De cara a su extensión más allá del 31 de mayo

Cepyme pide al Gobierno algunos cambios en los ERTE para evitar el cierre de autónomos y pymes

Cepyme solicitó al Gobierno que modifique de "inmediato" algunas clausulas  y sanciones de los ERTE cuando se prolongue su vigencia más allá del 31 de mayo.

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Cepyme pide al Gobierno algunos cambios en los ERTE para evitar el cierre de autónomos y pymes

Queda sólo un mes para que los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE),  que están utilizando todavía miles de empresas y autónomos para mantener el empleo, dejen de este vigor si el Gobierno no lo evita. La Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, anunció recientemente que el próximo 6 de mayo arrancarán las negociaciones para extender estos expedientes, cuya prorroga ya está prácticamente asegurada, si bien faltarían varios detalles por perfilar.

Uno de ellos es el marco de extensión de los ERTE, que hasta ahora se han llevado a cabo en periodos de 3 a 4 meses. Sin embargo, distintas organizaciones de autónomos y empresarios, solicitan que se alarguen en un periodo mayor para evitar la incertidumbre que provocan las sucesivas negociones.

Otra de las cuestiones que han estado en el foco del debate en las anteriores prórrogas (ya son más de 5 desde que estalló la pandemia) son algunas cláusulas a las que se comprometen los autónomos y pequeños empresarios a la hora de afectar a sus empleados en el expediente y beneficiarse de las respectivas exoneraciones en el pago de las cotizaciones a la Seguridad Social.

Precisamente, una de estas asociaciones, la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), se ha adelantado al debate y ha exigido que el Gobierno “modifique estas cláusulas”, que no hacen sino empujar al cierre al eslabón más débil de la economía: los autónomos y pequeños negocios. Si bien la confederación, no precisó exactamente cuál de estas condiciones debería revisarse, desde principios de la pandemia las organizaciones de empresarios -entre ellas Cepyme- han criticado los problemas que puede acarrear la cláusula de salvaguarda del empleo. Desde hace un año, éstas han obligado a los empleadores que afectan a sus trabajadores al ERTE a mantener el nivel de plantilla durante periodos de seis meses. En especial, cuando sus ventas hayan caído en picado y no tengan ingresos suficientes para hacer frente a los gastos necesarios para mantener a sus empleados.

La cláusula de salvaguarda puede llevar al cierre de negocios

La viabilidad de muchos negocios y autónomos con asalariados pende de un hilo en este contexto de crisis. Una de las cláusulas más polémicas de los ERTE es aquella que dificulta a los autónomos y pequeños negocios poder ajustar sus plantillas si su situación continua en crisis. Esta contingencia  puede asfixiar a los emprendedores en estos tiempos de inestabilidad económica al tener que asumir los costes laborales de sus plantillas cuando se incorporen al trabajo tras finalizar el ERTE o, peor aún, verse obligados a devolver  aquellas exoneraciones y ayudas percibidas en el caso de que tuviera que despedir a algún empleado.

La cláusula de salvaguarda o mantenimiento de empleo es una medida que exige a los trabajadores por cuenta propia que hayan realizado un ERTE y se hayan beneficiado de las distintas exoneraciones de cuotas a la Seguridad Social, el mantenimiento del empleo durante un plazo de seis meses a contar desde la incorporación del primer empleado afectado a su puesto de trabajo.

Cabe destacar, que esta obligatoriedad no impide despedir a los asalariados de los autónomos y pequeños negocios. Sin embargo, en el caso de que no se hayan superado los seis meses o se haya solicitado una prórroga de los ERTE, el empleador asumirá cómo penalización la obligación de devolver todas las exoneraciones que hubiera disfrutado de todos sus trabajadores con el despido de sólo uno de ellos. Asimismo, la devolución de las exoneraciones percibidas por los emprendedores tendrá un recargo del 20% y los intereses que se generan hasta la fecha de devolución.

El compromiso contraído con la administración se verá incumplido si se produce el despido extinción de los contratos de trabajo de cualquiera de las personas afectadas por dichos expedientes. Sin embargo, no se considerará como incumplimiento cuando el contrato de trabajo se extinga por despido disciplinario declarado como procedente, dimisión, muerte, jubilación o incapacidad permanente total, absoluta o gran invalidez del empleado

El plazo para poder despedir tras un ERTE asfixia a los negocios

La recuperación de los autónomos podría tardar años en llegar. El problema es que muchos pequeños negocios no podrán aguantar tanto y ya se plantean recortar de dónde sea necesario para poder seguir adelante.

