Cepillos de dientes de bambú que sirven de abono
La empresa valenciana, NaturBrush, ha lanzado al mercado 90.000 cepillos de dientes biodegradables fabricados con un bambú sostenible para contribuir a reducir el consumo de plástico ya que, una vez pasados los tres meses de uso, servirán para abonar la tierra de una maceta o del jardín.
La marca lleva algo más de un año en marcha y nació con la inquietud de reducir la presencia de restos plásticos en el planeta, que es "un auténtico problema porque tarda años en desaparecer, si lo hace", ha explicado uno de los socios fundadores de NaturBrush, Moisés Torregrosa.
Cada vez existe más conciencia medioambiental pero reciclar nos cuesta y hay que convertirlo en una acción cómoda para que se vaya extendiendo. A partir de esta premisa, Torregrosa y su compañero Jorge Lizondo llegaron a una "solución" para aportar su grano de arena a la sostenibilidad del planeta, según comenta. Como cepillarse los dientes es un gesto de uso cotidiano y se deben renovar los cepillos cada cierto tiempo, los tradicionales de plástico "acaban contaminando" mares y playas, mientras que el fabricado con bambú tiene la ventaja de que se puede enterrar, una vez descartado, en una maceta o en el jardín, y a los cuatro o cinco meses "se degrada, se integra en la tierra y sirve de abono".
Cerdas de bambú, aceite de ricino y nailon
Asimismo, las cerdas son de fibra de bambú, aceite de ricino y un porcentaje mínimo de nailon reciclado, un tipo de nailon que no utiliza petróleo en su fabricación, requiere menos energía, su procesamiento emite menos dióxido de carbono que la producción de nailon virgen y puede ser reciclado de nuevo al final de su vida útil.
Tras seis meses de investigación y pruebas con el nuevo producto, crearon la marca NaturBrush, comenzaron a fabricar dos modelos (para adultos e infantil) y emprendieron una campaña de marketing por internet mientras contactaban con puntos de venta físicos.
Triplicar la producción
Venden en cadenas de productos bio y ecológicos como Herboristería Navarro, Ecorganic y La Rueda Natural, y en más de mil pequeñas herboristerías o tiendas de barrio. También están presentes en una tienda de la localidad inglesa de Bridport cuya propietaria conoció los cepillos biodegradables en un comercio de Bilbao y mostró su interés en comercializarlos en su local.
El año pasado lanzaron al mercado 90.000 cepillos, una cifra que quieren triplicar durante este año y fabricar 270.000, que venden a unos céntimos por encima del precio de los cepillos de marcas. El cepillo está fabricado con bambú moso procedente de los bosques chinos de Ningbo, una especie que los osos panda no pueden comer porque sus hojas únicamente crecen en la punta: "No quitamos comida a osos y tampoco deforestamos", remarca Torregrosa.
Además, es una especie de bambú que muere cuando llega a su altura máxima, de 30 metros, y vuelve a crecer, y cuando llega a esa longitud es el momento de talarlo. De cada rama de bambú extraen material para fabricar unos 500 cepillos dentales.
Bastoncillos de algodón orgánico y bambú
La empresa ha incorporado otro producto, los bastoncillos, que siguen la misma filosofía de convertir en sostenible una pieza que habitualmente se elabora de plástico ya que para ellos se utiliza algodón orgánico y bambú; y esponjas desmaquillantes, también de algodón orgánico. La idea de estos emprendedores es disponer de un catálogo de productos de consumo diario sostenibles, y obtener una patente que convierte el cepillo de bambú en una versión "aún más biodegradable" con una técnica de fabricación y uso que todavía no pueden desvelar.
Entre sus próximos objetivos, se encuentra el de traer Valencia la producción de cepillos -ahora se fabrican en China-, cuando compensen los costes con el volumen de fabricación. Además del cuidado del medio ambiente, NaturBrush tiene una vertiente social ya que colabora con el 10% de las ventas (facturó el año pasado 150.000 euros) con Casa Caridad de Valencia, y desde el punto de vista empresarial está "abierta" a rondas de inversión mediante micromecenazgo.
Según Torregrosa, "la suerte es que el producto está encajando bien y de momento tiramos con fondos propios, pero estaríamos dispuestos a dar un empujón", como muestra la negociación que mantienen con un distribuidor de Colombia para iniciar las ventas en la zona andina.