Diferencia entre autónomo y empresa, ¿qué fórmula es mejor?

Te explicamos las diferencias entre las dos formas más comunes para iniciar un negocio en España: darse de alta como autónomo o constituir una empresa.
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Diferencia entre autónomo y empresa, ¿qué fórmula es mejor?
Diferencia entre autónomo y empresa, ¿qué fórmula es mejor?

La diferencia entre un autónomo y una empresa no siempre está clara. Sin embargo, es importante saber distinguir entre ambas, ya que cada una tiene implicaciones diferentes ante la Seguridad Social y a nivel tributario.

En este artículo detallamos las principales características de ambas figuras, los pasos que debes seguir para conformarlas y cuál es la mejor de cara emprender un nuevo negocio.

  1. Diferencia entre autónomo y empresa
  2. Diferencias entre un autónomo y una SL

Diferencia entre autónomo y empresa

Si bien un autónomo tiene en realidad una empresa y de hecho, puede contratar trabajadores, se suele hablar de autónomos para referirse al empresario individual. En cambio, una empresa es aquella con un negocio constituido principalmente como una sociedad, aunque existen otras opciones.

Por lo tanto, no existe una sola diferencia entre un autónomo y una empresa, sino varias.

Responsabilidad

La responsabilidad es una de las características que diferencian a los autónomos y las empresas.

Para el caso de los autónomos, tienen responsabilidad ilimitada es decir que frente a las deudas de sus negocios, tendrán que hacer frente con todo su patrimonio, incluso su patrimonio personal.

Eso es así salvo en el caso del emprendedor de responsabilidad limitada, que responde con su patrimonio salvo su vivienda habitual, si se cumplen ciertos requisitos: que la vivienda no supere un determinado valor, no haber actuado con fraude o negligencia grave y que así conste en sentencia firme, entre otros detalles.

Hay que decir también que existen otros matices en la responsabilidad del emprendedor de responsabilidad limitada.

Para el caso de las empresas, éstas tienen una responsabilidad limitada en la mayor parte de los casos. El empresario afronta las deudas del negocio con los bienes del mismo, pero no con los bienes personales.

La excepción se da en la sociedad comanditaria por acciones, donde los socios colectivos tienen responsabilidad ilimitada, sin embargo, los socios comanditarios tienen responsabilidad limitada.

Constitución de la empresa

Para la constitución de una empresa en España se deben seguir determinados pasos entre los que se cuentan la redacción de los estatutos de la compañía, la inscripción en el Registro Mercantil, registrar la denominación social, obtener el NIF de la empresa... Además, si optas por esta fórmula también deberás darte de alta como autónomo; aunque en este caso como autónomo societario.

Por su parte, darse de alta como autónomo es mucho más sencillo: basta con darse de alta en Hacienda con los modelos 036 y 037, así como en la Seguridad Social o en el RETA. También conviene tener en cuenta que, en muchos casos, necesitarás una licencia de apertura.  

Impuestos

Los autónomos tributan por el IRPF (impuesto progresivo) de manera que con grandes beneficios el tipo a aplicar es mayor que en el caso del Impuesto de Sociedades, que es un impuesto con tipos fijos, concretamente del 25%.

Capital

En cuanto al capital para la constitución, para comenzar a trabajar como autónomo o empresario individual no hay que aportar un capital mínimo, en ningún caso. 

Más allá de esto, hay que tener en cuenta que son muchas las fórmulas societarias que requieren un capital. Sin embargo, no todas se formalizan de esta manera, ya que desde la entrada en vigor de la Ley Crea y Crece se puede crear una SL con solo un euro.

Cotizaciones a la Seguridad Social

Para los autónomos es una obligación cotizar a la Seguridad Social. De esta manera tienen acceso a prestaciones como la asistencia sanitaria y una posible pensión de jubilación.

En cuanto a las empresas, también tienen la obligación de cotizar a la Seguridad Social por los trabajadores que tiene contratados. No obstante, las cotizaciones para una organización suelen ser diferentes a las de los autónomos.

Diferencias entre un autónomo y una SL

Las principales diferencias entre un autónomo y una sociedad limitada son las siguientes:

  • El autónomo es un empresario individual, mientras que la sociedad limitada es un tipo de sociedad de las más utilizadas en España.
  • En la sociedad limitada, como bien lo indica el nombre, la responsabilidad está limitada. Pero en el caso de los autónomos la responsabilidad es ilimitada, salvo si se trata de un emprendedor de responsabilidad limitada.
  • Como se mencionó anteriormente, para ser autónomo no hay que desembolsar un capital inicial, pero para la sociedad limitada, dicho capital es de 1 euro desde la última reforma legal, ya que antes era de 3.000 euros. Tiene que haber un capital social, pero que puede ser meramente simbólico.
  • Los autónomos tributan por el IRPF mientras que las sociedades limitadas lo hacen por el Impuesto sobre Sociedades.
  • Una sociedad limitada tiene una serie de órganos sociales, algo que no ocurre con el empresario individual.