Se puede tardar hasta una hora en leer alguno de ellos

El 97% de los textos de la Administración sobre ayudas a autónomos no son claros

Un informe revela que la mayoría de textos, formularios de ayudas, subvenciones y demás trámites que el autónomo tiene que llevar a cabo con la Administración son "poco claros". Se puede tardar hasta una hora en leer alguno de ellos.

ordenador-autonomos-ayudas-ico
El 97% de los textos de la Administración sobre ayudas a autónomos no son claros

Sesenta minutos es el tiempo que puede llegar a tardar un autónomo, un abogado o cualquier otra persona interesada, en leer, por ejemplo, una guía sobre las restricciones sanitarias de la actividad hostelera en la Comunidad de Madrid. Además, se tendría que emplear más de 25 minutos en descifrar las 7.000 palabras y 22 páginas que hay referidas al Ingreso Mínimo Vital, para saber si se tiene derecho a él. Éstos son sólo dos ejemplos de los múltiples textos analizados por la consultora de comunicación Prodigioso Volcán, para elaborar el estudio ¿Habla claro la Administración pública? y en el que ponen de manifiesto la complejidad del lenguaje que emplean las administraciones.

Según concluye la consultora, la Administración pública no se expresa de forma clara con los autónomos, ni con cualquier otro contribuyente. De hecho, catalogan al 78% de los más de 760 documentos públicos analizados como ‘no claros’ por ser demasiado extensos y por utilizar un lenguaje complejo. 

De ellos, hay dos temáticas que destacan dentro del propio informe por su complejidad y porque afectan especialmente al colectivo de trabajadores por cuenta propia. La primera, tiene que ver con la solicitud de algún tipo de un ayuda a nivel estatal o autonómico: “los textos más complejos son los que explican cómo solicitar una ayuda, beca o subvención,  recoge el documento, que eleva hasta el 97% el porcentaje de textos clasificados con información ‘no clara’.

El segundo son los procedimientos con la Seguridad Social, como la solicitud del informe de vida laboral, el darse de alta o registrarse en la sede electrónica. El 82% de los textos analizados sobre empleo por la consultora son puntualizados como 'no claros'. Desde la consultoría explican que, aunque no han podido analizar todos los procedimientos referidos a la Seguridad Social como, por ejemplo, el trámite para darse de alta como trabajador autónomo -ya que no forma parte de su selección -, sí que reconocen que la complejidad en los procedimientos suele ser similar en las diferentes temáticas analizadas.

La complejidad en los textos de la Covid-19

En el estudio ¿Habla claro la Administración pública? también han analizado la normativa elaborada por el Gobierno para la gestión de la Covid-19. Concretamente, se han detenido en las instrucciones sobre el uso de mascarillas, la seguridad laboral o la gestión del virus en la vuelta a las aulas. Normativas que son cruciales para habituarse y entender las restricciones en la nueva normalidad. Sin embargo, sólo el 15% de los textos analizados fueron catalogados como comprensibles.

En concreto, el informe analiza la ‘Guía Covid-19 para el sector de la restauración de la Comunidad de Madrid’ y denuncia que se trata de texto amplio con más de 33 páginas, que se tarda una hora en leer y que utiliza un lenguaje formal y con abundantes referencia legales. “En la situación actual de crisis sanitaria, la ciudadanía necesita claridad, no más confusión” apunta el estudio.

Precisamente, y desde el inicio de la pandemia, los expertos encargados en conocer las normas y trasladárselas al autónomo han denunciado la complejidad de la normativa asociada a la gestión de la pandemia. “La simplificación de la normativa de los reales decretos y de los trámites es algo que hemos solicitado desde el principio. Porque la publicación continua de leyes estaba generando confusión. Además de que algunas normas están mal redactadas” explicó Ricardo Gabaldón, presidente del Consejo General del Graduados Sociales de España.

Los graduados sociales se han visto desbordados, junto al resto de profesionales como abogados y gestores, por la producción de normativa durante la crisis sanitaria y el aumento de la demanda de sus clientes, principalmente autónomos. Por eso, para Gabaldón es fundamental que las medidas y novedades que se implementen por la crisis sanitaria se hagan de forma clara: “hay que explicarlo con pocas palabras” enfatizó.

Gabaldón hizo referencia a que la regulación de los ERTEs (Expediente Temporal de Regulación de Empleo) puesta en marcha durante la pandemia ha generado mucha más confusión que la prestación por cese de actividad para autónomos.

Motivos de esa opacidad en en lenguaje de la Administración

Uno de los principales motivos que impiden la compresión de los textos públicos es que “la Administración no involucra a la ciudadanía en el día a día de sus comunicaciones. Existe una insatisfacción ciudadana y un distanciamiento con la sociedad al no responder a las necesidades que demandan las personas: información clara, sencillez en los trámites administrativos y factor humano, que haya una persona detrás con la que poder contactar directamente”, señala en el estudio el experto en innovación pública, Alberto Ortíz Zárate. 

Se trata de un olvido que se hace patente, principalmente, en “los trámites habituales como la inscripción de defunción, nacimiento, matrimonio o pareja de hecho, la solicitud del DNI o el empadronamiento. El 85% de ellas son difíciles de entender” recoge el informe. No obstante, el estudio señala que sólo son los textos sobre violencia de género los más claros (el 92%). En ellos “ la voz es cercana, el tono amable y se dirigen directamente a las personas afectadas".

Aparte de no tener en cuenta a los contribuyentes en la redacción de los textos, otro de los motivos de la opacidad del lenguaje puede ser, como concluye el estudio, "la ausencia de un criterio unificado de redacción entre los creadores de contenido".

Los técnicos de la Administración denuncian la complejidad de los textos

Para la elaboración del estudio, la consultora preguntó a 20 técnicos de la Administración pública sobre los textos a los que diariamente tienen que hacer frente. En este sentido, 14 de los 20 técnicos encuestado reconoció que “la redacción de los textos no se dirige a los ciudadanos, sino a los propios técnicos de la Administración”. Y denuncian que sea frecuente en dicha redacción el uso de la voz pasiva, de las palabras poco comunes, la mala puntuación, errores de ortografía, demasiadas palabras por frase, ausencia de conectores y exceso de referencias normativas, ya que dificultan la comprensión del texto.

Unido a esta redacción de las normas o formularios, está la arquitectura de las páginas webs. 16 de los 20 encuestados creen que las webs de la Administración son “poco intuitivas y confusas”, y que son “el reflejo de la compleja estructura interna de las administraciones públicas".

Es por ello que critican la falta recursos gráficos, de digitalización y la actualización de contenidos, que dan la sensación de que la información y los procedimientos se han quedado “obsoletos y no hay nadie que los actualice”, señala el estudio.