Para fabricar piensos o para consumo humano

La cría de moscas, una nueva oportunidad de negocio

La cría de moscas -o más técnicamente la cría de larvas de moscas- es el modelo de negocio de unos emprendedores alicantinos. Se trata de un proyecto científico convertido en negocio, que ha desarrollado una tecnología capaz de criar larvas de moscas a nivel industrial para convertirlas en un producto capaz de sustituir al pienso utilizado en la ganadería y en las piscifactorías o al abono en la agricultura. Un mercado que mueve, sólo en la fabricación de pienso para mascotas, 1.200 millones de euros. 

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Imagen de la mosca negra-soldado.
La cría de moscas, una nueva oportunidad de negocio

Se calcula que, para el año 2050, existirán 9.500 millones de personas en el mundo. Cifra que cuestiona la sostenibilidad del actual sistema de producción de alimentos en general y por tanto será necesario optimizar los piensos para el ganado, para la cría de peces o el abono agrícola. Estos piensos se encuentran muy optimizados y se necesita de una nueva materia prima para poder continuar con el actual ritmo de fabricación. Es en este punto, donde los insectos -en especial las moscas- cobran especial importancia porque pueden convertirse en la pieza fundamental de la pirámide de la producción alimentaria.

“Si no se hace nada con el futuro de la producción alimentaria tal y como la conocemos ahora va a dejar de existir, porque cada alimento que llega al mercado (carne, pescado y vegetales) necesita una cantidad de energía primaria…que no se va a poder generar para los 9.5000 millones de habitantes que habrá en el mundo” explicó Santos Rojos, profesor de la Universidad de Alicante y director de la empresa BioFlyTech. Rojos además añadió que la única forma de poder cambiar esto es utilizando los insectos como pienso animal.

Una de las formas de utilizarlos, y que ya se está haciendo, es mediante la utilización de la harina de insectos para la composición del pienso. Tal y como explicó el profesor Santos, “en la producción de pescado se alimenta a los peces con un pienso especial pensado para que crezcan de forma más rápida. Uno de sus componentes es la harina de pescado, que requiere de más peces que hay pescar, pulverizar y convertirlos en harina”. Se trata de una forma de producir alimentos que requiere el uso de los mismos productos que se pretenden producir, esto: es pescado. Y, “de momento, la única cosa que puede cambiar este círculo vicioso es la harina de insectos que tiene las mismas propiedades que la harina de pescado”.

La utilización de la haría de insectos en el sistema producción alimentaria posibilitaría que:

  1. Eficacia en el sistema de producción: no se necesitan peces para producir peces.
  2. Para la cría de los insectos se puede usar residuos derivados de la propia agricultura, ganadería y pesca.
  3. Provoca una verdadera economía circular, es decir, una economía sostenible que funcionase como “un verdadero ecosistema en equilibrio”.

Al margen del uso para la cría de peces, la utilización de insectos puede utilizarse como pienso para animales o para la creación de abono agrícola. Éste, es para Santos Rojos, un nuevo sector productivo, al que ha denomina la ganadería 3.0. El profesor y emprendedor está convencido de “que la escala de este negocio es gigantesca y que puede llegar a mover miles de millones de euros”. Tal y como explicó, solo la industria del pienso para animales y gatos mueve 1.200 millones de euros anuales.

¿Cómo se fabricará este pienso?

Es en la fabricación de este pienso insectívoro dónde toma protagonismo la idea de emprendimiento y el modelo de negocio desarrollado por Santo Rojos y su equipo de BioFlyTech.

Desde hace más de 20 años, el grupo de investigación de Santo Rojos en la Universidad de Alicante se ha dedicado a estudiar a los insectos, en especial a las moscas. Según el proyecto de Rojos, hay en el mundo más tipos de moscas que todos los vertebrados juntos y a lo largo de estos años “hemos realizado investigaciones básicas sobre estos invertebrados: sus funciones biológicas y su importancia en el ecosistema, aspectos de su fisionomía o incluso la reacción a ciertas sustancias químicas”. Pero de entre todas sus ramas de estudio, la que suscitó la creación de un negocio fue la cría de algunas especies para utilizarlas en la alimentación animal.

