Según los expertos, esta formula aún no ha terminado de despegar en España

Comunidades energéticas: este modelo permite ahorrar a los autónomos un 30% de su factura de luz

Las comunidades energéticas son una solución para que los autónomos ahorren cientos de euros en su factura eléctrica gracias a las instalaciones de energía solar. A pesar de que España es el país con más horas de sol de Europa, este modelo todavía sigue siendo desconocido para muchos negocios.

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Comunidades energéticas: este modelo permite ahorrar a los autónomos un 30% de su factura de luz

España es el país de Europa con más horas de sol y los negocios pueden aprovechar esta energía natural para ahorrar hasta una tercera parte de su factura eléctrica. Según los expertos consultados por este diario, uno de los modelos que mayor ahorro podría traer a los autónomos y pymes es la comunidad energética, una fórmula para aprovechar las instalaciones fotovoltaicas y reducir los costes de los hogares y empresas hasta en un tercio de la factura habitual.

A pesar de todo, la figura de la comunidad energética no acaba de despegar en España. Todo suena bien en la teoría, pero la práctica no es tan sencilla, al decir de expertos como Fernando Araujo, CEO de DRK, una consultoría técnica, de gestión y comercialización de energía que desarrolla servicios de eficiencia energética. Y si bien es cierto que en la localidad madrileña de Alcorcón se acaba de poner en marcha la primera comunidad energética destinada inicialmente a pymes y autónomos, también lo es que en España sólo existen de momento 33 comunidades energéticas locales, mientras que en Alemania superan las 1.750 o en Dinamarca superan las 700.

Una comunidad energética es una entidad formada por ciudadanos, pymes y/o autoridades locales que colaboran para aprovechar instalaciones de generación sostenible y medidas energéticas en su entorno. Este enfoque comunal y participativo busca reducir costes, aumentar la integración de energías renovables y mejorar las condiciones ambientales y sociales a nivel local.

Las comunidades energéticas prometen a los negocios ahorrar hasta un 50% de su factura eléctrica 

La Concejalía de Transición Ecológica del Ayuntamiento de Alcorcón ha lanzado esta primera comunidad energética detrás de la cual hay un organismo público. Y ya existen cinco comercios locales que se benefician de ella: los restaurantes Ingazuy, Al Oeste del Pisco y HJ Gourmet, el gimnasio Skygym y Tintorerías García. La Asociación Comunidad Energética Alcorcón, de reciente formación, se centra en proyectos de producción y autoconsumo colectivo de energías renovables, con la optimista promesa de llegar a reducir hasta un 50% las facturas de luz para sus integrantes.

El experto consultado por este portal, sin embargo, cuantifica ese ahorro a lo sumo en un tercio de la factura. Para Araujo, tanto los autónomos que trabajan en su domicilio, como los comercios y las pymes pueden obtener claros beneficios al unirse a comunidades energéticas, “principalmente gracias a las tarifas energéticas proporcionadas por la propia comunidad, en contraste con las tarifas actuales”. Aunque es difícil de cuantificar ese ahorro, puede llegar a significar la tercera parte de la factura habitual.

Pero además, “está la oportunidad de aprovechar los incentivos gubernamentales dirigidos a comunidades sostenibles. Y al participar en estas comunidades, no sólo acceden a precios más favorables de energía, sino que también pueden destacar como empresas sostenibles y verdes frente a su competencia, haciendo valer un sello distintivo que refleja su compromiso con la sostenibilidad”.

Este proyecto, abierto a todos los residentes de Alcorcón, busca no solo proporcionar ahorros económicos a los participantes, sino también mitigar las fluctuaciones en los precios del mercado eléctrico, brindando mayor estabilidad y control en los gastos fijos de los negocios adheridos; lo que mejora su competitividad.

La creación de una comunidad energética está llena de trabas, según los expertos

Y es que los beneficios de las comunidades energéticas son tanto a nivel local como global. “Al liberarte del modelo eléctrico actual y convertirte en un autónomo energético que genera su propia electricidad, logras un ahorro significativo”, explicó a este diario Fernando Araujo. “Al hacerlo, contribuyes a disminuir la dependencia de fuentes energéticas tradicionales. Asimismo, al tener un mayor control sobre tu suministro, optimizas tus ahorros al mejorar la resiliencia ante posibles interrupciones en el suministro eléctrico”.

Y a nivel global, se contribuye de manera significativa a la transición energética establecida por Europa al promover la descarbonización, fomentar el uso de energías renovables y abogar por la eficiencia energética.

Al existir diferencias normativas nacional y europea, “los mayores desafíos legales y regulatorios para las comunidades energéticas radican en la falta de un marco regulatorio claro. Las normativas actuales no facilitan la adopción del modelo de comunidad energética, lo que crea obstáculos tanto a nivel europeo como en las regulaciones nacionales”, explicó Araujo, quien asegura que la interacción con los ayuntamientos para establecer una comunidad energética suele ser complicada y tediosa, con trámites complejos que dificultan su implementación.

De ahí que, de momento, pocas empresas se involucren en la formación de comunidades energéticas, lo que "limita el conjunto de opciones, elevando los costes del proyecto y su amortización y dejando a los participantes comprometidos durante períodos extensos con financiaciones que, a menudo, implican altos intereses bancarios”. Otro bache en el camino: obtener financiación bancaria representa un desafío adicional, ya que está condicionada a la viabilidad de los proyectos de la comunidad, y la situación actual dificulta la obtención de financiamiento. 

La participación ciudadana aumentaría la oferta de comunidades energéticas

A todo ello hay que sumar retos sociales y de participación ciudadana que lastran una mayor aceptación y participación en esta fórmula de ahorro energético que tan bien queda sobre el papel. “Hay falta de conocimiento general acerca de las comunidades energéticas, posiblemente debida a la complejidad del concepto y a la dificultad para transmitir sus beneficios al público”, aseguró Fernando Araujo, para quien sería imperativo reducir al máximo las barreras que impiden que las empresas ofrezcan este modelo a los clientes, “mediante una extensa campaña de comunicación y educación ciudadana”.

De modo que parece esencial que la UE y cada uno de los gobiernos nacionales proporcionen mayores incentivos para que todos tengan la posibilidad de adoptar este modelo. “A través de estas iniciativas, no sólo estamos promoviendo la participación activa de la ciudadanía, sino que también estamos allanando el camino para que las empresas ofrezcan este enfoque energético, creando así una base sólida para la creación de las comunidades energéticas”.

A pesar de todo, parece que poco a poco la situación puede cambiar a mejor. Hace escasos días Bruselas instó a España a la trasposición de la directiva (UE) 2018/2001 para agilizar la similitud normativa y lograr así agilizar el despliegue de comunidades energéticas –que la estrategia europea de descarbonización considera esencial– en el país con mayor número de horas de sol del continente.