Claves para aprovechar esta herramienta y conseguir fondos

Cada vez más autónomos y pequeños negocios emplean el ‘crowdfunding’ como fórmula de financiación

El micromecenazgo es una herramienta que cada vez utilizan más autónomos para acceder a fondos y poner en marcha sus proyectos. Los expertos muestran sus diferentes modalidades y las claves para aprovechar al máximo esta fórmula de financiación.

Cada vez más autónomos y emprendedores de éxito emplean el ‘crowdfunding’ como financiación alternativa.
Cada vez más autónomos y emprendedores de éxito emplean el ‘crowdfunding’.
Cada vez más autónomos y pequeños negocios emplean el ‘crowdfunding’ como fórmula de financiación

El micromecenazgo, más conocido por su apelativo anglosajón, crowdfunding, ayuda ya a recaudar en España cerca de 442 millones de euros a los negocios emergentes y a los autónomos. A pesar de ello, esta fórmula de financiación sigue siendo desconocida para muchos autónomos y emprendedores que se enfrentan al gran problema de la búsqueda de fondos con los que arrancar sus proyectos.

Saber que existen al menos cuatro formas de crowdfunding, y que hay a su disposición diferentes plataformas establecidas, en función del tipo de microfinanciación que se desee llevar a cabo, es tan importante como dejar claro, desde el principio, que “se trata de la democratización de la financiación”, como aseguró a este diario uno de los mayores expertos en micromecenazgo de este país, el consultor Ángel González Romero, miembro del European Crowdfunding Stakeholder Forum (ESCF) de la Comisión Europea.

Basta con que un emprendedor quiera poner en marcha un proyecto, “y que lo haga visible en alguna de las plataformas existentes”, para que cualquier persona, dependiendo de la naturaleza y características del proyecto, pueda hacer su aportación económica, bien entregando una cantidad de dinero sin más, bien a cambio de un producto o un servicio, comprando una participación en esa empresa o prestándole una cifra determinada”.

Como ha quedado demostrado en numerosas ocasiones, mediante la microfinanciación de autónomos u organizaciones es posible que un proyecto promovido por otros vea la luz. “Y uno de los puntos clave es la digitalización”, apuntó González Romero: “El crowdfunding ha crecido desde comienzos de siglo por el impulso de internet y, con posterioridad, de los móviles”.

La microfinanciación permite conocer realmente a cuántas personas les interesa un negocio

Si hablamos, como es el caso del 95% de los proyectos emprendedores en España, desde el punto de vista de un autoempleo o un pequeño negocio, el micromecenazgo tiene muchísimas ventajas, al decir de este experto. “Estás financiando un producto que aún no se ha creado. Es cierto que, sobre el papel, has demostrado que lo puedes hacer, pero te falta precisamente el dinero”. Es, por ejemplo, el caso de un novedoso restaurante, que ofrece un tipo de cocina desconocido en un barrio idóneo para acoger esa especialidad culinaria. Y que lanza una campaña de preventa, ofreciendo menús a un precio inferior, o reservas de mesas, durante un tiempo determinado, e incluso todo el establecimiento para eventos concretos; en resumen, brindando aquello que luego va a ofrecer realmente, pero a un precio inferior y con unas condiciones mejores.

Además, ofrece la ventaja de obtener financiación no bancaria, “que permite conseguir el dinero mediante preventas". Con el añadido de que, para el ámbito del emprendimiento, y con la tasa de fracaso que existe entre los negocios emergentes, “la mejor ventaja es conocer realmente a cuántas personas les interesa que exista un restaurante de ese tipo –por seguir con el ejemplo– en ese barrio concreto y con esas características específicas. Puede ser a mucha, a poca, a nadie... No lo sabes. Es decir, estás validando de modo real si alguien está interesado o no en tu proyecto. Un punto y clave para toda persona emprendedora”, afirmó el experto.

Por otro lado, otro factor no menos vital para los nuevos autónomos y negocios: la visibilización del proyecto. Una campaña de preventa equivale a una de marketing, para dar a conocer un proyecto antes de que exista. “Por no mencionar la fidelización, pues las startup que lanzan participaciones en su empresa tienen clientes, proveedores, organizaciones... que en un momento dado, van a participar. Y ya no sólo van a tener una relación comercial, sino que también van a ser propietarios, por lo que será complicado que se marchen con la competencia”. 

¿Qué tipos de crowdfunding pueden elegir los negocios en función de sus características?

En realidad, existen cuatro tipos de crowdfunding. Si bien, en el ámbito del emprendimiento el más importante es el de las preventas, y en el de las empresas un poco más consolidadas, tanto el equity crowdfunding como el crowlending.

