabajo, para algo que sólo necesitan aquellos autónomos y pymes que se ocupan del traslado de mercancías internacional, “que apenas llegan al 30% en España, une una cosa y otra y ahí tienes el motivo de ese desinterés” valoró.

Las asociaciones piden que los autónomos reciban directamente las ayudas y justifiquen su uso

Otro punto de vista es el de Carlos Folchi, pues en Cataluña, por la cercanía con Francia, sí que hay un 57% de transportistas autónomos que cruzan a menudo la frontera conduciendo hacia algún destino europeo. “Aquí nos encontramos con un doble problema. Por un lado, el hecho de que la ayuda económica no la recibe directamente el transportista”. Quien sí que ha de adelantar al taller no sólo la cuantía del aparato en sí y de su instalación (entre 1.200 y 1.500 euros), "sino, también, las cuotas del servicio de seguimiento, mantenimiento y descarga, lo que puede hacer que la factura suba hasta los 2.000 euros”, explicó..

Y, después, toca esperar a que llegue la subvención, que no es algo inmediato. “Lo idónea sería que el autónomo transportista recibiese directamente el dinero, llevase a cabo la instalación y justificase dicha operación. Podría haber algún listo que se quedase el dinero, que siempre los hay, pero para eso están las autoridades: para perseguir el fraude, no para dudar a priori del profesional”. Pero es que, además, según apuntó el secretario general de AGTC, “no hay tacógrafos y talleres suficientes como para cubrir la demanda. Y las fechas se van aproximando”, comentó en referencia a los siguientes vencimientos:

• El 21 de agosto de 2025, todos los vehículos industriales de transporte internacional, sean nuevos o no, deberán contar, sin excepción, con el tacógrafo inteligente de segunda generación.
• El 1 de julio de 2026, el tacógrafo será también obligatorio en vehículos ligeros. En concreto, las nuevas matriculaciones de vehículos de entre 2,5 y 3,5 toneladas que hagan transporte internacional, deberán instalar dicho tacógrafo.

El escaso empleo de ayudas para este fin ha llevado a la AGTC a efectuar una encuesta entre los transportistas de esta comunidad autónoma, dentro del Observatorio Permanente de la Digitalización del Transporte Catalán, con el apoyo económico de la propia Generalitat. Realizada el pasado mes de enero, y con el objetivo de conocer el grado de conocimiento y solicitud de las ayudas del Cheque Moderniza, los resultados evidencian que en el sector son aún muy pocas las pymes y autónomos que se han acogido a estas ayudas. “Tres de cada cuatro afirman conocerlas, pero sólo uno de cada diez de los encuestados manifiesta haberla solicitado”, concluyó Carlos Folchi, “y la mitad dice no estar interesada, porque no encaja con sus necesidades reales”.