Aquellos trabajadores por cuenta propia que, por necesidad, tengan que despedir a alguno de sus empleados para recortar en gastos, están supeditados a los seis meses de compromiso a la expedición del ERTE contraído con la administración. Esto significa que los seis meses de prohibición de su despido, empezarán a contar desde el momento en el que trabajador se reincorporó al negocio o actividad, no desde el momento en el que se solicitó el ERTE. Asimismo, si se solicita un nuevo ERTE, el contador de los seis meses volverá a cero.

Según señalan los expertos, el problema es que muchos autónomos firmaron los ERTE sin mirar la letra pequeña por la urgencia y necesidad de ayudas para mantener a flote sus negocios; sin saber que las contingencias económicas seguirían más allá de un año del inicio de la pandemia en España y que todavía está lejos de terminar.

Que se eliminen las sanciones más onerosas para los negocios

Ante la situación de vulnerabilidad de  los autónomos y pequeños negocios, la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) ha pedido al Gobierno “de manera inmediata” que los ERTE se adapten a las necesidades reales de los emprendedores “eliminando cláusulas y sanciones que provocarán el cierre de muchas empresas”.

Por otro lado, la confederación exigió que los pequeños negocios puedan adaptarse al ritmo de la actividad actual y daños colaterales sufridos por la pandemia. La patronal advirtió de que “la laxitud” de la Semana Santa y la “incertidumbre” de cara a la temporada estival, impiden “un horizonte claro para que los negocios puedan programar su actividad y adaptarse a ella”.

Asimismo, respecto a los datos de la Encuesta de Población Activa, Cepyme ha mostrado su preocupación por la “fuerte” destrucción de empleo y cómo las restricciones han mermado la capacidad de los autónomos y pequeños negocios para remontar su situación. “La larga duración de la pandemia está produciendo un fuerte desgaste en las empresas y, por ende, en el mercado de trabajo”, alertó la confederación ante la pérdida de tejido productivo el primer trimestre de 2021.

El Gobierno empezará a negociar la prórroga de los ERTE a partir del 6 de mayo

Actualmente, hay 650.000 trabajadores afectados por un ERTE. Por ello, la ministra Yolanda Díaz, anunció que el Gobierno ya tiene fecha para sentarse con los sindicatos y la patronal para negociar los detalles de esta nueva prórroga para el próximo 6 de mayo. 24 días antes de que finalice la última extensión que se pactó el pasado mes de enero.

Respecto a los detalles de esta prórroga, Diaz valoró la posibilidad de mantener un esquema muy similar actual, alegando que si algo funciona “no se debe tocar”. Si así fuera finalmente, y se replicara la fórmula establecida hasta ahora, para los negocios de menos de 50 trabajadores, se podría dar el caso de que en junio la exoneración de cuotas fuera del 100%; en julio del 90%; en agosto del 85%; y en septiembre del 80%.

La alternativa: volver al esquema del verano pasado

Algunos miembros del Ejecutivo, contemplan una posibilidad alternativa al modelo actual de los ERTE. La cual, podría ser rebajar estas exenciones de las cotizaciones que pagan los negocios por sus empleados en ERTE y, a la vez, reducir el pago de las cuotas sociales a los empleadores que apuesten por reincorporar a sus trabajadores. De este modo, se pondría énfasis en la recuperación de trabajadores con incentivos a la activación del empleo según afirmó José Luis Escriva, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Al parecer, la idea que mantiene parte del Gobierno es que, como sucedió el verano pasado, los negocios empiecen a asumir una mayor parte de las cotizaciones sociales de aquellos trabajadores que mantienen en el ERTE, a cambio de incentivar con una bonificación en las cotizaciones de los empleados que vayan reincorporando a la actividad.

En este último modelo, y si se replicara la fórmula utilizada en junio de 2020, para las actividades de menos de 50 trabajadores esta exoneración alcanzaría el 60% de la cuota para los empleados que hayan vuelto a la actividad y del 35% para los que sigan en el ERTE. Mientras que, para los negocios de más de 50 trabajadores la exoneración sería del 40% por cada asalariado que se reincorporara a su puesto y del 25% por el que siguiera en el ERTE.