Aun así, cabe hablar también del micromecenazgo basado en donaciones. El ejemplo en este caso es una entidad sin ánimo de lucro, y con un proyecto concreto que desea sacar adelante. Por ejemplo: Cáritas quiere comprar un minibus y necesita 15.000 euros. Cualquier persona interesada en este proyecto, y a la que Cáritas consiga llegar, podrá hacer una donación en la que no recibe nada a cambio. En todo caso, detalles simbólicos como un “gracias por su aportación”. Es el crowdfunding más social, más solidario, y está regulado en España por todo lo que tiene que ver con las donaciones.

Otro tipo de microfinanciación, regulada por todo lo que tiene que ver con el comercio electrónico, es el crowdfunding de preventas. “Perfecto para emprendedores que están poniendo en marcha su proyecto, sea de producto o de servicio”, explicó Ángel González. Consiste básicamente en dar a conocer el proyecto antes de que exista, de forma que cualquier persona pueda apoyarlo, a cambio de ventajas (por ejemplo, descuentos). “Insisto en que es muy potente para el emprendedor, porque le permite saber si existe un mercado para su plan de negocio. Por desgracia, en España se utiliza poco, y en Francia es muy habitual”, afirmó.

Existe un tercer tipo, regulado por la legislación europea, adaptada en la española. Es el equity crowdfunding. Esto es, una empresa emergente, con pocos años de vida, pero facturación, clientes, etcétera, “que lanza una campaña de captación de inversores que consideran que va a crecer mucho en los próximos años. Éstos adquieren en realidad participaciones en la startup, son una especie de micro business angels”. En esta categoría, hay campañas de 200.000, de 500.000 e incluso de un millón de euros.

Y finalmente existe el crowdfunding de préstamos o crowdlending. Se usa en situaciones parecidas a la anterior, pero sólo vinculado con el ámbito inmobiliario (constructoras, promotoras...). “La firma necesita una cantidad para desarrollar un proyecto. Y además de solicitar un crédito bancario, acude a una plataforma de este tipo para que cualquier persona pueda prestarle dinero. Es curioso que, por lo general, se desconozca su identidad, frente a los tres casos anteriores, en los que sí que resulta imprescindible conocer al autónomo o negocio detrás del micromecenazgo. Tanto las plataformas de crowdlending como la de equity crowdfunding están reguladas y certificadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el propio Banco de España.

No todos los negocios pueden adaptarse al crowdfunding para financiarse

Si hablamos de la microfinanciación que interesa a emprendedores y pequeños negocios, es evidente que no todas valen. “Para el equity crowdfunding tiene que tratarse de empresas “invertibles”, es decir, que tengan una previsión de crecimiento grande y demostrada”, razonó Ángel González. “En el caso del crowdlending, cada vez hay más de todo tipo, incluso empresas muy consolidadas. Y en el micromecenazgo a base de preventas sí que hablamos de emprendimiento puro. Y ahí hay todo tipo de perfiles y proyectos”.

En todo caso, este experto anima a prepararlas muy bien las campañas de microfinanciación, “pues aquellas que se preparan con mimo tienen una tasa de éxito mucho más elevada que las más, por así decir, improvisadas”. Después, existen plataformas y plataformas. “Las hay sumamente conocidas, pero con tasas de éxito muy bajas porque muchos emprendedores piensan que, colgando allí su campaña, los posibles interesados van a llegar, sin más, por ciencia infusa”.

En el ámbito del emprendimiento en España no existen plataformas exclusivas. Una de las más conocidas es Verkami, pero está centrada en los creadores culturales (música, libros, comics, juegos de mesa...). “Lo que hay cada vez más son plataformas “verticales”, esto es, promovidas precisamente por asociaciones dedicadas al sector de lo promovido y que están abiertas a otros proyectos”, continuó el experto. “Otro caso es el de la Fundación Triodos Bank, donde sí que entran proyectos emprendedores, pero para microfinanciaciones relacionados con asuntos medioambientales, culturales, sociales... Vinculados a temáticas concretas que defiende el banco”, afirmó González Romero.

Quien explica que, en el ámbito del emprendimiento en España, el crowdfunding tiene mucho camino que recorrer, “hasta que nos acostumbremos a que un emprendedor vaya a una oficina de asesoramiento, acuda a un especialista, cuando tenga el plan de negocio, y antes de lanzar una campaña de micromecenazgo. Esto reduciría mucho la tasa de fracaso que tenemos actualmente”, concluyó.