En un año, la entidad pública ha recibido 1.700 solicitudes y ha resuelto ya cerca de 1.600

El 37% de las startups no ha logrado aún la certificación de Enisa para beneficiarse de ayudas y ventajas fiscales

La Empresa Nacional de Innovación (Enisa) ya ha certificado que más de 1.000 negocios en España son realmente tecnológicos y emergentes, un requisito necesario para que puedan acogerse a las ayudas públicas y beneficios fiscales recogidas en la Ley de Startups.

Sólo el 63% de las ‘startups’ recibe la certificación de Enisa y se beneficia de ayudas y ventajas fiscales.
Sólo el 63% de las ‘startups’ recibe la certificación de Enisa y se beneficia de ayudas y ventajas fiscales.
El 37% de las startups no ha logrado aún la certificación de Enisa para beneficiarse de ayudas y ventajas fiscales

En un año escaso, desde su puesta en marcha el pasado mes de julio, la Empresa Nacional de Innovación (Enisa) ha llevado a cabo la certificación de 1.000 empresas innovadoras. Hasta la fecha, esta cifra representa el 63% de las solicitudes presentadas por los emprendedores españoles lo que, en principio deja fuera a un 37% de negocios que han optado por este codiciado marchamo. Esta legitimación mejora la seguridad jurídica de estas empresas emergentes y les da la posibilidad de acogerse, entre otras ventajas, a los beneficios fiscales contemplados en la Ley de Startups.

La entidad pública, dependiente del Ministerio de Industria y Turismo, ha recibido un total de 1.700 solicitudes hasta la fecha. Y de ellas, ha resuelto ya cerca de 1.600 en estos nueve meses. Lo que refleja su ánimo por recuperar el tiempo perdido, puesto que no pudo comenzar este proceso de validación hasta mediados del pasado verano, a pesar de que la Ley de Startups entró en vigor el 1 de enero de 2023, ya que era preciso esperar al visto bueno de la orden ministerial que desarrollaba la definición precisa de empresa emergente.

Certificarse como startup conlleva beneficios para los negocios emergentes y el reconocimiento público

Este ritmo ágil de evaluación y resolución, “está sirviendo para cimentar el éxito de la nueva norma y su impacto real sobre el ecosistema emprendedor”, comentó a este diario uno de los mayores expertos en micromecenazgo para startups, el consultor Ángel González Romero, miembro del European Crowdfunding Stakeholder Forum (ESCF) de la Comisión Europea. “Puesto que la misión de este sistema de certificados permite al fin que los emprendedores puedan acogerse a las distintas ventajas y beneficios fiscales que contempla la ley".

Para el propio Borja Cabezón, consejero delegado de Enisa, “alcanzar esta cifra es todo un éxito para la imagen de España como lugar donde el emprendimiento tiene ya una radiografía concreta, que se venía reclamando desde el sector desde hace años”. Lo que hace falta, señaló, es que más empresas se animen a lograr esta certificación, para disfrutar de las medidas fiscales que la Ley de Startups pone a su disposición. Se trata de un abanico de beneficios fiscales y otras ventajas, orientadas a impulsar tanto su creación y crecimiento, como a promover la inversión en innovación, poniendo en marcha instrumentos públicos de apoyo al ecosistema y reforzando a la colaboración público-privada.

Estas bonificaciones, recogidas por la norma que rige a las empresas emergentes, pueden agruparse en dos grandes aspectos: por un lado, las orientadas a mejorar la fiscalidad que afecta a estos negocios, como, por ejemplo, la mejora en el tratamiento fiscal del carried interest o beneficio de los gestores de fondos de capital riesgo. Y por otro, aquellas que tratan de superar sus principales barreras para la captación de talento; como, por ejemplo, a través de un nuevo tipo de visado para los denominados nómadas digitales.

