Sectores con peores perspectivas para 2024: comercio, construcción, hostelería, restauración y el campo
El reciente Estudio de Clima Empresarial, de la Cámara de Comercio de España en colaboración con Sigmados, señala que el 50,8% de los negocios se muestra bastante optimista respecto al presente año. Este tono positivo cambia cuando se habla de 2024, sobre todo para los sectores agroalimentario, comercio y construcción.
La Cámara de Comercio de España, en colaboración con Sigmados, acaba de hacer público el ‘Estudio sobre el Clima Empresarial de España’. Dicho estudio refleja que sólo el 50,8% de los autónomos y negocios se muestra bastante optimista respecto en el presente año. Este tono positivo se deteriora en 2024, cuando el porcentaje de opiniones optimistas y pesimistas prácticamente se iguala: un 48,9% frente a un 48,5%, respectivamente. Los sectores con unas perspectivas menos positivas para 2024 son el agroalimentario, el comercio y la construcción.
El estudio se ha basado principalmente en microempresas y pequeños negocios que tenían entre seis y nueve empleados, 913 en total, seguidos de pymes de 10 a 19 empleados, con una participación de 653. La muestra se ha completado con empresas de mayor tamaño, hasta los 2.150 encuestados, distribuidas proporcionalmente tanto por todas las comunidades autónomas de España, como por el sector de su actividad. De todos ellos, 397 representaban al sector del comercio; 299 al de la industria; 252 al de la construcción; 207 a turismo, hostelería y restauración; 77 al sector agroalimentario; y 918 al resto de servicios.
¿Cómo diría que está la situación de su negocio en lo que va de 2023, en función de las expectativas y objetivos que tenía para este año? A esta pregunta, sobre la situación actual y perspectiva a corto y medio plazo, siete de cada diez negocios afirmaron estar cumpliendo o mejorando las expectativas de evolución de su actividad en el conjunto de este año. Un 44,6% de los negocios afirmó que su situación, en lo que va de 2023, se corresponde con las expectativas que tenía para este año. Hay división de opiniones con relación al grado de optimismo y pesimismo: un 29,7% de las empresas afirmó que su situación es peor de lo esperado, mientras que un 25,7% señaló que su situación superó o está superando las expectativas que tenían para 2023.
En cuanto a sectores, el agroalimentario es el que peores expectativas ha mostrado en 2023, así lo ha afirmado el 48,7% de los encuestados. Aunque la mayoría de los negocios, el 51,3%, afirma que espera cumplir o mejorar sus objetivos. En los pequeños negocios que cuentan entre seis y nueve empleados, un 22% ha tenido mejores expectativas en lo que va de año, un 44,3% afirma que las expectativas han sido las mismas que tenía y un 33,6% considera que las expectativas empeoraron.
Y de cara a 2024, al preguntar a autónomos y pequeños negocios sobre si se sentían optimistas respecto a la evolución que pudiera tener su actividad o negocio, un 43,6% dijo ser optimista; un 53,3%, poco o nada optimista, y un 3,2% no supo o no respondió a la pregunta.
En cuanto al comportamiento que pueda tener la economía española en 2024, los dueños de los negocios de menor tamaño son los más pesimistas. Y los sectores de comercio, construcción, turismo, hostelería y restauración afirman tener peores expectativas sobre la evolución del consumo en 2024, sobre todo en negocios que tienen ese citado número de empleados.
Parte de estos mismos sectores, turismo, hostelería y restauración, comercio y agroalimentación, tienen también una visión negativa sobre la evolución de las condiciones y acceso a la financiación, que es generalizado, independientemente del tamaño de las empresas. Aunque son, precisamente, esos pequeños negocios (entre seis y nueve empleados) los más pesimistas.
Preocupaciones y dificultades actuales de autónomos y negocios, y las que temen para 2024
Las dificultades por las que están pasando en la actualidad los pequeños negocios quedan claros en el siguiente cuadro. Para el 41,6% de las microempresas y el 46,2% de la pequeñas empresas, el incremento en el coste de los insumos y suministros le supone dificultad y esfuerzo. Y a partir de ahí les preocupa: costes laborales, presión fiscal, escasez de mano de obra, caída de la demanda, empeoramiento de las condiciones de financiación, escasez de materias primas, morosidad, problemas de liquidez, incertidumbre social y política y, finalmente, la competencia.
Y de cara al futuro, al 2024, estas preocupaciones cambian en cuanto a priorización de previsión y así se muestran en el siguiente cuadro, siendo la inflación y la elevada presión fiscal las mayores y, a continuación, la caída de la demanda, la escasez de perfiles profesionales, el incremento de las cotizaciones sociales, la escasez de mano de obra, el empeoramiento de las condiciones en la financiación, la subida del salario mínimo, también la de las materias primas y suministros, y la incertidumbre social y política.
