Trajo más de 20 medidas para el fomento del autoempleo

En su segundo aniversario, la ‘Ley de los Autónomos’ se ve frenada por la inestabilidad política

La 'Ley de Reformas Urgentes para el Trabajo Autónomo' cumple dos años. Trajo más de 20 medidas que han demostrado ser efectivas para el fomento del empleo autónomo y el emprendimiento. Sin embargo, su desarrollo se ve truncado por la inestabilidad política.

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En su segundo aniversario, la ‘Ley de los Autónomos’ se ve frenada por la inestabilidad política

Han pasado dos años desde aquel 24 de octubre de 2017 en el que todos los partidos políticos, de forma unánime, aplaudían la Ley que mejoró la protección social de más de 3,2 millones de trabajadores autónomos, impulsó la creación de empleo y ayudó al crecimiento del tejido empresarial y los negocios de España. La Ley de Reformas Urgentes para el Trabajo Autónomo fue también el primer paso para adaptar las relaciones laborales a las nuevas formas de trabajo de la economía digital.

Ahora bien, superado el bienio, ¿cuál es el balance de la Ley? Aunque,“sin duda, es positivo en términos generales, la parálisis institucional y la desaceleración económica de este ultimo año han impedido su pleno desarrollo y han frenado el impulso que esta Ley supuso” explicó Celia Ferrero, vicepresidenta de ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos), 

Prueba de ello son los datos en términos de creación de empleo. Medidas como la ampliación de la tarifa plana a un año desde la fecha de inicio de la actividad; la reducción de los recargos en los retrasos del pago de cuotas a la Seguridad Social; las deducciones de gastos de suministro y del seguro médico; las ayudas a las madres emprendedoras; la posibilidad de darse de alta y baja hasta tres veces al año y que éstas sean efectivas desde el día en que se producen; o el acceso a la ‘jubilación activa’, fueron algunos de los acicates que hicieron que en 2018 surgieran un total de 52.725 nuevos emprendedores. Además, “se facilitó que muchas actividades se consolidasen y contribuyeran al crecimiento económico y a la creación de empleo en nuestro país”, añadió Ferrero.

Un impulso que se truncaría en 2019, especialmente tras la convocatoria de elecciones generales. Entre enero y septiembre de 2019 el número de autónomos sólo ha crecido en 8.114, mientras que, en el mismo periodo del año anterior, hubo 42.313 autónomos más. Es decir, “los autónomos han aumentado una quinta parte de lo que lo hicieron en 2018”, comentó la vicepresidenta de ATA.

Muchas tareas pendientes

El primer borrador de la Ley de Reformas Urgentes para el Trabajo Autónomo, impulsada por Ciudadanos y aprobada con el apoyo unánime de todo el arco parlamentario, contenía unas cuantas medidas que se ampliaron con las aportaciones de las asociaciones de autónomos  hasta llegar a más de veinte mejoras para los autónomos.  “Marcó un antes y un después. Fue un gran primer paso para fomentar el trabajo autónomo y dotarlo de mayor protección social. Además, abría la puerta a otras reformas estructurales a tratar en la Subcomisión para la reforma del RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), pero los trabajos se interrumpieron tras la primera convocatoria de elecciones. Es decir, nos quedamos sólo en ese decisivo primer paso”, lamentó Ferrero.

Entre las cuestiones “clave” que se han quedado en el tintero, según la vicepresidenta de ATA, y que tendrá que afrontar el Gobierno que salga de las urnas el próximo 10 de noviembre, está la de definir la situación de los 400.000  trabajadores autónomos que, según los datos de la EPA, prestan sus servicios para una empresa casi en exclusividad  -entre los que se encuentran unos 10.000 TRADE (Trabajadores Autónomos Económicamente Dependientes)- y la creación de un registro especial en el que los propios autónomos constaten el nombre de la empresa para la que prestan sus servicios. Método que contribuiría a luchar contra el uso abusivo e irregular de la figura del trabajador por cuenta propia, esto es, el falso autónomo.

También recordó que no se llegó  definir de el concepto de habitualidad, ya que, desde que su inclusión en el Estatuto del Trabajo Autónomo de 2007, ha suscitado diversas interpretaciones. Más dudas se generan ahora con el cambio de las relaciones laborales que ha traído consigo la digitalización. Por tanto, desde las asociaciones de autónomos piden que el nuevo Ejecutivo delimite los tiempos y circunstancias que determinan si una persona está desarrollando una actividad por cuenta propia con carácter habitual y, por tanto, debe cotizar y asumir obligaciones como autónomo.

Cotización según ingresos y cese de actividad

La parálisis institucional ha retrasado también el debate sobre el modelo ideal para que los autónomos acerquen su cotización a sus ingresos reales. Una cuestión de compleja que pasa por la negociación con las organizaciones de autónomos y por garantizar una cuota de cotización reducida para los aquellos trabajadores por cuenta propia cuyos ingresos sean inferiores al SMI (Salario Mínimo Interprofesional) sin que, a la vez, suban las cuotas indiscriminadamente para el resto de los autónomos.

Por otra parte, y pese a que la cotización por cese de actividad se extendió a todo el colectivo (antes era voluntaria) en enero de este año 2019, los requisitos que se exigen limitan el acceso al conocido como ‘paro de los autónomos’. De hecho, de los 212,43 millones de euros que -según el informe de Ejecución presupuestaria de la Seguridad Social-, hasta septiembre, se han recaudado por cese de actividad, sólo se han dispuesto 163,71 millones. Lo que significa que hay un superávit de más de 40 millones de euros.

“Cotizar en función de los ingresos y a tiempo parcial, revisar las coberturas de los autónomos como la prestación por cese de actividad o la posibilidad de ampliar los esquemas de jubilación activa, se quedaron en el tintero. Todo ello, junto al hecho de que no se haya constituido el Consejo del Trabajo Autónomo o determinado la presencia de las organizaciones de trabajadores autónomos en el CES (Consejo Económico y Social), contribuye, sin duda, al frenazo en el dinamismo de la creación de empleo autónomo en España”, concluyó la vicepresidenta de ATA.