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El reto fue desarrollar una tecnología capaz de producir insectos a nivel industrial, es decir, no medir la producción por unidades, sino por kilos. Éste fue el propósito cuando hace seis años el grupo de investigación pasó a convertirse en una pyme llamada BioFlyTech, una empresa tecnológica que se dedica a la cría de larvas de moscas. Además, tal como ha especificado Rojos, la pyme se enfrentaba a dos retos. El primero fuer desarrollar la tecnología para criar las moscas a escala industrial, y el segundo, hacerlo de tal forma que el resultado fuese verdaderamente competitivo para que la utilización del pienso insectívoro fuese más barato que la producción, por ejemplo, de la propia trucha.

Con ambos retos conseguidos, BioFlyTech es capaz de producir en un día entre dos y cinco millones de huevos, y el precio de la harina de insectos ronda el de la harina de pescado sobre 1,3€, La pyme se encuentra actualmente negociando con un importante grupo inversor para “empezar a construir las primeras plantas que serán las de referencia en Europa en la cría de larvas de moscas”.

Los retos del pasado y los retos del futuro

Los inicios de BioFlyTech, que también participa en una serie de proyectos de investigación a nivel europeo como FlyHigh, no han sido nada fáciles. No sólo por los retos que se presentaban a la hora de desarrollar la tecnología para dar vida a su proyecto, sino por el propio hecho de llevar la innovación de apellido. En palabras de su director: “Tu puedes ser muy innovador, pero tienes que estar de alta en algún sector -proceso que se complica cuanto la empresa se encuadra en un epígrafe que no existe-. Nosotros estamos dados de altas de distintas maneras, como empresa ganadera, pero también como biotecnológica”.

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Santos Rojos, profesor de la Universidad de Alicante y director de la empresa BioFlyTech

Ahora, y con el negocio en marcha y la tecnología desarrollada, BioFlyTech se enfrenta a otro problema que es la cultura de la comida. porque Rojos apuesta porque los humanos también comamos proteínas derivadas de insectos. “En un país se come lo que culturalmente se ha visto”. En este sentido la Ley es muy importante, porque aunque la legislación no prohíbe la utilización de insectos para la fabricación alimentaria, tampoco los permite “y nadie en el mercado va a utilizar algún componente que no esté permitido” ha señalado Rojos. La legislación actual permite el uso de tres grupos de insectos “domesticados” y más concretamente seis especies: algunos grupos de escarabajos, grillos y saltamontes y luego las moscas.  

Si los insectos entran en la lista de ‘los permitidos’ significa que ¿nos vamos a comer los insectos? Según Rojo, “por supuesto, pero no de la forma que se piensa. Vamos a alimentarnos de insectos, igual que los pescados, de forma procesada. Cualquier producto procesado, espaguetis, donuts y todos estos productos están fabricado con un ingrediente que es la proteína de animal, que en un futuro será proteína de insectos”

La(s) mosca(s) que va(n) a dominar el sector

De las seis especies de insectos que la legislación permite utilizar, las moscas van a ser, según Santos Rojos, las más utilizadas ya que “son animales que en la naturaleza crecen todas juntas; en cambio los grillos no se pueden cultivar así”. Y de entre todas las moscas que existen, hay una que es la utilizada por excelencia y es la mosca soldado-negra o como el director de BioFlyTech la denomina “la estrella del sector”.

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Imagen de as larvas de la mosca negra-soldado.

Lo que se utiliza de éste insecto para la alimentación no es la mosca en si, sino la larva, porque que en ella se encuentra “toda la chicha. Paramos el proceso de creación de la crisálida, luego se seca, se separa la proteína, la grasa y el exoesqueleto y pasa a ser un producto de utilización”. Además del tamaño de la mosca y de la larva la soldado negra tiene una serie de características que le han hecho convertirse en la estrella:

  • Se puede alimentar de cualquier materia orgánica, animal, vegetal, mixto o procesada. Por ejemplo: los restos de cáscara de naranja.
  • Es una mosca común, pero no es de las que entra en casa, se pueden en contar en zonas de cúmulo de basura…
  • No transmite enfermedades.
  • No pica
  • No molesta al ser humano.

Todas estas posibilidades convierten a la soldado negro y, especialmente, a su crianza en una nueva fórmula de negocio capaz de dar beneficios. “Es una oportunidad -la de criar insectos- para las grandes, mediante y pequeñas empresas. Los pequeños podrán criar los insectos, podrán comprar los huevos, criarlos y luego venderlos, o utilizarlos para reutilizar los deshechos de su producción y luego venderlos” ha detallado Santos Rojos.