Además, se trata es un proceso sencillo, rápido y gratuito. De hecho, según una encuesta llevada a cabo por la propia Enisa entre el millar de empresas ya certificadas, para analizar su grado de conformidad con el proceso, el 91% de estas startups señala que recomendaría a otras empresas emergentes que soliciten la acreditación. En ninguno de los casos, el trámite ha superado los tres meses de plazo máximo que la Ley de Startups concede a este organismo oficial para evaluar cada solicitud presentada.

Enisa tarda, de media, un mes y medio en certificar a los negocios que lo solicitan

Enisa ha incluido en su página web un buscador que hace posible comprobar de forma inmediata la evolución de este millar de negocios ya homologados. Una herramienta digital que posibilita el llevar a cabo la consulta introduciendo diferentes datos, como su comunidad autónoma o su fecha concreta de certificación.

Aquellas empresas emergentes que quieran recibir esta certificación pueden solicitarla por vía electrónica en el registro habilitado en el portal web de Enisa, aportando la documentación necesaria:

  • Número de identificación fiscal.
  • Escritura de constitución.
  • Cuentas anuales del último ejercicio.
  • Certificado de estar al corriente de pagos con Hacienda y la Seguridad Social.
  • Plan de negocio.
  • Documentación que la acredite como empresa emergente.

Una vez iniciado el procedimiento, Enisa dispone de un plazo máximo de tres meses para valorar la solicitud y tomar una decisión al respecto. “No obstante, el tiempo medio de respuesta, salvo que pueda haber alguna excepción de especial complejidad, suele estar entre un mes y un mes y medio de plazo”, según Ángel González Romero.

La propia Ley de Startups señala las principales condiciones que debe reunir una empresa emergente para ser considerada como tal. En primer lugar, ser una compañía de nueva o reciente creación (esto es, menos de cinco años con carácter general o siete si se trata de una startup energética, biotecnológica, industrial o de cualquier otro sector estratégico). Además, que no haya surgido de la fusión, escisión o transformación de otras empresas no emergentes. Asimismo, no puede haber repartido dividendos, ni cotizar en un mercado regulado, y su sede social debe encontrarse de forma permanente en España, lo mismo que un mínimo del 60% de su plantilla.

¿Qué requisitos son necesarios para poder acreditar un negocio como startup?

Requisitos todos ellos objetivos, a lo que es preciso añadir un carácter innovador y escalable; lo cual es más complejo. “En este sentido, se considera que un proyecto puede calificarse de emprendimiento innovador cuando su finalidad sea resolver un problema o mejorar una situación existente por medio del desarrollo de productos, servicios o procesos que bien son nuevos o bien implican una mejora sustancial respecto al pasado”, concluyó el experto. Y para ello, debe cumplir al menos una de las siguientes características:

  • Haber invertido en I+D+i como mínimo el 15% de sus gastos totales en los dos ejercicios precedentes.
     
  • Haber sido beneficiaria de inversión, financiación o ayudas públicas para el desarrollo de proyectos de l+D+i en los tres últimos años.
     
  • Disponer de un informe completo sobre su alto grado de innovación, emitido por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
     
  • Disfrutar de bonificaciones en la cotización a la Seguridad Social por trabajar con personal investigador.
     
  • Contar con un sello de Pyme Innovadora del Ministerio de Ciencia e Innovación.
     
  • Tener una certificación de empresa innovadora expedida por Aenor.

Aun así, en el caso de no reunir ninguna de ellas, Enisa puede concederle la certificación en caso de que la empresa cuente con alguna patente, o haya sido innovadora en productos, procesos, servicios o modelos de negocio.

En cuanto a su naturaleza escalable, esta viene definida por el elevado potencial de crecimiento de la startup. Y en este apartado, la entidad certificadora analiza el grado de atractivo de su mercado, la fase de vida de la empresa, su modelo de negocio, la competencia existente, el equipo que la conforma, los clientes y los contratos con proveedores. El hecho de haber firmado una o varias pólizas de crédito con Enisa en los últimos tres años constituye un factor de aprobación directa, siempre que alguna de ellas continúe vigente.