El invento español de un pequeño negocio emergente que carga un coche eléctrico en 30 minutos
Un grupo de 15 ingenieros españoles agrupados en una startup ha desarrollado un cargador ultrarrápido para vehículos eléctricos que, además de reducir el tiempo de carga, resulta un 70% más barato de instalar y los materiales que lo componen son 100% reciclables.
Tras dos años de desarrollo, un proceso de emprendimiento español ha logrado sacar al mercado el cargador rápido de vehículos eléctricos más compacto del mercado, por la relación entre su potencia y sus dimensiones. Se trata del Lyra 60, creado por la startup Floox. Entre sus bondades, incluye el estar diseñado en un 70% de materiales reciclados –además de ser él mismo reciclable al 100%– y ser más polivalente que cualquier modelo existente hasta la fecha en el mercado, por lo que es capaz de cargar la mayor parte de la batería de vehículo eléctrico medio en 30 minutos.
“Aportándole una autonomía de 250 kilómetros; algo fundamental en los desplazamientos largos”, apuntó Martí Salvador, director de negocio de Floox, y una de las 15 personas que conforman esta pyme emergente, nacida a mediados de 2021, de su entonces matriz, Premium, especializada en electrónica de potencia para el sector ferroviario. “En nuestra génesis está la misión de promover el uso de fuentes de energía renovables, para facilitar la transición hacia una movilidad, una economía y una sociedad sostenibles”, relató este ingeniero de Telecomunicaciones, cuya vida profesional ha transcurrido mayoritariamente en el extranjero.
Desde la dirección de Premium se permitió que este joven equipo de 15 ingenieros, la mayoría barceloneses, crease Floox, para implementar el hardware y el software específicos para el cargador. En estos 24 meses de trabajo se han completado esa fase de desarrollado, a la que siguió de validación y certificación, “que nos ha permitido, antes de dar comienzo a la producción industrializar de los cargadores, presentar en sociedad el Lyra 60. Primero, en la última eMobility Experience, que se celebró en el Circuit de Barcelona-Catalunya; y más recientemente, a nivel internacional, en la Middle-East Energy de Dubai, como toda una novedosa y potente apuesta por la transición hacia la movilidad sostenible”.
El cargador ya ha despertado el interés de los operadores de puntos de carga que gestionan las primeras electrolineras
El cargador Lyra 60 pesa solamente 160 kilos y tiene unas dimensiones reducidas de 58 x 25 x 112 centímetros. Características que lo convierten en el cargador de vehículo eléctrico con la mejor relación potencia-ligereza-compacidad del mercado, y que permiten reducir los costes de instalación del mismo en un 70%, gracias a que puede colgarse en una pared y no precisa de obra civil accesoria. “Por supuesto, también puede utilizarse con una peana, para acercarlo aún más a la calzada”, explicó Martí Salvador, “de ahí el interés inmediato que ha suscitado ya entre los operadores de puntos de carga (CPO), las empresas responsables de instalar, administrar, operar y mantener electrolineras o redes de puntos de carga, e incluso entre los propietarios de gasolineras tradicionales, pero interesados en prestar servicio también a los vehículos eléctricos.
También destaca porque el 70% del acero utilizado para su fabricación es reciclado, aunque el resto de materiales empleados lo convierten en un aparato 100% reciclable. “Y también por sus actualizaciones de software de forma remota, lo que evitará desplazamientos innecesarios de técnicos hasta cada uno de los puntos de carga”.
Su responsable habla también de la instalación de este cargador en centros comerciales, en gimnasios, en hoteles, “en zonas de paso que, con una estancia corta de tiempo, puedan llevar a cabo la recarga de su vehículo”. No así para los particulares, al menos aún, “pues emplea demasiada potencia para resultar interesante para un solo ciudadano”.
De cara al futuro más inmediato, Floox trabaja en al menos dos nuevos prototipos de carga rápida, que tiene previsto anunciar a lo largo de este año. “El modelo más potente, hasta cuatro veces más que el actual, permitirá reducir el tiempo de llenado de la batería hasta ser de apenas 10 minutos, con el objetivo de asemejarlo al repostaje de un vehículo de combustión en una gasolinera”, explicó a este diario Martí Salvador. Para ello, busca conseguir potencias de entre 80 kW y 240 kW, para ir reduciendo el tiempo de esperar para la carga de las baterías de los vehículos eléctricos.
Con el cargador ya en plena comercialización, la idea es pasar de los 1,6 millones de euros de 2022, a facturar 5 millones en 2024
Todo este proyecto ha sido posible gracias al respaldo de Premium, una empresa con más de 40 años de experiencia, que ha ejercido de incubadora de Floox gracias a la apuesta por la innovación en territorio local de su CEO, Jordi Gazo. “Es irónico, porque cuando trasladamos las instalaciones fuera de la empresa matriz, y creamos nuestro propio laboratorio, a pesar de trabajar con electricidad, tardamos cerca de nueve meses en conseguir la instalación eléctrica necesaria para la potencia que requerían nuestras pruebas”.
Además de multicultural, Martí Salvador define al equipo de Floox como multidisciplinar, “pues necesitas muchas cabezas que se ocupen de cada uno de los componentes, y tenemos ingenieros mecánicos, ingenieros industriales o electrónicos e ingenieros informáticos”, y multiedad: “Hay una buena combinación de seniors, que saben enseñar, y jóvenes dispuestos a aprender”.
El objetivo a corto plazo, con Floox ya a pleno rendimiento y el cargador comercializándose por todo el mundo, es pasar de los 1,6 millones de euros que facturó en 2023, a superar los 5 millones este año, “un 40% de los cuales ya están conseguidos”. La idea es consolidar los canales de venta que ha abierto en España como distribuidor de una marca de cargadores taiwanesa, “que nos ha servido para testear el mercado, mientras desarrollábamos nuestro propio equipo de carga”, concluyó Martí Salvador, quien asegura que Floox seguirá con la comercialización de los productos de Taiwán, “porque van dirigidos a otro segmento de cliente”.